"Mujer Fuerte e Independiente" - Relato - Parte 1/2

in spanish •  7 years ago 

6 personas se hallaban desmayadas en un cuarto. Una habitación de colores azul oscuro y claro, con tres puertas en la pared frontal y cámaras de seguridad en las esquinas.

Las personas allí inconscientes eran muy diferentes en apariencia y edad. El grupo consistía en las siguientes personas: Un hombre de unos 50 años con el cabello blanco, jeans y chaqueta gruesa. Una chica de color de 19 años con el cabello rizado, blue jeans, camiseta chaqueta y accesorios de muchos colores. Un hombre moreno de unos 30 años con el cabello lizo, pantalones de vestir y camisa larga. Una chica pelirroja de 20 años de cabello corto y un traje negro de cuerpo completo bastante ajustado. Una chica de 14 años de cabello castaño oscuro, jeans negros, franela negra y una caperuza o capuchón negro. Y, finalmente, Un chico de 16 años de cabello castaño oscuro rizado, blue jeans y sweater blanco moderno.

Todos juntos en aquella habitación, poco a poco, empezaron a despertar. Al recuperar la consciencia y ver en dónde se hallaban empezaron a alterarse, y más aún al ver que estaban rodeados de extraños. Todos se alejaron unos de otros… excepto por una persona, que seguía inconsciente, la chica más joven, de 14, se hallaba todavía en el suelo.

Algunos miraron a la chica todavía sin consciencia, pero, antes de que alguien pudiera reaccionar, una voz empezó a escucharse proveniente de las paredes.

“Buenos días… Espero que hayan dormido bien” sonó una voz distorsionada y grave a través de las paredes. “De seguro se preguntan qué hacen aquí…. Pues bien, es bastante simple. Todos ustedes tienen ciertas características que los hacen especiales… el día de hoy, demostraré que esas características pueden salvarles o robarles la vida… ustedes, en resumidas cuentas, van a ser mis sujetos especiales de prueba, y me ayudarán a probar de una vez por todas el punto que deseo”.

La mayoría empezó a alarmarse, algunos empezaron a exclamar cosas en voz alta y a mirar hacia los lados en busca de una salida. “Debe ser obvio en este momento que estoy en absoluto control de toda la situación y que por lo tanto no van a poder escapar… espero que lo entiendan, de otro modo…” continuó la voz.

“En fin, en primer lugar, les presentaré a sus compañeros de juego. El hombre mayor con ustedes se llama Henry, es un ingeniero experto con más de 30 años de experiencia. La chica joven de color se llama Jessica, y es una estudiante de mecánica en la universidad. El hombre moreno se llama John, y es un científico matemático de una de las universidades más prestigiosas del mundo, con un IQ de 200 puntos. La pelirroja se llama Katy, y es una agente del FBI que ha venido siguiendo mis pasos y es experta en artes marciales e investigación criminalística. La caperucita negra se llama Sam, y es una inmigrante de Sudamérica y estudiante de segundaria. Y el jovencito de ojos grises se llama Jason, es también estudiante de segundaria.” concluyó

La voz hizo una pausa, todos se miraban entre sí, asociando los nombres con cada cara en la habitación. “En este momento deben dividirse en parejas de hombre y mujer; cada pareja entrará por una puerta donde se enfrentarán a una serie de puzles, los cuales deberán resolver correctamente en caso que deseen sobrevivir… como regalo generoso, tienen todo el tiempo que deseen para decidir e incluso tratar inútilmente de escapar, no hay límites… excepto por su necesidad de comer y beber.” Dijo la voz.

“¿Estás bromeando?” exclamó Henry, alterado. “Oiga señor, deje oír” dijo John. Mientras la voz hablaba, Jason miraba con mucha preocupación a Sam, sin embargo, ignoró al resto de las personas mientras escuchaba a aquella voz hasta que terminara.

“Si no entran sólo un hombre y una mujer por una de esas puertas… morirán. Eso es todo. Pueden empezar” Concluyó la voz.
Algunos se tornaron histéricos en aquel momento. “¿Qué vamos a hacer?” dijo Henry. “Cállense la boca” dijo Katy con fuerza, “Lo que tienen que hacer es formarse en parejas y avanzar. He estado investigando a este tipo desde hace tiempo y lo mejor será seguir sus instrucciones. Y, hacer lo que yo diga, si no quieren morir, ¿Me entienden?” concluyó.

