Una de las preguntas más comunes que me hice al emprender fue: “¿Por dónde empiezo?”
Y una de las respuestas que les doy, es que busquen algún referente que hoy esté haciendo y viviendo lo que ellos sueñan para sus próximos años, le pidan unos minutos para hablar, y que le abran el baúl de los fracasos.
Siempre que te sientes con alguien que esté en el lugar soñado, estarás viajando al futuro, te podrá permitir conocer lugares y situaciones de manera anticipada. Sentarte en el sillón de tu futura profesión, llamado y ministerio, tener reuniones con personas que verás recién en 10 años, y conocer lugares que solo accederás con tiempo y oportunidad, es una buena decisión que tienes que tomar.
En la palabra de Dios, gran parte de la efectividad de Timoteo, fueron los consejos de Pablo.
Salgan a buscar un Pablo, que los mentoree, les escriba cartas, los cuide, anime y corrija. Alguien que les marque el camino de sus próximos años. Alguien que esté dispuesto a dedicar e invertir parte de su tiempo en ustedes. Tendrás que orar e identificar al tuyo, pero seguro que Dios asignó a alguien para que lo sea.