El Grupo de Lima, quien se había venido presentando como una suerte de súper amigos que luchan por la libertad y la justicia, parece ya no ser quien presidirá el encargo de “tumbar” el gobierno del presidente Maduro. Seguramente el escaso avance obtenido, sumado al patético liderazgo que proyecta en la región, terminó por agotar la paciencia del Departamento de Estado norteamericano quien en definitiva parece estar resuelto a “ensuciarse” las manos en el caso venezolano.
La descomunal “alharaca” que armó con eso de amenazar cual “bravucón” de barrio al presidente Maduro si asumía nuevamente la máxima investidura de Venezuela, resultó una “pifiada” imperdonable, un fracaso total que terminó por desencadenar un nuevo precedente de fracaso ante la población venezolana y el mundo.
El encargo no era criminalizar al gobierno venezolano como un Estado Fallido ante el mundo, sino de arrastrar a los venezolanos, desde su “reputado” prestigio internacional, hacia el explosivo convencimiento que el gobierno de Maduro era ilegítimo y por tanto indefendible. Paso obligado tanto para una salida consensuada o militar del Mandatario bolivariano.
Diana imprescindible para encender de una vez por todas la “mecha” y causar la implosión social de su nada desestimable respaldo. Un debilitamiento necesario y progresivo que rigurosamente habrán de experimentar sus fuerzas. Trabajo que sus operadores políticos en el país han estado y siguen estando muy lejos de lograrlo.
Las incongruencias estructurales que este Grupo esgrimió resultaron ridiculizadas y rebatidas por la propia “partida de nacimiento” de su “progenitora”, la OEA, “La Organización de los Estados Americanos no tiene más facultades que aquellas que expresamente le confiere la presente Carta, ninguna de cuyas disposiciones la autoriza a intervenir en asuntos de la jurisdicción interna de los Estados miembros (1).
El gobierno venezolano no solo demostró cohesión sino que evidenció lo suficiente para representar una indiscutible amenaza hacia cualquier pretensión armada extranjera. Logrando una nueva narrativa que no solo comienza imponerse en Venezuela y el mundo sino que proyecta nuevas y valederas interrogantes sobre lo que verdaderamente acontece en ese país.
Nuevamente la arrogancia y el desconocimiento los llevó ha incurrir en el acostumbrado desliz de subestimar al chavismo. La valentía que con merecimiento histórico demuestra Venezuela durante su dilatada lucha no en balde le viene capitalizando sentimientos de solidaridad y apoyo importantes. Cuanto más se hunde y aísla los EE.UU. en el oscuro foso del descrédito y el desprecio más aumenta la legitimidad del gobierno venezolano en el mundo.
Si bien buena parte de la población venezolana muestra visible inconformidad y hastío por lo que está padeciendo, los “saltos al vacio” tampoco le representan una mejor opción. A pesar de lo continuas y reales que puedan ser las amenazas, Venezuela se halla decidida a resolver sus propios problemas.
No ha sido poca cosa el ensañamiento a la que ha venido siendo sometida la población venezolana. Pocos países en el mundo habrían podido soportar con tanta claridad política lo que vive este país. Nadie como ellos saben quiénes son los actores y cuáles son las verdaderas pretensiones que cada uno de ellos persigue y mantiene.
Emblemático y obligado resulta destacar lo ocurrido en el Golpe Militar del 2002 cuando el tal Carmona Estanga, bajo los rimbombantes auspicios y recursos de la embajada norteamericana, luego de autoproclamarse presidente, bochornosamente fue “defenestrado” por la propia población y las fuerzas armadas en menos de 72 horas. A pesar de la bulliciosa algarabía y respaldo que le otorgaban la totalidad de las grandes cadenas de la comunicación tanto en Venezuela como en el mundo.
El comportamiento de la población venezolana este 10 de enero resultó paradigmático, y suficiente para desmontar cualquier duda sobre su temple. Por segunda oportunidad asumió Maduro la presidencia de su país, luego que el 20 de mayo del 2018, en elecciones libres, secretas y universales, el Consejo Electoral Permanente oficializara el triunfo con el 67,84% de los votos escrutados.
Elecciones que fueron adelantadas hacia esta fecha por demanda expresa de la Oposición que en el marco del Diálogo en República Dominicana, ponía como condicionante sine qua non, para continuar en la Mesa de Negociaciones, el que se efectuaran en el primer trimestre del 2018. Todo en un clima de creciente convulsión al estilo de las Primaveras de Colores que tanto ha financiado el gobierno de los EE.UU. alrededor del mundo.
EE.UU., la OEA, la Comunidad Económica Europea, creyeron que sería suficiente alinearse a este Grupo, que se asumía estar conformado por lo más granado de las democracias de la región, dispuestos y preparados con toda suerte de juegos de guerra, para que el 10 de Enero Maduro entregará a una Venezuela derrotada.
“Todos” contra un País todavía famoso por ese supuesto dictador llamado Bolívar que al igual que ese otro tal Chávez, también catalogado de “dictador”, no se cansó hasta liberar cinco naciones, a parte de la suya propia, demostrando implacable lección para todos aquellos Imperios que tenían por costumbre enlodar con su porquería a todos los que se le oponían.
Venezuela no ha dejado de ser noticia y vilipendiada como cotidianamente resultaba hace 200 años. Aún hoy abrigan la pretensión de darle órdenes e imponerle formas de gobierno a capricho y medida de intereses foráneos macerados de un odio racial inconmensurable. Por la ignorancia buscan derrotarla para así definitivamente acabar de imponer el servilismo en la región.
