La década de 1920 fue de esas décadas felices en donde la situación poco a poco va mejorando; época nostálgica, de esas en donde podías caminar tranquilamente por las calles de Birmingham, La Ciudad de los Mil Oficios, o de Estambul, la antigua capital del ya legendario Imperio Bizantino.
Era una época feliz, en donde los recuerdos de la guerra aún ahuyentan a aquellos que eran débiles de alma, corazón y mente. No era mi caso, aclaro, pero mierda... ¿Cómo olvidar la mejor década de mi vida? ¿Cómo olvidarla a ella, mi segunda esposa? Ella de cabello rubio como el sol y ojos azules como el zafiro. ¿Cómo olvidar a la mujer que me hizo dichoso durante más de cuarenta años de matrimonio?
¿Cómo olvidar aquél paraíso en medio de la sangrienta guerra oculta ante los ojos del mundo?