Con este post pretendo que reflexionemos en torno al amor y su significado, pero desde el punto de vista de las sustancias químicas que participan en las sensaciones que se generan en el cuerpo del ser humano, una vez herido por una de las flechas de cupido. ¿Acaso este pequeño angelito mitológico sabe algo de Química? De ser así sería interesante conocer cuál es el contenido de ese mágico elixir que tanto nos ha dado para disfrutar y estudiar. Regreso a Steemit con ganas de hablar de Química desde la perspectiva de la Ciencia, la Tecnología y la sociedad.

Imagen 1. Procesada por la autora en Mocrosoft Power Point 2013 con apoyo de otras de dominio púbico fuente fuente

El amor es uno de los temas de los que más se ha escrito a través del tiempo y son muchas las discusiones en torno a su significado. Es frecuente escuchar las posturas de artistas y poetas, quienes describen con variadas y elaboradas metáforas los descontroles físicos que genera el amor a los enamorados. Y ¿Quién no ha estado enamorado? Para todos es familiar el asunto de las manos sudorosas, el corazón agitado y la pérdida de la coherencia al momento de articular las palabras apropiadas delante del ser amado. Con tales síntomas, parece una enfermedad más que el sentimiento al que le atribuimos poderes benditos.

Imagen 2. Los detalles aparecen temprano en el enamoramiento, agradar a la pareja es una de las actividades favoritas cuando nos enamoramos fuente

Lo primero que es importante aclarar es que los seres humanos contamos con sustancias químicas que regulan todos los procesos en nuestro cuerpo y cuando alguna de estas falla o se produce en mayor cantidad, nos enfrentamos a sensaciones y procesos muy variados.

Los científicos han logrado identificar la acción de las sustancias químicas que intervienen en el proceso de enamoramiento, así que, tras años de estudios, hoy podemos referirnos a ellas con bastante certeza. He seleccionado solo algunas, pues, si en algo coinciden científicos y poetas, es en que el amor es un proceso sumamente complejo. Hoy intento que nos aproximemos a conocer el nombre de estas sustancias, pues los procesos bioquímicos en los que nos vemos involucrados al enamorarnos son tan complejos como la relación amorosa en sí. Este post no es anti romántico, sino que nos permitirá conocer un poco de Química detrás del amor.

El sistema nervioso central es también el centro del amor romántico que conocemos. Son muchas las regiones del cerebro que se ponen en alerta cuando estamos enamorados, pero algunas de ellas tienen una importancia mayor, en atención a los neurotransmisores que en ellas se sintetizan y/o segregan. A continuación me refiero a algunas sustancias que nos pueden ayudar a comprender la química del amor e imaginar cuál es la fórmula del elixir que nos inyecta cupido:

Imagen 3. El amor parece ser más ciego de lo que dicen. El olfato es clave en la elección de la pareja ideal fuente

Feromonas

Aunque por mucho tiempo se pensó que eran propias exclusivamente de los animales, diversos autores reportan la existencia de feromonas en los seres humanos. Estas moléculas son lo suficientemente volátiles para permanecer en el aire y recorres distancias cortas, pero con suerte, suficiente para ser captadas por la “pareja ideal”. Las feromonas se generan por las glándulas sudoríparas, principalmente las de las axilas y la entrepierna y llegan a constituir una mezcla tan particular que define a las personas. Aunque no percibimos este aroma conscientemente, una vez detectado, el sentido de la vista se activa hasta encontrar a la persona que genera la fragancia amorosa. A veces el amor es así de ciego.

Imagen 4. Si te miro y te respiro siento que estoy vivo. Así de intensos nos volvemos fuente

Oxitocina

Esta hormona es sintetizada en el hipotálamo y está vinculada con muchos procesos en el organismo. Tal es el caso de su participación en el parto femenino y la lactancia materna. Son numerosos los estudios que reportan su incidencia en el establecimiento de relaciones sociales estables de confianza y apego. La oxitocina es frecuentemente llamada la hormona del amor, pues es la responsable de la sensación de manos sudorosas y agitación cardíaca que sufrimos (si, a veces realmente la sufrimos) cuando estamos cerca de la persona amada. La sobre producción de oxitocina, conjuntamente con otras hormonas como la luliberina y la dopamina, afectan el lóbulo temporal izquierdo, que es precisamente donde se confecciona el lenguaje, esto da lugar a las frecuentes incoherencias y tonterías que suelen decirse cuando se está enamorado. Esto es consecuencia de la sobre estimulación química de esta zona.

Imagen 5. Estructura química de la Oxitocina fuente

Otro efecto atribuido a la oxitocina, tiene que ver con esa perfección que vemos en el ser amado. La ausencia de defectos es una de las características de esa persona por la que nuestro corazón palpita aceleradamente. Existen evidencias de que la oxitocina inhibe las sustancias encargadas de enviar impulsos nerviosos al lóbulo frontal del cerebro, que es precisamente donde se procesa el juicio crítico. En este punto, quedamos completamente desarmados y la perfección de esa persona especial se transforma en lo único que podemos ver. La oxitocina está vinculada con la sensación del contacto físico con esa otra mitad.