“Y, entonces… ¿Cómo deberíamos dividirnos?” preguntó Henry. “Los fuertes con los débiles, obvio” dijo Katy, “Usted puede ir con Jessica por la primera puerta, John puede ir con Sam por la segunda y yo iré con Jason por la tercera” dijo. “No estoy seguro de que eso sea conveniente, esta chica ni siquiera ha despertado” dijo John.

Jason giró la mirada hacia ella y, después de pensarlo un poco, se acercó. “Quizá si la movemos un poco…” dijo él. “¿Eres estúpido o qué? No puedes simplemente moverla… alguien va a tener que quedarse un rato hasta que despierte”, dijo Katy.

“Pues, en ese caso, sería mejor que nos quedáramos todos, creo que el hombre podría molestarse si nos vamos y dejamos a alguien aquí” dijo Henry. Katy simplemente lo ignoró mientras miraba a Sam, pensando. “No podemos irnos sin ella, hay que quedarnos” dijo, después de unos momentos. “Exacto, eso era lo que iba a decir” dijo Jessica. “Eso fue lo que dije…” dijo Henry en voz baja.

Jason observaba la conversación preocupado. “Vaya situación que tenemos… y el grupo no lo hará nada mejor…”. Entonces, devolviendo la mirada hacia Sam, se quedó vigilando su respiración durante un rato, en temor de que en algún momento dejara de hacerlo.

Todos esperaron unos 30 minutos. Entonces, finalmente, Sam empezó a abrir los ojos. “Está despertando” dijo Katy, con indiferencia, “Ayúdala a reponerse para que podamos irnos” ordenó a Jason.

Jason se alejó un poco para que Sam pudiera sentarse apropiadamente. Al mirar bien a su alrededor y darse cuenta de que estaba en un sitio desconocido y todos la miraban, se encojió e inclinó la cabeza hacia abajo. Mirando hacia arriba en aquella posición, después de titubear un poco, dijo: “Uhm… ¿dónde estamos?”.

“Hemos sido secuestrados por un asesino en serie. Tenemos que dividirnos en grupos de dos para sobrevivir… si quieres te daremos más explicaciones más tarde, pero será mejor que te levantes de una vez y continúes tu camino. John te acompañará, es el que está al lado mío” dijo Katy.

Sam, aún más nerviosa por lo que oía, miró hacia los lados, observando los rostros de todos. En eso, se dio cuenta de que Jason estaba al lado suyo. “¡Ah!... no te ví ahí…” dijo ella. “Oh, sí, disculpa” dijo Jason, mientras se ponía de pie y daba unos pasos atrás.

Sam, después de unos momentos, se puso de pie. “Vaya… tiene una apariencia bastante oscura ahora que lo pienso” pensó Jason. “Vámonos, no tenemos tiempo que perder” dijo Katy.

Entonces, todos se dividieron en las parejas acordadas y entraron cada uno por una puerta distinta. Henry y Jessica por una, John y Sam por otra y Katy y Jason por otra.

Al entrar en la siguiente habitación, cada grupo se dio cuenta de que las puertas sólo se abrían del otro lado. “Supongo que era lógico…” pensó Jason.

Al girar la mirada y ver lo que había en la habitación, Jason dio dos pasos hacia atrás hasta llegar a la pared, un poco perturbado, diciendo “Ok…”.

En la habitación, estaba el número 42 escrito con tinta negra por todas las paredes excepto el techo. Todos los muros estaban llenos con el número 42, el cual, estaba escrito en letra más o menos pequeña en términos de grafiti. Katy empezó a mirar a su alrededor, suspiró y se detuvo con una mano en la cintura, con una mirada impaciente.

John y Sam, además, al entrar, vieron exactamente lo mismo, una habitación hasta el tope de números, específicamente, el número 42. Sam se asustó muchísimo al ver esto, puso los brazos frente a sí y seguía en posición defensiva. Aún con la cabeza inclinada hacia abajo, con la mirada examinaba cada una de las paredes, hasta lo más alto, tratando de hallar algo diferente. John, por otro lado, caminaba muy confiado. Con las manos en las caderas, dijo: “Un puzzle con números… no me impresiona”.

