Diario segundo de una maestra sustituta (XIII)

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Bitácora del día L19. En algún lugar de M.

Si me dijeran que los lunes y los viernes son así de relajantes en la clase de literatura, desde hace rato que habría empezado a dar clases.

Bueno, no realmente, pero un pequeño cielo antes de la horda de hormonas alborotadas no cae mal a nadie. Aunque claro, hay veces en que te das cuenta de que tus alumnos no leen por x o y razón (caso de tercer año) o por el simple hecho de que no les gusta (el caso evidente de primer año).

Hoy vimos dos libros que yo misma tuve que leer... Uno de manera completa (obra de teatro) y otro con una traducción muy confusa que tuve que hacer algunas homologaciones para no confundir a los chicos y no poder terminar de leer. La primera es una obra de un tal Juanillo de Ruiz de Alarcón llamada La verdad sospechosa*, la cual trata sobre un tipo con una tendencia muy evidente en mentirle hasta a su propio padre. La segunda era el famoso Popol Vuh, o Libro del Consejo de los mayas quichés, en donde se dan a conocer los relatos míticos de la creación y de la historia de la humanidad; ese libro, considerado erróneamente la "biblia" de los mayas en cuanto a denominación (muy a pesar de las sorprendentes similitudes con el Génesis), es el de la traducción un tanto confusa (y de nombres chistosos).

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Pero bueno, las traducciones literales del maya al español en aquella época apenas estaban en pañales. 

Ahora bien, el jueves me va a suponer un reto: mi clase es la última del día; eso quiere decir que me toca vigilar que los chicos dejen el salón limpio u obligarlos a limpiar el salón. No es que tenga algo en contra de la limpieza; es solo que, notando la desesperación neurótica por querer salir de la clase (especialmente por parte de las chicas), como que eso está por verse.

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*Reseña disponible en Steemit (con spoilers) y Wordpress (sin spoilers)

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