Seguro has conocido personas que solo creen en lo que pueden palpar, medir o pesar.

Sus creencias se limitan a lo que pueden percibir sus cinco sentidos.

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Esa es la manera que ha decidido vivir. Está claro que esto sería un limitante, porque existen muchas cosas que no se pueden pesar, tocar o medir, y sin embargo, están allí.

Entonces, en este post, vamos a dividir a las personas en dos grupos. Las personas que están conscientes en que existe un mundo físico y espiritual, y las que sólo creen en el plano físico.

Las personas que se expanden hacia una dimensión más allá de lo físico poseen un potencial extra.

El universo, tanto dentro como fuera de la persona, guarda un potencial desconocido; y el ser espiritual lo presiente, sabe que está allí, en espera a que lo aprovechemos. La condición es tener fe, un rasgo de duda neutralizará la posibilidad de entrar en el mundo espiritual.

La sombra de la duda cerrará las puertas del mundo espiritual.

Los grandes descubrimientos e invenciones de la humanidad se caracterizan por tener momentos mágicos que vislumbraron a sus creadores y pudieron entonces hacer realidad lo que imaginaron, llevar del mundo inmaterial a este plano físico las ideas que en su momento parecían inauditas.

Lo que existe en nuestra imaginación está fuera del alcance de nuestros sentidos, la creatividad forma parte del mundo espiritual.

El ser espiritual posee una ventaja, sabe que nunca está solo. Pero fíjate que el agobio de la soledad acostumbra a ser el acompañante de quien proclama que solo existe el mundo físico.

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Se niega a darse cuenta que no todo es lo que le transmiten sus sentidos, y es cuestión de tiempo que durante los más duros momentos de su vida, ni siquiera la compañía y el apoyo de sus seres queridos sea suficiente.

Un ser espiritual siente, percibe, sabe que jamás la soledad le embargará. De alguna manera está consciente de que si pone el empeño y disciplina, de que si tiene el arrojo para enfrentar con audacia el problema que sea, saldrá victorioso.

Por supuesto, no me refiero a un simple optimismo.

Debo mencionar, que existen personas que dicen creer en el mundo espiritual, pero les embarga el sentimiento de soledad. Este es el síntoma de que tiene a la duda de compañía. La duda y la soledad son parientes.

Las limitaciones humanas no se quedan en el plano físico. La dimensión espiritual es tan real como lo que podemos ver, oler, tocar, escuchar y saborear.

Pero marca una diferencia entre el que cree que existe un universo más allá de lo que nos muestran los limitados sentidos y el que no.

Si deseas sentir la felicidad en toda su expansión, sentirte alegre, sin temores, hay que tener consciencia de que lo que no podemos palpar, también está allí.

En este universo, todo está regido por la Ley de la Causa y Efecto. Y en esta ecuación intervienen por igual el plano físico y el espiritual.

Allí donde se presentan soluciones inexplicables. Hay problemas que se solucionan por intervenir las dos dimensiones. Fluyen si existe una creencia que se entrega sin temores.

La mente humana puede abrir y cerrar el acceso a este mundo físico a la dimensión espiritual. Depende del factor creencias.

Es comprensible entender el que hayan personas que desdeñan el mundo espiritual. Es más sencillo creer lo que nos muestran los sentidos, pero si examinamos más de cerca el poder que yace en nosotros, junto a la inmensidad del universo, sería una imprudencia el no aprovechar el potencial que tenemos al alcance de la mano: el plano espiritual.