La mujer y el amor propio: vamos a amarnos más y a odiarnos menos

in spanish •  6 years ago  (edited)

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Hoy quiero hablar de un tema que lamentablemente es más común de lo que debería, me atrevería a decir que todas nos hemos sentido así en algún punto, incluso hay quienes continúan sintiéndose así todo el tiempo. Creo que el tema del desprecio hacia nosotras mismas tiene muchas razones ocultas, pero todo al final recae en la autoestima, en cómo nos autoevaluamos.

Es en esa autoevaluación donde creo que se encuentra el problema: aprendemos a hacerla de forma errónea. En mi experiencia y en la de algunas personas cercanas a mí, puedo decir que esta percepción distorsionada se produce por conductas adquiridas tanto en el seno familiar como en la sociedad.

Cuando estamos pequeñas, inevitablemente, todo lo absorbemos como una esponja, estamos expuestas a experiencias positivas y negativas que nos marcan. De ahí lo que siempre dicen de “que la infancia es la etapa más importante en nuestra formación y que de ésta provienen muchos de nuestros traumas y problemas emocionales”.

Pero lo cierto es que una baja autoestima puede deberse a muchísimas cosas más: maltrato infantil, acoso escolar, padres exigentes, los cánones de belleza "perfectos" que imponen los medios de comunicación, la cultura del país donde vives... o un conjunto de todo esto. Cada una tiene su historia. Lo más importante va a ser comenzar a cambiar la comunicación con nosotras mismas, ese discurso destructivo que estamos acostumbradas a darnos a diario.

En mi caso particular, sufrí de acoso escolar y conozco la huella tan profunda que eso deja en quienes lo padecemos. El bullying nos hace sentir marginados, excluidos, que no encajamos en ninguna parte. Gracias a esto me la pasaba desconfiando de todas las personas que se me acercaban y desarrollé una baja autoestima. Los bullys me hicieron sentir tan avergonzada de lo que soy que durante un tiempo adquirí un mal hábito: el de disculparme por ser yo misma.

Muchas veces llegué a odiarme porque me creía cada una de las cosas que me decían. El resentimiento que había en mí hacia estas personas era indescriptible. Antes del bullying yo era muy segura y no me molestaba cómo era mi cuerpo, ni mucho menos mi personalidad. El acoso fue lo que distorsionó la percepción que tenía de mí misma.

Entonces caí en una espiral sin sentido de negatividad. Si se me acercaba alguien a decirme algo positivo, un halago, una felicitación o un “que linda te ves hoy”, sentía que era mentira y que en el fondo esa persona se estaba burlando de mí, o sea que no aceptaba los cumplidos, los rechazaba automáticamente y refutaba con un “no es para tanto” o es “solo porque xs persona me ayudó”.

Estoy segura de que más de una se va a sentir identificada. Y ésta es precisamente la actitud que debemos cambiar, todas somos maravillosas y nos merecemos que nos reconozcan por ello, que si hacemos un buen trabajo nos lo digan, que si nos destacamos en algo los demás se sientan felices y nos apoyen, y que si nos vemos hermosas y llamamos la atención lo aceptemos, sin peros, sin contras, sin disculpas.

¿Cómo cambié la actitud? El día en el que entendí que hay que aprender del pasado y no darnos latigazos con él todos los días porque ésta es la única manera de empezar a avanzar. Cuando me sentí mejor conmigo misma y perdoné a todos aquellos que me hicieron daño para sanarme y limpiar tanto resentimiento. Cuando comprendí que solo yo soy dueña de mi vida y que no debo culpar a nadie más que a mí por mis errores. De esta forma comencé a ser feliz de verdad.

Y cuando dejó de importarme lo que los demás pensaban de mí, las críticas, las burlas y todas aquellas personas que te hacen daño de alguna manera en la vida, entendí que no hay que aprender a odiar sino a dar gracias, cada golpe me hizo crecer como persona y me enseñó a ser más como yo y no como los demás.

No puede haber bien sin mal y viceversa, a veces no entendemos esto y nos victimizamos al máximo, yo lo hacía muchísimo y me quedaba enfrascada allí, en lo que me hicieron los demás y en las cosas que me ocurrían, entonces pensaba: “el problema es que no soy suficiente y por eso siempre me va mal, estoy destinada a eso”.

Y no, nadie está destinado a que siempre le va a ir mal, esa creencia solo está en la mente. Deja de pensar que no eres suficiente para alguien o para algo. No estás en este mundo para llenar las expectativas de nada ni de nadie. Eres suficiente y el que no lo vea, solo está de paso en tu vida. Sí eres suficiente.

Éste es un tema extenso, estoy segura de que una conferencia o un debate al respecto abarcarían, por lo menos, la mitad de un día y creo que me estoy quedando corta calculando el tiempo, no solo por la cantidad de temas que se relacionan con esto, sino por la diversidad de la mente humana, todos pensamos muy distinto. (Y esto último lo comprobé haciendo un debate sobre la autoestima en un grupo de WhatsApp).

Espero que mis palabras sirvan de apoyo para alguna que esté en conflicto consigo misma.

¡Gracias por leerme!

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¡Muchísimas gracias por su apoyo siempre! ♥ @goya

Muy bueno

¡Muchas gracias! @merlis

Excelente post... hermosas imágenes!!! Saludos.

¡Hola! @karlosromero muchas gracias. Un saludo de vuelta.

Que buen post, disfrute al leerlo...

Ésa es la idea, que sea ameno y que todos disfruten leerlo. Muchas gracias por tu comentario. @jorge.neveralone