El espejo

Otra noche sometidos a pasamos oníricos, atrapado en un mundos abstracto y de tinieblas que solo mis sesos son capaces de proyectar.

Jaula creada por impulsos neuronales sombríos, jerarca de las creaciones de las cuales se me hace imposible escapar.

Petrificado en mi lecho, limitado al movimiento exagerado e involuntario de mis pupilas dilatadas. En un estado entre el sueño y la vigilia.

Las pupilas próximas a quebrar las córneas por sus alteradas reacciones al presenciar mutaciones naciendo de las sombras.

Un ruido cristalizado a lo lejos, semejante al toc toc repetitivo en una ventana. Cada vez mas intenso, tétrico y perturbador.

Las pupilas pierden el control y se vuelven a su voluntad. Cuando el ruido no puede ser mas taladrante, despierto y reacciono como si se me agotara el aire después de sostener la respiración debajo del agua.

Lúcido y consciente percibo el toc toc aún. Vuelvo la vista hacia la ventana y no percibo nada. Todo el cuerpo se me eriza y los dientes castañetean cuando doy fé que el sonido viene desde el espejo.