Y es que llegas de la nada, con una sonrisa que alborota mis sentidos, dejando mi alma embobada justo igual que al principio, y es que eres tu por quien escribo. No quería admitirlo pero extrañaba tu forma de demostrar cariño, esos simples juegos que a ojos de cualquiera son incorrectos.

Salud, querido amigo mio, por esos besos en mi cuello que son como un río, por cada vez que tientas a mis labios. Tus manos me recorren quemando cada sitio, demostrando que me conoces más allá que cualquier amigo.

Siempre me preguntan que sucede entre nosotros, siempre contesto lo mismo y es que tu y yo solamente somos amigos pero no entienden, ni yo entiendo. Lo único que tengo claro es que amo ser el centro de tu atención, que me encanta la forma en la que me miras ahora, y se que nadie más entiende que sucede, pero yo tengo el presentimiento que va a terminar en algo bueno, ¿Sabes por qué?

Porque lo veo en tus ojos, lo veo porque ya no existe esa máscara que antes tenias puesta, ahora me permites ver que pasa en tu mente, ahora solamente nos queda pendiente eliminar la mía, dejarla sobre la alacena, aunque aun conservas tu traje y yo conservo todo mi disfraz, se que poco a poco los dos estamos viendo algo más allá.