En mis pasados Post he compartido los curiosos nombres de las esquinas de caracas, y los modismos que utilizamos los venezolanos al hablar, hoy quiero compartir con ustedes un gracioso libro que hace algunos años compre para mis hijo, habla sobre los Duendes y resultó ser bastante gracioso .

Espero lo disfruten así como yo lo hago cada vez que lo leo.

El Duende Incunable.

Este Duende se encarga de sabotear el trabajo de todos los que tengan que ver con tesis, informes, tarea escolares, y en general, los trabajos hechos a mano pero que sean en un solo ejemplar.
Es uno de los duendes más antiguo de la historia, cuando la gente escribía en tabletas de barro crudo hace miles de años, el Duende Incunable saboteaba el trabajo de los escribanos y como no había goma para borrar barro, la única solución era volver a escribir todo.
Y si el Duende saboteador se divierte con el muy corto alfabeto nuestro, ¡cómo se regodea en la china, que no tiene letras sino ideogramas y además son más o menos cinco mil!
Los escolares conocen bastante bien a ese Duende, pues es el ejecutor de los cambios en sus trabajos. Por ejemplo, una niña copia "Tarea Escolar" y tan pronto el cuaderno llega a la escuela esas palabras se vuelven "Marea escolar".
Pueden aparecer trabalenguas o palabrotas, con las consecuentes rayas rojas de la maestra, quien con tanta confusión suele escribir "mui bien".

Duenda voltereta.

Mucha gente se pregunta por qué las rebanadas de pan untado con mantequilla o mermelada, se caen al suelo siempre del lado untado.
Pues estas son las gracias o desgracias de la voltereta. Es una de las Duendas más diminutas por lo que puede esconderse en los huequitos del pan o de las galletas.
Apenas el untador se distrae, ella, que se encuentra agazapada esperando la distracción, salta como un resorte , tipo tirabuzón o triple salto mortal, y allá va la rebanada lista para caer de modo de embarrar el piso, el mantel o la ropa de la gente, que es peor.
Por eso, uno a veces puede estar viendo que una tostada va derechito a caer del lado seco y en el último instante, ¡Cataplum! El pan se endereza, da una vuelta de carnero y allá te va.

Duende Seisporocho.

Este se divierte especialmente con las tareas de matemáticas y las equivoca de arriba abajo. Las personas a cargo de las cuentas baraja los cálculos, patina en la tabla del cuatro, la suma no le da y por una cuestión de céntimos pierde la cabeza.
Cuesta mucho trabajo imaginar cómo se pueden hacer cálculos sin el cero, pero resulta que durante más de 3.000 años gran parte de la humanidad, esa que vive del otro lado de América, carecía de redondillito ese, por lo que se volvía un ocho a la hora de los números.
Modernamente ya se pudo descubrir que un Seisporocho se había robado el cero. Pero no todo es desgracia; durante ese tiempo nadie sacó cero en la boleta.
Por extraño que parezca, ese Duende no pudo pasar de este lado del Atlántico. Por eso los mayas , que eran unos tigres en matemáticas, estaban de los más alegres con su cero, parece que antes que nadie en el planeta.

Duende Mojón.

Este Duende es el culpable que los niños se hagan pipí en la cama. No tiene lugar preferido para acomodarse, puede ser cama, cuna, hamaca, sofá, cojín, alfombra, no establece diferencia. Con tal este dormido allí un niño, hace de las suyas. Además es una fija cuando el niño está siendo cargado por un adulto.
A veces se incrustan de tal modo al lado de una criatura, que se observan niños de doce años o más que mojan la cama, pero no es culpa de ellos en lo absoluto, sino del fulano Mojón, que apenas los ves cabeceando, les lanza un balde de agua tibia entre las piernas.
Cómo este Duende siempre está sediento, el remedio para alejarlos es no tomar agua antes de dormir ni soñar nada que tenga que ver con agua, como ríos , mares, aguacate o coco.