Dopamina

Este neurotransmisor se encuentra en grandes concentraciones en la etapa del enamoramiento y está vinculado con las sensaciones de alerta y euforia. Es notable la sensación de tener súper poderes, la capacidad de hacer cualquier cosa, por amor. Esta motivación adicional y el aumento de la energía son atribuidos a la presencia de dopamina. Esta sustancia que parece drogarnos con tales niveles de satisfacción es señalada como la responsable de la condición adictiva del amor. Es tal la reacción en cadena que se genera que en cada sinapsis se sintetiza más y más dopamina, además de otros neurotransmisores, que logran mantener al enamorado verdaderamente flechado.

Norepinefrina

Esta hormona está vinculada con la sensación de temor o miedo por perder o no poseer al dueño de nuestro corazón. Así, bajo los efectos de la norepinefrina, el enamorado puede llegar a sufrir insomnio, ataques de ansiedad que pueden generar aceleradas palpitaciones y, en momentos de vigilia, falta de apetito, temblor y miedo. Eso de enamorarse puede llegar a ser espeluznante.

Serotonina

Esta sustancia es clave para explicar lo que sentimos mientras estamos enamorados. Especialmente en lo relacionado con el pensamiento casi obsesivo del enamorado en esa otra mitad a la que ama. Curiosamente, existen estudios que vinculan la presencia de la serotonina como participante en algunas patologías psiquiátricas como el Síndrome Obsesivo Compulsivo. Un estudio documentado por Gaza, revela que pacientes con este padecimiento y sujetos profundamente enamorados, reportan niveles similares de disminución de la densidad del transportador de serotonina en las plaquetas, resultado no encontrados en sujetos sanos y no enamorados (control). Podría esto explicar el pensamiento recurrente en que se convierte ese ser amado durante las 24 horas del día. Esto puede resultar tranquilizador para muchos. No estamos enloqueciendo, el pensamiento obsesivo por nuestra pareja es consecuencia de la acción de la serotonina.

Imagen 6. Obsesión o no, el amante es un pensamiento recurrente fuente

Testosterona

El incremento en los niveles de testosterona se traduce en la aparición de la atracción sexual de manera mucho más insistente. Es difícil establecer el momento en el que sucede en cada relación, pues la el coctel amoroso que recibe nuestro cuerpo durante el enamoramiento varía en un individuo a otro, de hecho, de una pareja de enamorados a otra. El incremento de la testosterona en el hombre ocasiona altos niveles de agresividad y territorialidad ante la inminente aparición de competencia masculina en la conquista de la pareja. Allí, el hombre se torna valiente, osado y es más insistente con su pareja. En cambio en la mujer, el aumento de la concentración testosterona afectará su juicio y toma de decisiones, enfrentándose a cualquiera que intente disuadirla de continuar en la relación su nueva pareja. La testosterona, que también es llamada la hormona del deseo, llevará a los amantes a niveles de éxtasis en los que participan otras sustancias químicas como la adrenalina y se consolida la magia del amor romántico tal como lo conocemos.

Imagen 7. "Nada me hará cambiar de opinión, eres mio y tuya soy". La testosterona entra en acción fuente

Vasopresina

La última sustancia a la que me referiré, aunque ya aclaré que existen muchas más que participan simultáneamente con las hasta aquí descritas, está relacionada, según algunos autores, con la duración de una relación romántica. Conjuntamente con la oxitocina, la vasopresina contribuye con la sensación de unión emocional durante el orgasmo. La concentración de estas hormonas aumenta en este punto y es responsable de la cercanía y el apego que se experimenta después de una relación sexual satisfactoria. Esta sensación de comodidad puede mantener a una pareja en cercanía emocional durante mucho tiempo.

El amor, entonces, es esa emoción intensa que mueve al más tímido. Por amor somos capaces de cambiar hábitos, esforzarnos por lucir atractivos y hasta pelear por nuestro territorio amoroso. Es todo eso que nos hace suspirar, creer en mariposas revoloteando en el estómago, mirar la vida de color de rosa e idealizar a la persona amada. Sin embargo, dadas las explicaciones bioquímicas que existen para todas estas sensaciones, definitivamente cupido no apunta al corazón, sino al cerebro. Pese a la avasallante percepción de que el corazón se detiene o puede saltar de nuestro cuerpo cuando estamos frente a la persona que amamos, este sentimiento nace en el cerebro y además se perpetúa allí.

Imagen 8. Entonces ¿Cerebro o corazón? fuente

El amor es más que romanticismo, pero además es más que química y biología. En el amor coexisten nuestra inteligencia, valores y sentimientos. Las relaciones más amorosas se consolidan aun después de la exuberante acción de todas estas sustancias Químicas en nuestro organismo. No basta un torrente de feromonas ni ríos de oxitocina.
Pasados los efectos del dopaje amoroso, es la razón la que nos permite reactivar la euforia y mantener la emoción del enamoramiento inicial.

Hay mucha más Química detrás del amor, así que la invitación es a profundizar en este interesante tema. Y por supuesto, que viva el amor.

Fuentes Consultadas

• De Vicenzo Tereza. Encuentro Sensorial
• Gaza Izabelen. