Caracas es como una mascota que está en sus últimos años de vida. Uno le tiene cariño pero no puede evitar entristecerse al ver que se ha venido a menos tan rápido. Yo casi no tuve oportunidad de ver a Caracas como una ciudad que merecía la pena amar, y a día de hoy no sé si es una pena o si, por el contrario, soy afortunado. Al menos sé que al momento de tomar una decisión, un amor irracional por un conjunto de edificios colocados en un orden específico no me detendrá mucho.
RE: La ciudad destartalada (Confesionario)
You are viewing a single comment's thread from:
La ciudad destartalada (Confesionario)