No creo que sean necesarias las palabras para describir lo que siento ahora mismo.
Dios, si tan solo hubiese buscado algún modo de salir de la mente hueca de este pendejo de Haeghar y evitar que ella muriera, lo habría hecho sin importarme las consecuencias.
La rabia, la impotencia, las ganas de matar a mi portador... Siento todo un remolino de emociones que dudo mucho que este idiota sienta. O más bien, que no siente, porque si hay algo que he notado en la gente sombra es que no sienten otras emociones más allá de la ambición y la codicia por el poder. Lo que son el amor, la tristeza, la gentileza, la desesperación, el sentir que hay un vacío en tu vida... Nada de eso existe en sus mentes, en su jodido mundo, en sus corazones.
Felicidades, Haeghar: Te ganaste el premio al Esposo y Padre del Año. Maldito gusano de mierda, le dije mientras el hijo de puta se arrastraba por la habitación sin rumbo fijo. ¿Sabes?, ella no merecía morir... TÚ sí, lisiado inservible. Tú merecías tirarte del balcón, irte derechito al vacío. Gente como tú y como tu padre solo trae pesares.
-Cállate -gruñó mientras se sentaba en la cama.
NO. No guardaré más silencio ante todos estos desastres que tú y tu gente causan hacia otros. ¿Crees que soy como tú, que disfruto hacer sufrir a los que me rodean? Te equivocas. NO SOY TÚ, Haeghar. No soy el monstruo que tú sí eres; yo al menos tengo sentimientos, y créeme que a tu mujer la quise más que tú...
-¡Cállate!
¡No, tú cállate, pendejo de mierda!
Haeghar se arrastró hacia la salida de la habitación. Estaba furioso por mis palabras; estaba furioso porque, y les apuesto, sabía que le decía la verdad.
Marta era inocente. Ella y su hijo nonato eran, fueron víctimas de la lucha de poder dentro de su familia, conflicto del cual buscaba escapar a toda costa pero que al final la alcanzó. Los alcanzó a ambos. Y el artífice de todo este lío terrible es esta... cosa, porque llamarle "lisiado" sería ofender a la gente que, por accidente o por genética, no pueden caminar o les hace falta alguna extremidad. No, este tipejo está lejos de ser considerado un jodido lisiado; de hecho, tiene un maldito aparato que lo ayuda a mantenerse de pie. ¿Por qué insiste en arrastrarse al suelo?
Levántate y camina como un hombre, maldito hijo de puta, le dije mientras se sentaba a comer en la mesa.
Los comensales lo miraban detenidamente cuan fenómeno de circo. Les apuesto a que estarán pensando que no obtuvieron lo que eternamente han hecho por generaciones: Quitarse a un potencial rival del camino. Estarán golpeándose contra la pared al ver que el tipo ni se inmutó con la muerte de su esposa y su hijo, y que contenderían con él por el trono. Con él, un lisiado bueno para nada e hijo de la mierda.
D'leh, quien estaba justamente frente a él, fue el primero en externarle sus condolencias. Maldito hipócrita, susurré mientras que Haeghar, haciendo caso omiso a las palabras de su hermano, agarró una copa de vino y se lo bebió de una sola vez. Luego, con una sonrisa, le dijo:
-Mi krigsgaldr piensa que eres un maldito hipócrita y que yo soy un hijo de puta. Piensa que los dos -y padre- merecíamos morir.
-Si tu krigsgaldr piensa eso, será porque vio muchas cosas que has hecho y de las cuales no sienten arrepentimiento alguno -intervino Melew, uno de sus otros hermanos.
Eso y más...
-En mi defensa debo decir que la culpa fue mía al no explicarle que entre los Futhork no está permitido demostrar los sentimientos -replicó D'leh.
Di lo que quieras, hijo de la mierda. Tú hiciste eso a propósito, repliqué con indignación.
