La comodidad de vivir lo conocido, no importando si es bueno o malo, nos lleva a la postración, al temor a lo nuevo o impredecible e impide el cambio. Los riesgos deben asumirse con necesaria cautela para avanzar y obtener lo esperado sin miedo. Así asumo este paso a lo desconocido que es en definitiva el camino de mi destino. Miro el espacio entre el marco y sé que debo atravesarlo para volver a mi origen y beber la sabiduría de aquellos sentados esperando por mí.

Siendo hoy 28 de Febrero de 2050, 8:09 de la mañana, el portal cambia de color se abre y atravieso ese vacío hacia otro mundo, hacia a otra civilización. Cinco seres nos esperan con elegantes gestos de bienvenida. Se agradece el tacto respetuoso del trato casi humano que nos ofrecen. Señalan el cilindro donde ingreso para recibir un baño descontaminante. El baño afecta en algo mi mente, como si un peso extra entrara en mi cuerpo. Es como hablar en otro idioma y debes pensar en ese otro idioma a la par del tuyo y los dos pensamientos conviven, pero éste es un peso diferente. Le manifiesto a uno de los cinco lo que siento y de su ceja izquierda parece emitirse un pequeño destello. Es normal, dice, es el resultado a la adaptación de su cuerpo a nuestro mundo. Su lógica me calma. Caminamos varios minutos guiados por diferentes luces hacia diferentes cabinas. Cada luz es distinta e individual y la mía me conduce a una amplia habitación de cuya pared-pantalla uno de los seres que nos recibió sale de la misma materializándose. Me mira sonríe y cae delante de mí. Así, sin aviso, de pronto. Cae muerto. No sé qué hacer. Un haz de luz me envuelve enseguida se convierte en materia plástica como un gel que me inmoviliza y me lleva levitando hacia algún sitio. Luces destellan pero todo, todo se convierte en silencio.

El ente me mira, trata de ajustar algo en esa holográfica interfaz del aparato que acerca a mis ojos. Mi ojo, quieto, enfoca hacia adelante, mira hacia un solo punto y no puedo desviar la mirada ni moverlo. Tampoco mi cuello, estoy inmóvil, una sensación desesperante de impotencia que no se aleja cuando el ente me dice: no haga ninguna resistencia, es inútil, si resiste sentirá mucho dolor. Del aparato emerge un líquido que se posa en mi retina, tiene vida propia y se interna en mi ojo sin romperlo o cortarlo, siento mucho dolor. Ese líquido cobra voz porque la escucho en mi mente preguntarme ¿Cómo lo mató? Solo piense, repito ¿cómo lo mató?

El asesinato es un acto de destrucción producto de oscuros y complejos desequilibrios internos de quien asesina. Si éste no puede solucionar sus conflictos con el objeto de su crimen ese ser está enfermo. Esa enfermedad se debe erradicar por eso no existe en nuestra sociedad, no hay asesinatos porque no hay enfermos –habla otra voz. Y las enfermedades producto de desperfectos en el proceso del pensamiento se eliminaron hace mucho tiempo. Usted mato a Cinco, no sabemos cómo y queremos averiguarlo. Adaptamos algunas definiciones de nuestros sistemas a sistemas similares a los suyos para un mejor entendimiento. No utilizamos video para grabar imágenes pero tenemos “grabado” todo lo sucedido. No podrá mentir ni esconder nada. Y nos dirá cómo y porqué mató a Cinco. ¿Y quién es Cinco? ¿Uno de los que nos recibió, el que se cayó delante de mí sin yo tocarlo, el de mayor amabilidad que los otros? ¿Por qué habría de matarlo? ¿Para qué? El líquido empezó a moverse dentro de mi ojo y el dolor crecía, la ceguera, la inmovilidad y la incapacidad para pensar claramente eran aún peores.

Si penetraron mis pensamientos, deberían saber que no maté a Cinco, si tienen todo grabado, deberían saber que no maté a Cinco, si descubren si miento o no, deberían saber que no maté a Cinco… entonces… ¡no pueden leer mi mente! La grabación muestra lo que sucedió no lo que realmente pasó. Además no saben si digo la verdad o miento. Algo falla en ellos o algo falla en mí. Una barrera psicológica, posiblemente, algo en mi mente detiene su intervención. No detiene el dolor pero sí los detiene a ellos. ¿Qué pasos debo dar para liberarme? Mentir no es opción, decir la verdad… igual no es opción pues no la creen. Ambas opciones conducen a mi condena, entonces mentiré diciendo la verdad. Y así ganar tiempo para conocer porqué su tecnología falla en mí.

Envío un pensamiento: Soy de la Tierra, vengo en son de paz, soy ingeniero en energía, vine a estudiar sus sistemas. Lo sabemos, me responde una voz distinta a las anteriores. Queremos saber ¿por qué mató a Cinco? …no leen mis pensamientos y están ¡sorprendidos! No saben cómo bloqueo su telepatía. No saben por qué su tecnología no funciona en mí. Ya pudieron ver mis recuerdos y por lo tanto saben que no maté a Cinco. El líquido inició su salida de mi ojo. Tendrían que admitir que no pudieron leer mis pensamientos ni pudieron alterar ninguno proceso intelectual en mi cerebro. Y eso los tiene inquietos, sorprendidos, pero, a la vez, mucho más alerta y temerosos. Lo cual los vuelve más peligrosos, sabemos de su crueldad y ausencia de compasión.

Me liberan y me reúnen con el resto del equipo terrestre detenidos en una sala. Uno de ellos me pregunta alarmado ¿qué pasó? Mi respuesta es parca, le indico guardar silencio y señalo al techo. Nos escanean continuamente. Quise decirle que resistí al examen mental pero un escalofrío me detuvo. Sensación similar a la que sentí cuando salí del cilindro descontaminante al llegar al planeta. Y la figura de Cinco pareció aparecer delante de mí. Más como un ectoplasma que holograma, más como imagen que fantasma. Hace unos años creí escuchar a alguien elucubrar que estos seres dejan algo de su vida flotando cuando mueren. Su evolución les permite manejar energías de vida y es posible dejar estelas reveladoras. Tal vez Cinco podría decirme algo sobre su propia muerte. ¿Cómo habría yo de matarlo si sabemos que para nosotros es imposible? Un humano no puede matarlos, se ha intentado y nada, no se puede. En un momento de ira, un amigo disparó su arma a uno de ellos y las cargas no le hicieron nada, lo atravesaron como si no estuviera allí. Vi cuando el ser se volteó y centró su mirada en el agresor y retorció el cuerpo del atacante en el aire rompiéndole todos los huesos dejándolo vivo por varios minutos, consciente de su sufrimiento, cuando creyó suficiente, lo mató. No hay manera de asesinarlos o por lo menos no sabemos cómo. Eres el primer humano en hacerlo, me susurra un colega, esto podría ayudar mucho a la Tierra. –No- le contesto- no lo maté.

La posibilidad de convertir en realidad nuestros pensamientos si logramos transformarlos en sueños como los sueños que soñamos despiertos es una investigación que adelantaron algunos laboratorios allá en la Tierra. Creían posible materializar nuestra imaginación como en un sueño logrado en lo más profundo de nuestra psiquis. Imaginamos, por ejemplo, un vehículo, luego lo soñamos para vivirlo realmente y de esa manera materializarlo a través de un dispositivo. Hasta ahora los intentos han fracasado. Tal vez la misma teoría es una estupidez. Nadie desarrolla una tecnología donde el pensamiento pueda generar materia con el solo hecho de pensarlo. Quizás estos seres sí. Aún no sabemos de dónde o cómo tienen ese poder mental. Sin embargo, la presencia de Cinco en mi mente es sueño de esos sueños despiertos.

Luego de cuatro días en espera escucho a Cuatro, quien dice, formo parte del grupo de cinco que recibieron a la delegación terrestre. ¿Prefiere conversar por vía telepática o verbal? Asumo nuevamente que no han podido ingresar en mi mente. Preferiría conversar como en mi planeta -le digo. Me sorprende la facilidad de respuesta de mi cerebro sin la concentración acostumbrada. Lo felicito –dice Cuatro- veo grandes progresos en su comunicación telepática, ¡sorprendente! Su voz refleja incomodidad y desagrado. Me materializan en un cuarto con grandes ventanales azules traslúcidos que atenúan el exterior. Cuatro se acerca y la forma de su rostro se va desvaneciendo convirtiéndose más en imagen etérea que en algo físico o tangible. Nuestra naturaleza, me dice, no es completamente biológica, hay genética pero es la simbiosis de diferentes energías las que nos dan vida. Nuestro concepto de morir es diferente al concepto de muerte de ustedes. Sin embargo, no somos inmortales. El paisaje a través de la ventana se pierde en el horizonte, hay verde por todo el piso y miles de piedras redondas que lo cubren separadas una de las otras por pocos metros, nada simétrico, al garete, como si hubieran nacido o emergido en cada sitio. Parecen plantas como lo verde que las circundan. La tierra plana corre como si de un río se tratara al encuentro de montañas lejanas sin abruptas rupturas, una curva suave en ascenso y me encuentro entre la bruma de ese paraje frío, nublado, lleno de piedras redondas y Cuatro a mi lado me dice usted está aquí para un pequeño paseo entre estas piedras. Su figura es humana, todo carne, todo huesos, humana de una raza no precisada, como una mezcla de todas. Tal cual era Cinco, tal como nos recibieron, tal como murió, nada etéreo, nada nube ni fantasma; cuerpo tangible y frío como cuando un humano muere. Y Cuatro me va diciendo: la defensa mental que ha desarrollado no es normal, ese bloqueo al escaneo, el aislamiento de energías, la estrategia utilizada para burlar las diferentes rutas de acceso a sus pensamientos… algo que no creíamos posible para los de tu especie. ¿Si yo no he hecho nada?, pienso. Cuatro hace un gesto señalando el campo empedrado, algunas de estas rocas son receptáculos de una flor productora de una droga especialmente peligrosa, dice. Permite destruir pensamientos, memorias, recuerdos, imágenes. Sirve entre nosotros para conocer la verdad cuando se pretende esconderla y como también la usamos para castigar. Su uso produce dolor físico muy intenso y a nivel mental produce dolor y terror. Puede generar un desnivel de pensamientos tal que se puede perder la cordura. Nunca ha sido usada en humanos y no estamos seguros cuales serían las consecuencias de su uso. Sí es seguro que le quitará la esclusa de su mente y sabremos la verdad. Desapareció. El frío viento congeló mi piel, mi sangre parecía no circular por lo dicho por Cuatro, parecía detenida igual como mi respiración. Algunas rocas empezaron a emitir un destello azul generando en el piso un movimiento de las plantas del suelo dirigiendo sus hojas hacia los destellos, se movían anhelantes, desesperadas. Un baile de espigas alrededor mío, alrededor de cada roca destellando, los movimientos sin sincronización alguna ejecutan un baile hipnótico, seductor, paralizador. Empecé a correr por instinto, por supervivencia, por ignorancia. Corrí entre las rocas como si conociera una ruta, corrí directo hacia una de las rocas sin aparente diferencia de las demás. Cuando llegué me subí a ella y esta empezó a flotar transformándose en algo plano y traslúcido. Subieron paredes de luz y vi como Cuatro con otros se materializaron en lugar donde yo estaba buscando sin encontrarme. Los miraba desde arriba, flotando. Invisible- me dije- soy invisible. Y la voz de Cinco se dejó escuchar y sus pensamientos con los míos entrelazaron ideas. Mi muerte para poder renacer en ti, me transmitió, mi muerte para un regalo, mi muerte para la resurrección y serás quien salve tu especie de la mía y tu-yo salve igual la mía. ¿Cómo podré tentar a la desidia de dejar las cosas cómo están? Cómo esquivar el destino que me dio la sabiduría buscada ahora que la encontré, está conmigo y con ella habrá creación en la Tierra, con ella nuestra especie evolucionará, ya no importa no ser dueño de mis pensamientos. Vivir con otro no importa. Viajo de regreso a mi planeta, regreso con algo totalmente diferente. ¿Mejor? No sé. El bien tiene su sabiduría, digamos su manual, pero el mal lo tiene igual. Se aprende igual a dañar. Cuatro quedó con dos de sus acompañantes atrapado por el florecimiento de las rocas y poco a poco las flores los engulleron. No aprecié el planeta al alejarme de él. El pensamiento va más rápido.

Al llegar a la Tierra veo el edificio donde iniciamos el viaje al planeta de Cinco. Me extraña que nuevamente esté parado frente a portal transportador, el mismo que se abre y entro en él materializándome en el planeta donde cinco seres me reciben amablemente. Cinco se acerca, me toca la sien derecha y de su ceja sale un destello de luz. En mi cerebro Cinco me dice: he vuelto para liberar mi pueblo. Hoy es jueves 28 de febrero del 2050 a las 8:10 de la mañana. Mi mano ya sin huesos, convertida en una amorfa punta, empieza a disparar.