El pequeño y apacible pueblo llamado Mar Sereno, ese día tan fatídico no hacía honor a su nombre, el cielo todo cubierto de negro amenazaba una terrible tempestad, el viento convertido en todo un monstruo movía peligrosamente la masa interna del agua y en la superficie terribles olas de gran tamaño en pocos tiempo golpearían sin piedad a Mar Sereno lo que significaba que el paradisíaco lugar estaba condenado a desaparecer de la faz de la tierra y con él todos sus habitantes.
La gente corría de un lugar a otro, la vieja Iglesia Colonial llena de la humilde gente rezando para que el infernal apocalipsis cesara , todos esperaban un milagro que al parecer no llegaría pues el pleno día se convirtió de repente en una gran noche que presagiaba solo una muerte segura.
El mar se tornó tan dantesco que las enormes creaturas marinas se dejaban ver en la superficie como si estuvieran volando, ya el terrible sismo marino o maremoto amenazaba con llegar de un momento a otro a Mar Sereno,
Una pequeña niña inocente se despierta de su siesta y ve a su madre hincada de rodillas , orando y suplicando que el inhumano tsunami detuviera su marcha macabra al pueblo, ni siquiera pensaba en ella, solo pensaba en la terrible suerte de su pueblo y sobretodo en su pequeña hija que era el regalo mas bello que Dios le había dado.
La niña por primera vez siente la terrible angustia de su madre y solo se le ocurre tocar en su pecho la medallita de la Virgen del Valle, patrona de los pescadores del pueblo diciendo:
- Virgencita buena, soy muy pequeña para saber que esta ocurriendo, porque la gente esta gritando y llorando y en especial no se porque mi madrecita está vuelta un mar de lágrimas pero sea lo que sea mi Virgencita intercede por nosotros ante tu Misericordioso Hijo Nuestro Señor Jesús y detén esas lágrimas en los ojos de mi madre y conviértelas en una dulce sonrisa.
De repente, algo maravilloso, asombroso e inexplicable pasó, el terrible viento huracanado cesó, las magestuosas y horripilantes olas se desvanecieron, las negras nubes se tornaron de un maravilloso azul y un sol esplendoroso bañaba de un calor delicioso a Mar Sereno,
En una humilde choza, una amorosa madre con una dulce sonrisa de felicidad abrazaba con gran fuerza a su hija , su gran tesoro estaba a salvo y levantando sus ojos al cielo vio como las nubes dibujaban una gran silueta femenina con un magnífico y perfecto manto, sin duda alguna era su VIRGENCITA,