Buen día amigos. Primero vamos a reír un poquito y después reflexionamos, con un chiste que conseguí en la página https://www.facebook.com/venezolanosactivosga/posts/un-chiste-para-comenzar-el/602212426595765/, dejando dicho que puede conseguirse en muchas otras.
Dice así:
Un medico maracucho se va a Miami. Como no puede ejercer legalmente, monta un negocio en el centro y pone un letrero que dice: "Le curamos cualquier enfermedad por $20, garantizado. Si no podemos, le damos a Ud. $100".
Un abogado gringo ve la oportunidad de ganar $100 y entra a la clínica.
Abogado: "Perdí mi sentido del gusto."
Maracucho: "Enfermera, tráigame la medicina de la caja #22 y ponga tres gotas en la lengua del Señor"
Abogado: "Ugh! Esta mierda es Kerosene"
Maracucho: "Felicidades, ha recuperado su gusto. Deme $20."
El abogado se va arrecho y vuelve una semana después, determinado a recuperar su plata.
Abogado: "Perdí la memoria, no puedo recordar nada."
Maracucho: "Enfermera, tráigame la medicina de la caja #22..."
Abogado: "Nojoda, esa vaina es kerosene, me lo distes la semana pasada!"
Maracucho: "Felicidades, ha recuperado su memoria. Deme $20."
El abogado se va aun mas arrecho y vuelve una semana después, determinado a recuperar su plata.
Abogado: "He perdido la calidad de mi visión, todo lo veo borroso, no puedo distinguir ningún detalle y los lentes no me ayudan"
Maracucho: "Humm... para eso no tenemos medicina, aquí tiene un billete de $100"
Abogado: "Tu si eres arrecho maracucho, eso es un billete de $10"
Maracucho: "Felicidades, ha recuperado su visión. Deme $20."
Por eso es que dicen que no hay manera de fregar a un maracucho.
El chiste anterior, además de provocar la risa, tiene como propósito adicional hablar un poco de la diáspora de venezolanos, que dada la situación actual del país, están emigrando a diferentes países del mundo buscando un presente y un futuro que aquí no vislumbran.
Muchos de ellos, como el médico del chiste, son profesionales, que al llegar a su destino se encuentran con todo tipo de obstáculos para ejercer su profesión, ya que cada país tiene sus leyes, normas y requerimientos particulares para tal propósito. En el caso de los médicos, por ejemplo, difícilmente pueden llegar al país destino y ejercer su profesión inmediatamente, deben sujetarse a procedimientos como reválidas y reconocimiento de títulos, lo cual puede tardarse hasta varios años, dependiendo de las exigencias.
Mientras el médico venezolano, o cualquier médico u otro tipo de profesional extranjero, cumple con los requisitos exigidos en ese país para el ejercicio de su profesión, debe trabajar para mantenerse y hasta para mantener a su familia si la ha llevado consigo. Es así como recurre a buscar cualquier tipo der trabajo ajeno a su profesión, como ayudante de cocina en un restaurante o lavaplatos, lavador de carros, obrero de construcción, cuidador de niños ( en su mayoría son mujeres la que hacen este trabajo), taxista, y en fin, cualquier actividad que les represente un ingreso de dinero regular que los ayude a su permanencia en el páis extranjero.
Profesionales o no, por lo general no es fácil para los venezolanos que emigran a otros países, conseguir buenos trabajos, sin embargo, para mucho de ellos, la persistencia logra al final el objetivo de establecerse y lograr su estabilidad social y económica. Otros, lamentablemente, no lo logran, por razones diferentes, y deben regresar a Venezuela a seguir luchando por su subsistencia.
Cuando los venezolanos que abandonan al país tienen en el lugar destino amigos y/o familiares ya establecidos dispuestos a ayudarles, probablemente se les faciliten las cosas, porque de llegada pueden contar con cierto alojamiento y hasta un trabajo inicial que en mucho contribuye a una más rápida estabilidad personal y familiar.
Finalizo esta reflexión comentando que no es fácil tomar esta decisión de abandonar nuestro país de origen, las personas que emigran están sujeta a cualquier riesgo o percance durante su recorrido de un país a otro. El pase a través de las fronteras, generalmente representa un trago amargo, ya que muchas veces tienen que pasar uno o varios días para que se les permita el paso, dada la cantidad de gente que se congrega para tal fin, y los requisitos que se exigen para el ingreso a cada país. Esto sin contar, con los militares tracaleros o forajidos que muchas veces hasta los despojan de los pocos recursos que llevan, dejándolos todavía en peores condiciones.
Muchos critican a los venezolanos que se van, yo no lo hago, más bien les deseo que les vaya bien, rezo por ellos, para que alcancen sus propósitos de conseguir una mejor calidad de vida, una calidad de vida que en Venezuela no habrá, mientras se mantengan en el gobierno los demonios que destruyen al país y acaban paulatinamente con la vida de los que aun permanecemos aquí. Ayuda humanitaria, !claro que la necesitamos!, y eso deben entenderlo y exigirlo de una vez por todas los países verdaderamente democráticos del mundo, y si es posible, imponerla como se ha hecho en situaciones similares con otros países regidos por gobiernos forajidos y totalitarios.
!QUÉ DIOS NOS AMPARE!
Autor: Tucídides López @verseador