Lo mismo era para Henry y Jessica, una habitación exacta a las otras. “Vaya… parece ser algún tipo de acertijo…” dijo Henry, tratando de analizar la situación. Jessica, caminando amplia y lentamente, mientras sonreía con atrevimiento, dijo: “Un acertijo, no me asusta, no me van a asesinar tan fácilmente”.

La voz, entonces, empezó a hablar a todos al mismo tiempo, a cada habitación, diciendo: “Sean bienvenidos… espero que estén conformes con la pareja que han escogido, pues son los únicos que los acompañarán en este pequeño puzle…”. Todos quedaron en silencio. Algunos, tratando de decifrar de dónde venía la voz, pues se escuchaba como proveniente de todas las paredes, e incluso, de todos los ángulos, de forma uniforme.

“En exactamente cinco minutos, un gas letal empezará a contaminar el oxígeno en la habitación. En las paredes encontrarán un número importante escrito de manera ordenada de izquierda a derecha. Su tarea: encontrar la llave de la puerta que está frente a ustedes” En ese momento, varios se alteraron y empezaron a desesperarse. “Les doy una pista… está en el número 42” dijo, pasando entonces a reírse y cerrar el audio.

“Desgraciado… ¡Está jugando con nosotros! Quiere que nos rompamos la cabeza tratando de descifrar sus inútiles jueguitos... haciéndonos perder el tiempo… tenemos que encontrar la forma de salir de aquí” dijo Katy.

Jason, mientras tanto, estaba perdido en sus pensamientos, con el ceño fruncido y bastante preocupación. “¿Por qué habrá mencionado que los números fueron escritos de izquierda a derecha?... ¿No te parece raro…?” dice él en voz baja.
“¿Para qué piensas en eso? ¿No me oíste? ¿Él no nos va a dejar salir así? ¿Qué haces que no me ayudas?” dijo Katy, mientras examinaba con cuidado la puerta, tratando de hallar alguna manera de pasar.

Por otro lado, Henry y Jessica también trataban de encontrar una solución. El señor Henry miraba fijamente las paredes y trataba de pensar en algo. “No tiene sentido… ¿Cómo vamos a saber en dónde está la llave?...” pregunta. “No debe ser difícil, viejo. Si tan solo nos dividimos y buscamos por todos lados… debería bastar, esta habitación no es tan grande de todas maneras.” Dijo Jessica.

Al mismo tiempo, John y Sam estaban pensando en qué debían hacer. “Este tipo no sabe lo que es un código de verdad. No me tomará un minuto descifrarlo. Es más, creo que ya lo estoy haciendo…” dijo John.

Sam, por otra parte, estaba bastante pensativa, se imaginaba los peores escenarios en su cabeza y, al mismo tiempo, los mejores, tratando de motivarse tratar de descifrar lo que el hombre quería decir. Entonces, empezó a acercarse a las paredes y mirar los números más de cerca, en silencio, pensando.

Repentinamente, ella despertó de sus pensamientos al escuchar levemente la voz de Katy quejándose. Ella abrió los ojos con pasmo y se acercó más a la pared, colocando su oído junto a ella.

“Miserable infeliz… así que eso es lo que hace con sus víctimas… hacer falsas promesas…” Dijo Katy. Mientras tanto, Jason se hallaba muy pensativo. Sin embargo, de repente, levantó la mirada y con alegría empezó a hablar.

“¡Ah!” exclamó Jason, “¡Creo que lo entiendo!” dijo. “¿Qué entiendes?” dijo Katy. “Quizás lo que le hizo decir en qué orden escribió los números es que de esa manera podemos saber el número del número que escribió” continuó Jason. “Estás diciendo cosas sin sentido” dijo Katy.

“Con la información que nos dio podemos saber el orden en el que escribió cada uno de los números, y, por lo tanto, cuál es el número 42 escrito por 42eaba vez… creo que esa es la respuesta” dijo él. “¿Eres estúpido o qué?... ¿no entiendes que todas las promesas de sobrevivencia que ha hecho han sido falsas? Si quieres morir; hazlo. Pero yo encontraré una salida”

En ese momento, Sam, quien sólo había escuchado parte de lo que Jason había dicho, se exaltó al pensar en que habían encontrado una solución, y, levantando la voz, dijo: “¡Jason! ¡Somos nosotros! ¡Los podemos escuchar! ¿¡Puedes repetir lo que dijiste!?”.