Haeghar, sin quitar esa sonrisa de su cara, replicó:
-¿O sea que no fuiste tú el que la asesinó?
Un silencio abrumador invadió la pieza. El emperador, quien mantenía la mirada fija en sus dos hijos, parecía costarle creer en aquellas acusaciones.
En cuanto a mí, pues creo que la acusación podría tener sentido si se tiene en cuenta quién ha hecho el primer movimiento que inició la lucha por el poder; sin embargo, estaba el detalle de que el dije de bodas, el cual estaba encima de la mesita de noche ese día, estaba colocado boca abajo. Eso, según la cultura futhork, es señal de muerte por suicidio.
-Yo no la asesiné -dijo D'leh a la defensiva.
-Y yo creo lo contrario -contraatacó Haeghar con certeza -. ¿O es que acaso no fuiste tú el que ordenó a ese par de putas insignificantes a que la mataran?
-Acepto esa acusación, pero insisto en que yo no la maté.
Haeghar tomó un pedazo de pollo y se lo llevó a la boca. Llámenme loco, pero sospecho que él estará pensando en mil formas de sonsacarle una confesión (real o falsa) a su hermano; no sé si es porque finalmente reaccionó ante su culpabilidad en la muerte de su esposa o porque quiere que yo me calle. Bueno, me quedaré con lo segundo.
D'leh, por su parte, se atrevió a añadir que Marta era bien querida por él y por su esposa; Haeghar, sintiéndose un tanto ofendido, le respondió entonces:
-Mi krigsgaldr tiene razón: Eres un maldito hipócrita. Un hipócrita y un asesino.
-¡Basta, Haeghar! -intervino el emperador.
El aludido sonrió y, con un asentimiento de cabeza, añadió:
-¿Sabes, padre? Mi esposa tenía razón en algo: Morir por el trono es estúpido... Pero matar por él no lo es tanto.
Un gemido lo interrumpió. Los comensales se volvieron hacia la mujer de D'leh, quien, de pie, se llevaba una mano al cuello y la otra hacia su abultado vientre. Otro gemido surgió, esta vez de otra cuñada suya; ésta se llevaba las dos manos a la garganta. El vestido estaba manchado de sangre por el área de la entrepierna.
Una a una, sin ninguna excepción, fue abortando y muriendo ante las miradas desesperadas de sus maridos.
Yo estaba sorprendido de todo lo que estaba sucediendo. Haeghar, sin remordimiento, se retiró con toda la tranquilidad del mundo y con una sonrisa en los labios. No cabe duda que este hijo de puta era un monstruo.
Cuando entró a los que fueron alguna vez los aposentos matrimoniales que compartía con Marta, cerró la puerta con llave y se acercó al balcón. Durante el recorrido, me dijo estas palabras:
-¿Sabes qué es lo más cruel de todo esto, krigsgaldr? Que al final estas muertes no la traerán de vuelta.
Me quedé sorprendido.
¿La amabas?, le pregunté, temeroso de la respuesta.
Se detuvo a pocos metros y levantó la mirada. Esa noche, las estrellas adornaban la bóveda celeste y Saturno, el planeta imponente con sus anillos de rocas, parecía un planeta de mares sin pedazos de tierra. Las lágrimas empezaron a recorrer sus mejillas. Un gemido que intentó reprimir en vano finalmente salió de su pecho. Sus manos, antes abiertas, ahora se cerraron en puños, temblando de una mezcla de rabia y tristeza.
-¡Fui un tonto! ¡Un tonto y un estúpido! Ella era distinta a las otras mujeres de su raza. Ella era dulce, amorosa, curiosa... Yo fui el primero en tenerla, no D'leh. ¡Yo fui el que la amó con el cuerpo! ¡Ella era mía, MÍA!
Tú dijiste que odiabas a las vírgenes, le señalé.
-Ese es D'leh. Él odia a las vírgenes.