Duende Mediunico.

A este Duende se debe que las medias se llamen medias y no completas. Se esconden en las lavadoras y por más que las personas metan las dos medias de cada color, es decir, completas , siempre hace desaparecer una.
De modo y manera que cuando se saca la ropa del aparato, pese a que uno se a quedado en la puerta sin siquiera parpadear, vigilando que nadie se acerque, que nada salga no que nada entre, aparece un par mocho, es decir un impar.

Duende Sacapuntas.

Este Duende es el responsable que las puntas salgan afiladisimas y con el borde del lápiz derechito.
Todo el mundo sabe que no se pueden soplar los sacapuntas, porque después no sirven más. La gente cree que cuando se sopla, la hoja se oxida y pierde el filo , pero que va, es que los Duendes sacapuntas detestan el soplido y cuando alguien les sopla en la cara, se marchan y hasta más nunca, dejando el aparatito inservible.
A veces, un duende Sacapuntas se pone renuente y ahí ve uno como se come un lápiz en un santiamén. Sobre todo los creyones son las víctimas principales, porque a ese duende le fascinan los colores, que es lo que medio le calma los berrinches.
Por eso hay días en que uno agarra un creyon y lo mete en el sacapuntas de lo más inocente, sin saber que ahí se encuentra emboscado un duende con rabieta.
Le da tres vueltas y cuando estima que la punta ya está más o menos como se quiere, saca el creyón, lo mira y la punta no está en su sitio. Lo vuelve a colocar, da otras vueltas, lo saca y ...más puntas desperdiciada.
Al cabo de cinco minutos lo que se tiene en la mano es un toconcito sin punta y un duende muerto de la risa.

Duende Subibaja.

Dicen que no hay persona más solitaria que el ascensorista. Pues no es verdad. Si el ascensor está lleno, hay siempre con quién hablar. Si está vacío, pues el conductor tiene que vércelas con una legión de duendes.
En las horas pico es cuando estos duendes se alborotan. Es entonces cuando los ascensores no paran donde hay más gente ni van a los pisos solicitados, sino que se detienen donde mejor les cuadra.
Ellos solamente actúan cuando el elevador está funcionando bien. Les encanta ir sin escalas entre el sótano y el piso 52 y después baja en caída libre y frenar en la piso 5.
En Venezuela y en Cuba, dicen que la única manera de tranquilizar al Subibaja es hacerle suéteres de colores chillones. Es por eso que frecuentemente a las señoras que trabajan en ese medio de transporte se les ve tejiendo sin descanso.

Duende Picaporte.

Parece que este duende existe desde la edad de las cavernas, si es que se cerraban con llaves. Basta que uno se disponga a salir de la casa, para que el duende venga y las esconda. Basta también que alguien pretenda visitarnos y allí está el, escondiendolas donde el propietario no pueda dar con ellas. Solo encontrará la frase: "Un momento, no encuentro las llaves".
No hay familia sin un duende de estos.
De ahí vino que unos ladrones, allá por Bagdad, cansados de ser burlados por un Poco que los cargaba a monte, decidieron botar las llaves e inventaron abrir su cueva con la frase "Ábrete sésamo", que es lo mismo que decir "Ábrete ajonjolí".
Pues ahí estaba de nuevo el Picaporte al acecho, y como no pudo burlar está llave, para vengarse le sopló el secreto a Alí Babá.

Estos son solo algunos de los muchos duendes que aparecen en este maravilloso libro.
Espero se hayan divertido con cada uno de ellos, cualquier error de redacción en este Post es culpa del duende Incunable jajajaja!!

Todos estos duendes fueron sacado del libro Duendes de antaño y hogaño del escritor Luiz Carlos Neves nacido en Brasil pero recidenciado en Venezuela desde el año 1983.
Ilustraciones por el diseñador publicitario y pintor venezolano Oswaldo Rosales.

Espero sus comentarios .
Que duende habita en sus casas?

Hasta un próximo Post.