Como todos los días, Cristina se sentaba en la plaza , era tan largo su pelo que le permitía tapar por completo su cara, mal vestida y desaliñada, con viejos harapos y descalza simplemente ya estaba resignada a recibir el maltrato psicológico de la s personas crueles que pasaban y le decían:
Adios BRUJA.
Fuera de la plaza, hasta las palomas huyen de tí.
Oye, estas asustando a los niños.
Una vez pasa quizás el joven mas apuesto, atractivo y millonario del pueblo pero con un gran corazón y acercándose a la muchacha logró lo que nadie, con gran sutileza y con sus manos tan suaves agarró el descuidado cabello y a pesar de la gran resistencia de la joven a descubrir su cara, el galante caballero logró ver el hasta ahora anónimo rostro diciendo:
Muchacha, porque teniendo tan lindo rostro lo ocultas con tu larga cabellera.
. Ay mi Señor, no se burle de mí y aléjese de la bruja del pueblo.
No Señorita, no me burlo de Usted y si es verdad, ni todo su descuidado cabello ni esos viejos harapos pueden ocultar su gran belleza.
Jóven, por favor, le suplico; siga su camino y deje a la bruja de la plaza en paz.
El dulce y honesto caballero no le quedó mas remedio que seguir su camino a pesar de sus grandes ganas de seguir conversando con aquella joven que tiró de nuevo su cabello al frente.
Pero una pequeña luz se había sembrado en el alma de la descuidada muchacha que se creía bruja, y retornando a su casa soportando de nuevo un mar de burlas, finalmente llegó a su cuarto y de inmediato se metió a la ducha poco freecuentada por ella, se enjabonó vigorosamente su largo pelo con el poco jabón que le quedaba . salió de la ducha sintiéndose muy extraña. se miró en el espejo pocas veces usado por ella y por primera vez estrenaba algo que llaman PEINE, empezó poco a poco a peinar aquella GREÑAS dando lugar a una hermosa cascada de perfumado pelo.
Luego. observando de nuevo aquel rostro que parecía otro. pudo darse cuenta que en verdad no era fea ¡ Pero porque antes no lo veía ?, en verdad una transformación maravillosa logró aquel extraordinario piropo de aquel príncipe en la plaza, continuó la nueva Cristina con su arreglo y por primera vez usó el set de maquillaje de su madre hace ya muchos años fallecida y con gran torpeza pudo al fin lograr una nueva pintura para su rostro, por último se acordó de su viejo traje de quince años que había sido el último regalo de su madre recordando sus palabras:
Hija mía, el día que te decidas a estrenar este traje serás una auténtica PRINCESA.
Al día siguiente, todo el mundo esperaba a ver como todos los días a la bruja del pueblo con un horrible pelo tapándole quizás un feo rostro pero que se había hecho, porque su mismo asiento de todos los días era ocupado por aquella mujer de tan extraordinaria belleza.
Unos niños inocentes se le acercaron y le dicen:
Señorita, que bella es Usted, queremos preguntarle donde está la bruja que siempre ocupaba ese mismo asiento donde está Ud.
En verdad niños no se, creo que se fue en su escoba para mas nunca regresar.