Al estudiar la historia del arte, llegué un punto en que como mujer y también como artista no pude ignorar el hecho de que prácticamente la historia del arte durante más de mil años es la historia de los hombres en el arte. En ella, las mujeres quedan del otro lado, son las retratadas y las representadas pero pocas veces se les reconoce como autoras.

Por una y otra razón, las mujeres tuvieron que forjar su camino a la historia del arte, y a resumidas cuentas todavía lo hace a pesar de que ahora podrás verlas contando imágenes en todo el planeta, existen cientos de años de ausencia de su reconocimiento como artistas en la historia y esto tiene su peso.

Con la idea de hacer un balance (un tanto absurdo) decidí hacer una serie de dibujos masculinos en los que ellos fueran los retratados. Principalmente por el hecho de decirme a mi misma que ellos también son musas, y que nosotras también somos autoras.

Cuando dibujo siempre parto de una idea, opinión, o momento. Normalmente, siento unas ganas incontrolables de dibujarlo y cuando lo hago intento que ellas por si solas puedan contar una historia, la mía o la de quien lo desee. Por esto elijo hacer formas con pregnancia, este término normalmente se refiere a formas simples y delimitadas que brindan una idea concreta. En mi caso, las formas pregnantes se vuelven síntesis, pero se mantiene lo suficiente como para que puedan reconocerse.