La desaparición de Kevin Palmer - Parte 2

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En la misma lancha, a sólo un par de asientos donde estuvo él, una joven profesora pudo ver el momento cuando Kevin Palmer caía al mar.

Ella era uno de los docentes supervisores de la excursión, y éste era su primer año como profesora. Apesar de que no le agradaba el comportamiento de Kevin en clase y hace un momento lo iba reprender, él era uno de sus alumnos y no dejaría que nada malo le suceda.

Ella trató de salvarlo, le tendió la mano, estuvo cerca de caer pero el guía rápidamente se dio cuenta de lo que pasaba, sostuvo a la profesora y la empujó contra el asiento para evitar que hiciera algo irracional.

Para el guía, no había forma de salvar a ese estudiante, porque ahora una extraña corriente de succión arrastraba todo en dirección a la esfera negra, incluido las lanchas que luchaban contra la corriente.

Si se detenían para salvarlo, terminarían como la lancha que fue destruida hace un momento.

Aunque la fuerte corriente de succión llevaba a Kevin Palmer más cerca de la esfera, él fue conmovido por el gesto de la profesora que reemplazó sus rasgos delicados y maduros con un rostro de profundo pesar y llanto, por fallar al intentar salvarlo.

Pero rápidamente lo olvidó, por ahora, lo que tenía que hacer, era luchar por respirar.

Él no era de una familia religiosa, pero en este momento oró a cada Dios que conocía.

Los acantilados de las islas continuaron colapsando, Kevin tuvo la suerte de no estar muy cerca.

A pesar de que tenía puesto el chaleco salvavidas, se esforzaba por respirar debido a la fuerte corriente.

El agua inundó sus pulmones, su visión se complicaba.

A pocos metros, Kevin Palmer vio un fragmento de la lancha destruida que estaba siendo arrastrada al igual que él.

Para acercarse, forzó cada gota de energía en su cuerpo.

Le dolían los músculos mientras nadaba contra la corriente.

Estiró los dedos para alcanzar el fragmento de lancha ...

...Y justo cuando pensó que iba a salir de su alcance junto con su única esperanza, fue capaz de sujetarlo con la punta de los dedos.

Desesperado, se aferró al trozo de madera como su última línea de vida.

Tosió un par de veces para expulsar el agua en sus pulmones que afortunadamente no fue demasiada.

Aunque Kevin Palmer todavía estaba atrapado en la corriente, por ahora al menos era estable y no moriría ahogado.

Junto a él, todo tipo de cosas eran arrastradas, incluso algunos leones marinos que no lograron huir a tiempo.

Kevin levantó la vista para ver su situación, había sido llevado por la corriente a la posición inicial donde vio por primera vez la misteriosa esfera.

Observó la dirección de huida de sus compañeros, parecía que lograron escapar con éxito.

Pero Kevin Palmer sólo sentía lástima en su corazón, abandonarlo significaba condenarlo a una muerte segura.

Volvió su visión a la esfera negra, en sus ojos, era el verdugo que le quitaría la vida.

"¡Maldita sea, voy a morir demasiado joven!”

“¡Y sigo virgen!" Gruñó Kevin.

En esta situación ya había dejado de rezar, pensó que ser salvado era demasiado extremo para un milagro.

Resignado, con las pocas energías que tenía, Kevin Palmer intentó huir de la corriente. Pero sus esfuerzos fueron inútiles.

BOOOMM

“¡HAAARG!”

Kevin no pudo evitar gritar de dolor.

Un estridente sonido llenó todo el entorno, aunque él no lo sabía, eso fue una explosión sónica generada cuando un objeto rompía la barrera del sonido.

‘Las desgracias no vienen solas’, pensó Kevin mientras trataba de encontrar la fuente del sonido que casi rompe sus tímpanos.

La idea de que eran aviones de la fuerza aérea que llegaban a investigar la esfera, y tal vez lo salvarían, pasó por su cabeza.

Aunque su pensamiento ignoró que desde la aparición de la esfera sólo pasaron un par de minutos y el país no tenía aviones lo suficientemente rápidos para llegar en tan poco tiempo.

Ignorando esto, a menos de 200 metros de la esfera, Kevin se llenó de esperanza.

Y cuando encontró lo que creyó ser la fuente del sonido, sus ojos salieron de sus cuencas por la sorpresa.

A baja altitud, cuatro individuos que parecían ser personas, volaban en el aire, observando la situación, como si todo esto no tuviera nada que ver con ellos.

‘Dioses, ángeles, superman’s, mutantes; lo que sea’. A Kevin no le importaba, siempre y cuando lo salven.

Cerca del final, no desperdició su oportunidad y reunió todo el aire que tenía en sus pulmones...

“¡¡HELP!!”

Kevin no sabía el idioma de los recién llegados, pero estaba seguro de algo, ‘incluso si son aliens, deberían entender el inglés.’

Al parecer, la conjetura de Kevin dio en el clavo, la vista de los cuatro se agitó hasta que lograron ubicarlo.

Uno de ellos pareció responder a su clamor, y aunque Kevin no podía ver como eran, en sus ojos se convirtieron en los santos más grandes de toda la historia, pero...

Otro individuo volador sostuvo el hombro del que iba a rescatar a Kevin, sacudiendo la cabeza en negación, señaló a un punto en el cielo.

Para Kevin Palmer, el movimiento de negación para evitar salvarlo fue el punto de ruptura.

Los supuesto santos que debían ayudarlo no eran más que perversos diablos del infierno que disfrutaban ilusionar con falsas esperanzas.

Al encontrarse a unos escasos metros de la esfera negra, levantó la cabeza para ver en la dirección señalada por el ser volador.

Al igual que antes, una red de relámpagos negros crepitantes se unieron en el aire para dar forma a una nueva esfera negra.

Pero a diferencia de la esfera que atraía a Kevin, ésta era de al menos una docena de veces más grande y continuaba creciendo, mientras una niebla roja emanaba de su superficie que la hacía parecer aún más intimidante.

La nueva esfera flotaba a unos cuantos metros por encima del mar. Para cuando apareció en su totalidad, los pensamientos de Kevin se detuvieron.

Una esfera del tamaño de una isla cubría todo el cielo. Como si fuera una máquina de succión con la forma de un tornado gigantesco, comenzó a devorar las nubes cercanas.

Finalmente, logró comprender por qué no se acercaron a salvarlo, al parecer ya lo daban por muerto.

La amargura consumió el corazón de Kevin, no deseaba morir así.

En sus últimos segundos, antes de llegar a la esfera, la ira en su corazón explotó.

Con toda la energía que le quedaba, señaló al cielo con el dedo medio y lanzó un grito aún más fuerte que su súplica de ayuda.

“Son unos malditos HIJOS DE P...”

Kevin desapareció en la esfera sin ser capaz de acabar su frase, dejando a los individuos voladores desconcertados.

CONTINUARÁ…

Comentarios del Autor

Aquí Cymo otra vez, nunca tuve talento para los insultos, si tú estuvieras en la situación de Kevin ¿Que insultó les gritarías a los hijo de puta voladores que no te quieren salvar?. Si tienen sugerencias u opiniones, pueden hacerlo en los comentarios o en el facebook oficial https://www.facebook.com/DevaNovelaEs/