Jason se sorprendió muchísimo. “¡Hey! ¡Son ustedes!” dijo él, con alegría. “¡Te escuché decir algo del puzle… por lo que escucho… ambos tenemos la habitación llena de números 42! ¿¡Dijiste que encontraste una solución!?” dijo Sam.

Entonces, Katy se acercó a la pared y empezó a hablar: “¡Escucha, Sam! ¡No le prestes atención! ¡Sólo está tratando de pensar en algo, no sabe lo que dice!”. “¡Y… ¿usted sí la tiene?!” preguntó Sam.

Katy se quedó por unos momentos en silencio; luego respondió: “¡Estoy en eso! ¡No te preocupes! ¡La encontraré pronto!” con bastante seriedad. John, que estaba escuchando, dijo: “¡Estaremos al pendiente, agente Katy!”, y continuó observando las paredes del otro lado.

Sam pensó en ello por unos segundos. Sin embargo, no tardó mucho en molestarse un poco. “¡Jason! ¡Quiero que me digas en qué estabas pensando!” dijo Sam.

Jason no pudo evitar que se le dibujara sutilmente una sonrisa en la cara. “¡El hombre dijo que las filas son de izquierda a derecha! ¡Eso nos dice el número de cada 42 que escribió! ¡Debes encontrar el 42 número 42!... ¡O al menos eso creo! ¡Voy a revisar!” dijo él.

“¡Ajá!” Exclamó Sam “¡Gracias!... ¡Veré yo también!” dijo. Entonces, Rápidamente, Sam corrió con todas sus fuerzas a la pared de la izquierda. “Pues sí están alineados los 42… tiene mucho sentido” pensó ella. Entonces, empezó a contar con rapidez hasta llegar al 42 número 42.

Ella, al encontrarlo, empezó a palparlo y observarlo con desesperación. “¡No puede ser!” exclamó “Aquí… hay como una textura diferente…” dijo. Entonces, con sus manos empezó a sentir que en aquel número, en una sección, la textura era débil, rasgable. Ella empezó a rasgarlo con sus manos, cada vez con más fuerza, hasta que allí lo vió; una llave negra.

Para su sorpresa, casi al mismo tiempo, escuchó a Jason exclamar: “¡La encontré!”. “¡Yo también!” dijo ella, corriendo a la otra pared; donde estaban ellos. “¡Excelente! ¿¡Podrías avisarle a los demás!?” preguntó él. “¡sí! ¡Iba a eso!” dijo ella. “¡Genial! ¡Excelente!” exclamó él, lleno de emoción.

“¡Sam! ¡Espera!” exclamó Katy. Sam se detuvo a la mitad de la habitación. “¿¡Cómo saben que no es una trampa!?” preguntó ella. Sam se quedó pensando por unos momentos. “¡Lo mejor sería esperar unos momentos antes de decir algo equivocado!” dijo Katy.

“¡Uy!... no me dejas pensar…” dijo Sam, en voz más baja, cerrando los ojos, tratando de pensar en algo. Jason, al igual que ella, trataba de pensar en una respuesta, pero con el fin de animar a Sam. “¡Ya sé!” dijo Sam “¡Les digo donde está la llave y luego yo misma la probaré en la puerta!”.

Entonces, Sam, sin escuchar los llamados de Katy, corrió a la pared siguiente y empezó a hablarles a Henry y Jessica de lo que le había dicho Jason. Ambos, entonces, empezaron a buscar la llave y la encontraron, luego esperaron a la respuesta de Sam.
“¡Sam! ¡No tienes que probar la puerta!... ¡Eso puedo hacerlo yo!” dijo Jason.

En ese momento, Sam se detuvo a pensar en el asunto, y fue allí cuando pudo imaginarse el peor de los escenarios, y el miedo empezó a empapar hasta ahogar la emoción que tenía por haber encontrado lo que ella sentía fuertemente que era la respuesta.