El gobierno de los EE.UU. ha venido logrando, en estricto apego a sus más nauseabundos manuales, extender un relativo espacio de influencia en Latinoamérica. Movilizando descomunales recursos ha logrado imponer sus intereses en buena parte de los gobiernos de la región. Los que no se han plegado son fustigados de manera despiadada por esta suerte de matones de comedia negra.
La permanencia del gobierno venezolano representa un verdadero atentado y peligro para las intenciones de mantener el Poder de todos aquellos que bien parecen tener los días contados. Venezuela viene siendo la demostración más genuina, al igual como ha venido siendo Cuba desde la década de los cincuenta, que se puede mantener y sostener un gobierno popular en el continente.
Este retorcido Grupo, nacido de una “noche de copas” a la que asistieron 12 gobiernos que firmaron un Acta en la que en 16 puntos juraban tozuda y bestial su indeclinable oposición al presidente Maduro, después de no lograr “activar en la OEA la Carta Democrática Interamericana sobre Venezuela” (2), terminó siendo nada más que una nueva maniobra errática.
Una gran incógnita viene surgiendo en este momento en el mundo, como es posible que siendo Maduro un “dictador” puede ser sostenido y apoyado de manera tan vehemente cuando la mayoría de los gobiernos “exitosos y democráticos” de la región mantienen modestos márgenes de popularidad, y a pesar de no estar sometido a Sanción Económica alguna campea de manera tan alarmante la miseria, la desigualdad y la emigración forzada.
Dónde queda eso que “Todo Estado tiene derecho a elegir, sin injerencias externas, su sistema político, económico y social, y a organizarse en la forma que más le convenga, y tiene el deber de no intervenir en los asuntos de otro Estado…”. CARTA DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS, Capítulo II, PRINCIPIOS. Artículo 3, inciso e) (3).
Incluso en tiempos del despotricado Imperio Romano se exigía una iusta causa (justa causa) para justificar una Guerra. Un requisito formal que se cumplía solo cuando “(…) ese colegio de veinte sacerdotes se desplazaba hacia territorio enemigo con el fin de constatar que el vecino había faltado a sus compromisos” (4).
La maniobra llevada a cabo por este Grupo resultó un bodrio más “cantinflesco” de entender que los supuestos “militares” venezolanos desconociendo a Maduro desde Perú. Un “arroz con mango” con los mismos aditivos del, en boga, “Juan Gabriel está vivo”. Otra de las tantas farsas con las que el gobierno de los EE.UU. se empeña en demoler el Derecho Internacional.
Las atrevidas declaraciones de James Mattis: “el principal objetivo de la seguridad nacional de Estados Unidos es ahora la competencia de poder y no el terrorismo”, parecen encaminadas a inaugurar un nuevo tipo de relaciones internacionales, en las que el recurso de la fuerza demolerá por completo nuestro modelo de civilidad que tanto horror nos ha costado mantener.
Declaraciones nada causales y que podrían estar allanando el camino para, desde el reconocimiento del írrito gobierno interino de Guaidó, intervenir todos los activos de Venezuela en el extranjero, para así asfixiar definitivamente la economía y finanzas del país latinoamericano, como oportunamente ocurrió en Libia.
Abriendo camino para lo que seguro será la manera como desde el pillaje más aberrante y descarado el gobierno de los EE.UU. ha decidido, soportándose en su poderío militar, preservar la hegemonía mundial. “Jugada” que no dejaría de tener repercusiones y reacciones a nivel mundial, preludios para lo que seguro sería la llegada de una Tercera Guerra Mundial.
La manera como Mike Pense, abierta y descaradamente lanzó “salta pericos” para despertar y animar la participación de las grandes mayorías en la Marcha de la Oposición, resulta de Antología, y no menos que corrobora que la Oposición venezolana de manera alarmante ha perdido las calles.
Mientras tanto, evidentemente sin aun saber qué hacer, Trump no le ha quedado otra que continuar coleccionando conflictos sin resolver alrededor del mundo.
Tantos y encendidos son los frentes que mantiene actualmente el gobierno de los EE.UU. en este asediado mundo, que difícilmente estaría en capacidad de prolongarlos dentro de una guerra comercial que aún no ni siquiera ha comenzado para China y buena parte de los países perjudicados. Por lo que el David de Latinoamérica se espera continuará haciendo Historia, y acaparando el sentimiento y solidaridad de buena parte del mundo.
(1) CARTA DE LA ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS AMERICANOS (A-41) http://www.oas.org/es/sla/ddi/tratados_multilaterales_interamericanos_A-41_carta_OEA.asp
(2) Grupo de Lima, Wikipedia, https://es.wikipedia.org/wiki/Grupo_de_Lima
(3) CARTA DE LA ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS AMERICANOS (A-41) http://www.oas.org/es/sla/ddi/tratados_multilaterales_interamericanos_A-41_carta_OEA.asp
(4) Raquel Regueiro Dubra, La evolución del concepto de legítima defensa en Derecho Internacional contemporáneo pag. 33 y 34 https://eprints.ucm.es/16665/
Maduro esta derrotado, solo falta que renuncie y salga de Miraflores, jajaja lo mas dificil, cosa que sabemos que no pasara ya que ese no va a soltar nunca esa vaquita que tiene ahi.
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