¿Y por qué no se lo dijiste? ¿Por qué no aprovechaste las veces que ella te preguntaba cómo te fue? Hablar con ella habría sido de gran ayuda... Pudiste haber evitado su muerte.
-Lo sé...
Con trabajo se subió al borde del balcón. Ahí, mirando hacia el abismo, cerró los ojos. Yo no dije nada; no iba a detenerlo. Él sabía que, con el crimen que había cometido hace unos momentos, ya no tendría sentido su vida.
Con impulso, se lanzó al vacío... Con el recuerdo de Marta como su estandarte.
.-.-.-.
Poco a poco abrí los ojos. Todo estaba en blanco... Bueno, ni tan blanco; en realidad, ese techo parecía gris. Espera... ¿En dónde estoy? Trato de incorporarme, pero el dolor punzante en mi cuerpo me obligaba a permanecer quieto. Por lo tanto, me limité a observar a mi alrededor. Que en donde carambas estaba era demasiado evidente: Estaba en un hospital.
-¡Doctor! -escuché una voz femenina -¡Doctor, el paciente ha despertado del coma!
¿Coma? Esperen... ¿Estuve en coma? El médico entró de inmediato; me hizo chequeo de pulso, me revisó los ojos e incluso me preguntó cuántos dedos veía; con trabajo le respondí que tres. El hombre, satisfecho, me dijo que ahora mismo estaban avisando a mis familiares. Yo no dije nada; digamos que estaba desconcertado y desorientado.
Hasta hace unos instantes estaba en el cuerpo de un tipo que se había lanzado al vacío luego de cargarse a tanta mujer embarazada y ahora me encuentro en un hospital en donde me entero que había sobrevivido milagrosamente a un accidente automovilístico.
-¿A-accidente? - murmuré.
La memoria, antes borrosa, empezó a hacerse clara: Era una noche de invierno, creo que en vísperas de Año Nuevo; yo estaba en el automóvil conduciendo por la avenida principal. Tenía harto alcohol encima, y estaba solo y deprimido. La semana anterior me enteré de que me habían despedido por recorte de personal, que mi ex novia me dejó por otro y que tenía tres meses para desocupar el departamento. Todo eso en el espacio de cinco días, con el accidente como la cereza en el pastel.
Fue en ese entonces que decidí preguntarle al doctor cuáles eran las probabilidades de volver a caminar; parece nada, pero si me volviese un lisiado, al menos no quiero ser como lo fue Haeghar en su momento. El galeno, contemplando mi mirada llena de incertidumbre, decidió ser franco conmigo: Sí había la probabilidad de que volviera a caminar, pero necesitaría la ayuda de un bastón para mantener mi equilibrio durante un tiempo. Comprensivo, le agradecí su honestidad. Al retirarse a ver a otros pacientes, me acomodé un poco en la cama y me puse a reflexionar sobre qué hacer con mi vida a partir de ahora. Lo primero que se me cruzó por la mente es que si todo esto fue un sueño extraño y oscuro, entonces Marta quizás simbolizaba mi deseo interno, por no decir mi reproche, de haberme reprimido las ganas de estar cerca de ella y charlar aunque fuese una vez. Si me la llegara a encontrar de nuevo... Solo en ese instante, solo en ese momento, le preguntaría su nombre real y dejaría que las cosas fluyeran.
@vickaboleyn! Eres fantastica nunca imagine ésto tan real y un sueño a la vez. Como la mente nos puede mostrar tantas caras. Mis respetos! Lo hiciste perfecto!
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¡Muchas gracias, mi querida @sulemna! Realmente no se me había ocurrido un final mejor que este. Y eso que ayer estaba inspirada (bueno, desde el jueves que vi el primer capítulo de la nueva temporada de Vikings). ¡Un saludo y gracias por leer!
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¡Pero qué giros! ¿Será entonces que se encontrarán en el mundo terrestre? Oh vaya que vaya.
¡Saludos!
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