“Pues… está… ¡Está bien!” dijo Sam. Jason entonces dijo: “¡Gracias por todo!” y se acercó a la puerta. Sam se sorprendió mucho de esto “¡Fui útil!.... lo que menos esperaba en una situación tan complicada…” pensó.

“No nos queda mucho tiempo” dijo Katy. En el reloj restaban 2 minutos. Jason se aproximó hasta la puerta con su llave. Katy se alejó hasta el otro lado del cuarto.

Jason introdujo la llave en la puerta y, para su gran alivio, ésta dio paso a otra habitación, más amplia. “¡Pueden abrir sus puertas!” dijo él. “¡Sí! ¡Funcionó! ¡Iré a avisar a los demás! ¡Gracias Jason!” exclamó Sam con alegría.

Entonces, Sam se aproximó al otro lado de la pared y dijo con fuerza que ya podían abrir. Todos, por lo tanto, abrieron sus puertas y entraron a la siguiente habitación, que era conjunta. De modo que todos pudieron verse otra vez.

La siguiente sala era bastante amplia. Al entrar, todos cerraron las puertas tras de sí. Al igual que las anteriores, no tenían manera de ser abiertas de ese lado.

La habitación, para su sorpresa, era, al igual de amplia, fría. De hecho, la brisa fría era como la de un congelador. Daba el aspecto de una nevera industrial, siendo, por lo tanto, igual de peligrosa. En las paredes había lo que parecían ser placas metálicas redondas, había cinco a lo largo del cuarto. Estaban justo a la mitad de las paredes, paralelas entre sí.

“¿Qué rayos es esto?... ¿Ahora vamos a morir congelados?” preguntó John, histérico. “Dios mío…” exclamó Henry. “Cálmense y cállense… tenemos que escuchar primero qué es lo que nos dice la voz” dijo Katy. “Ustedes de verdad son cobardes… ¿No que son de gran intelecto? ¿Por qué no se vienen con alguna solución entonces?” Dijo Jessica.

Sam, por otro lado, estaba completamente aterrada. “¿Qué es esto?... ¿Cómo vamos a salir de aquí?... ¿Será otro puzle?... ¿Podremos resolverlo?” pensó. Cada vez pensaba más en la idea de la muerte. Esto la hacía encogerse y sentir los brazos y las piernas débiles.

Entonces, ella giró la mirada y vió que, un poco lejos, paralelo a ella, estaba Jason, pensando. “¡Oh!” exclamó, mientras se acercaba a él. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, le dijo: “Oye… ¡de verdad fue impresionante lo que hiciste!... nos salvaste la vida a todos… ¡muchísimas gracias!”.

Jason, despertando de sus pensamientos, la miró bastante sorprendido: “¡Gracias! Es muy lindo de tu parte. Aunque… en todo caso, creo que el creador de estos puzles de verdad desea que los entendamos… sé que si prestamos atención, podremos salir de aquí en cuanto antes” respondió él.

Repentinamente, La voz empezó a hablar de nuevo, diciendo: “Felicidades… lograron llegar al siguiente nivel…” entonces, hizo una pausa y, con voz más fuerte y más grave, con énfasis, dijo: “Su ego y… fortaleza… no le sirvieron para disfrazar su completa inutilidad. ¿No es así, agente Katy?”.

Katy se quedó viendo con rabia a las esquinas del techo, tratando de divisar de dónde provenía la voz. “Pues bien” continuó la voz “Ya que la poderosa líder no tiene nada qué añadir, y nadie piensa dar las gracias a las personas que los ayudaron… continuemos hablando de éste interesante ejercicio. Pues no queremos que se congelen antes de que termine de hablar”

“Hmmm…” murmuraba Jason “Parece que cuando se refería a que tenía algo que probar… también incluye probárnoslo a nosotros…”. Sam tornó la mirada hacia Jason, “¿Tú crees?” preguntó. “Eso parece… además, parece tomarse esto muy a la ligera… debe sentir que está en todo su derecho de hacer esto… es obvio que piensa muy mal de la mayoría de los que están aquí… también parece que hasta ahora lo que ha sucedido ha sido lo que él esperaba… debe sentirse en completo control de la situación” explicó él.

