Tempestades, placer, ligereza y sabiduría

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Las tempestades se vuelve infinitas cada vez que perdemos algo, un mar de emociones es desatado por una inmensurable consciencia que hace que te carcoma la piel dejando ligeros huecos en tu alma por donde se escapan los últimos deseos de placer.

Sí, ese placer que te explota los sentidos que lubrica tu más sinceros pensamientos y los convierte en realidad; ese placer que te permite regocijarte en ese deseo por querer más de la vida y sí, ese placer por lo incontrolable y lo prohibido.

La ligereza del alma cuando encuentra la explosión entre la tempestad y el placer, se ve confundida por una expansión de sentimientos encontrados. Donde la más lúgubre experiencia se convierte en una firme y solida NADA.

Y todo termina en una extensa sabiduría por saber con cual experiencia quedarse, si tener una vida llena de tempestades o preferir vivir en un placer extenso o sencillamente nivelar tu vida con la ligereza del alma. Quizá, lo mejor de todo es elegir con sabiduría para que al final nuestra vidas no salgan perjudicadas.