De cualquier generación

A veces me preguntan por qué soy tan oscura sobre el blanco de la pantalla. En esos momentos, se me bajan los ojos en un gesto aburrido mezclado con pena, vuelvo a levantarlos, dirigiéndolos hacia las pupilas que preguntan, y digo:

“Piensa en algo prohibido por las leyes del cerebro de la poca emoción que ofrece un número, si es para hacinarlo sobre otros cadáveres de la batalla. A las que tanto temes, que serían capaces, esas mismas pupilas que preguntan, de pintar el signo que denuncia al maldito en la puerta de mi casa, si no te digo, en vez de lo que entiendes, que el ave de paso es ceniza en el mito de una roca sobre la espalda, lentamente planeando en un verde azul incienso. Si no te digo, por ejemplo, que los buitres retuercen el cuello buscando a ese pájaro, porque, cuando sus alas dibujen cuatro gatos, acabará el infierno en los cubos de basura de la esquina de mi calle.”

Me expreso sinceramente, pero no me puede encarcelar nadie, si no se ha enterado de lo que digo. Nos llaman “Poetas de cualquier generación en España”.