Sam lo miraba con impresión. Sin embargo, antes de que pudiera continuar la conversación, la voz empezó a hablar de nuevo. “El siguiente es más un reto que un puzle… verán, éste cuarto puede matar a una persona en dos horas. La puerta que ven al otro lado se abrirá en tres. Y no tienen ni la mitad de la ropa que necesitan para sobrevivir aquí. De hecho, veo que ya muchos de ustedes están temblando. Esas grandes piezas de metal redondas que ven en las paredes en realidad son puertas. Por lo tanto, hay cuatro puertas que dan paso a un pequeño espacio en el cual serán capaces de recibir calor, con espacio para una persona. Y creo que… por lo que acaban de oír, pueden entender cuál es el problema para uno de ustedes”

Todos empezaron a alarmarse aún más, cada uno a su manera. “Las puertas están abiertas, pero sólo pueden ser abiertas y cerradas desde dentro… por lo que nadie será capaz de sacarlos… si llegan a tiempo. Les recomiendo que… empiecen ya a correr…” dijo la voz, como conclusión.

Entonces, para la impresión Sam y Jason, que se hallaban pensando, todos empezaron a correr desesperadamente hacia las puertas. Sin excepción. Esto los alteró. Ambos, por reflejo, empezaron a correr, cada uno en una dirección distinta, tratando de alcanzar una de las puertas.

Sam corrió en una dirección poco predilecta y con bastante rapidez. Con gran emoción y alivio, consiguió una puerta e inmediatamente entró y la cerró. Al estar dentro, vio que aquel espacio circular era como para un hombre adulto. Cosa que a ella le quedaba lo suficientemente cómodo, pero no holgado. Desde ahí, se podía escuchar lo que sucedía afuera.

Sam se horrorizó al escuchar todavía afuera la voz de Jason, “Pues… no lo conseguí…” dijo. Sam se quedó sin palabras, no sabía qué hacer. Jason estuvo pensando por unos momentos. “Hey… no sé si me escuchan… pero… ¿no les parece un poco raro que haya dicho cuatro puertas, y no cinco? Creo que describió cuatro puertas como con suficiente espacio para una persona porque la quinta tiene más espacio… al menos, espacio para dos personas” dijo, en un tono de voz más alto.

Sam, desde dentro, le dijo: “Eso… tiene sentido”. “¿Puedes escucharme?” preguntó él. “Sí, claramente” dijo ella. “Y... ¿cómo es ahí adentro?” preguntó él. “Pues… tiene la temperatura perfecta…. Aunque… mi espacio es de una sola persona” dijo ella. Jason hizo silencio por unos momentos. “Entiendo... en ese caso... pensaré en algo” dijo, se le escuchaba sutilmente el miedo en la voz.

Sam pudo escuchar sus pasos alejándose. No podía dejar de pensar en ello. Quería una solución. Entonces, recordó que no les quedaba mucho tiempo, pues pronto a Jason empezarían a desvanecerse sus energías y no podría hacer mucho. Sam, con nerviosismo, dijo “¡Jason! ¿¡Sigues ahí!?”.

Ella escuchó los pasos de él acercarse desde el otro lado de la habitación, pues el suelo metálico de ésta sonaba con fuerza. “Estoy aquí” dijo él. “Creo que… si nos esforzamos… podemos entrar los dos aquí” dijo ella. “¿¡Sí!?.... pues… haré lo que sea necesario” dijo él. “Si llegas a intentar sacarme… no terminarás con vida” dijo ella, con la voz un tanto quebrada. “No lo haré, en serio” dijo él.

Ella entonces, procedió a abrir la puerta y luego empujarla con el pie hacia afuera, entonces Jason la tomó con la mano y la abrió por completo. Al ver su rostro, mucho más pálido que al principio y con una expresión que trataba de aparentar tranquilidad pero mostrando mucho miedo, ella no pudo evitar sentirse muy mal. Pegada al lado de adentro de aquel agujero, le dijo; “¡Ven pues! ¡Entra!”.

Jason de inmediato empezó a subirse. “Gracias, gracias, de verdad” decía. Pronto se dieron cuenta de que él era muy alto y, por lo tanto, el espacio les quedaba bastante estrecho, iban a tener que esforzarse, y estar sin moverse para sobrevivir. Al terminar de acomodarse, Sam estaba recostada del lado derecho y Jason del lado izquierdo, ambos con las piernas hacia el frente, de modo que no se podían ver las caras. Jason entonces cerró la puerta y ambos quedaron allí, con la respiración un poco dificultosa por el poco espacio, pero estaban bien.

“¿Eres claustrofóbica?” preguntó él. “No…” respondió ella. “Qué alivio” dijo él. Hubo silencio por unos minutos. Entonces, él le dijo: “Me has salvado la vida… no tienes idea de cuánto te lo agradezco” dijo él. “No hay problema… hubiera sido injusto que, pudiendo hacer algo, te hubiera dejado morir así” dijo ella. Jason le agradeció nuevamente y ambos entonces quedaron en silencio.

Pasaron las horas y todo estuvo en silencio. Jason continuó pensando el todas las cosas sucedidas, todo lo que aquella voz decía en apariencia y lo que decía entre líneas, y lo que no decía también.

Luego de aquel tiempo, repentinamente, la voz del secuestrador se escuchó nuevamente resonando por las paredes: “Para los que han sobrevivido… felicidades. La puerta está abierta”. Jason, al escuchar esto, giró la mirada a Sam y se dio cuenta de que se había quedado dormida. “¡Sam! ¡Sam! ¡La voz está hablando!” dijo. Sam empezó a abrir los ojos, un poco aturdida. “Ya… ¿ya pasaron las tres horas?” preguntó. “Eso parece… el hombre está diciendo que la puerta está abierta.” Dijo él.

Entonces, ambos empezaron a escuchar las voces de los demás hablar. “¡Estamos vivos!” dijo Henry. “Otra prueba superada… supongo” dijo John. “¿Dónde están los demás?” dijo Katy.

De modo que, con cuidado, Jason abrió la puerta y ambos empezaron a salir. Les fue un poco dificultoso hacerlo, de hecho, Jason tuvo que apoyar primero las manos en el suelo y luego los pies. “¡Vaya frío!” exclamó, mientras alejaba las manos, agitándolas. Sam salió tras de él, un poco afectada por la luz más brillante fuera del agujero.

Al estar ambos completamente afuera, Jason cerró la puerta tras de ellos. “¡Estamos vivos! Y yo estoy vivo gracias a ti” dijo Jason, con bastante alegría. Jason abrazó a Sam con fuerza y le dijo: “De verdad pensé que no volvería a ver a mi familia, ni a nadie… gracias”.

Sam se quedó pasmada. Riendo un poco, le dijo: “¡Me alegra que todos hayamos podido sobrevivir y de haber podido ayudar!”. Con ello, Jason volvió al lugar en donde estaba.

Al mismo tiempo, Jessica salió de otra de las puertas también. Al mirar a Jason y Sam, Jessica dijo: “Hehe… ¿Se mantuvieron calientes ahí dentro?”. Sam, con enojo, le dijo: “Asquerosa hija de…”. “¡Sam!” exclamó Katy “Este no es momento de estar peleando por temas estúpidos”.

Sam miró por unos momentos a Jessica con desprecio, “Tienes una gran boca para ser tan cobarde” dijo, luego empezó a caminar hacia la entrada de la otra habitación. “Ninguno de ellos vale la pena… a partir de ahora será mejor que no les preste atención” pensó.

"No es mi culpa el que no hubiera tanto espacio” dijo ella, caminando en otra dirección.

Jason ya se hallaba entre las dos habitaciones, tratando de entender lo que significaba lo que veía en ese momento.
Todo el grupo avanzó hacia el siguiente cuarto, y, cuando la puerta se cerraba tras de ellos, Jason giró la mirada una última vez hacia la habitación anterior. “¡Sam! ¡Mira!” dijo él, mientras señalaba hacia el agujero de donde había salido Jessica. Sam miró y, para su asombro, el espacio de Jessica era, de lejos, más grande que los demás.

La puerta se cerró y todos se detuvieron frente al nuevo cuarto, el cual, lamentablemente, no parecía aguardarles nada bueno, a ninguno.

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Imágenes cortesía de: www.pixabay.com

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larga pero buena historia me encanta

¡Muchísimas gracias! =D Se aprecia mucho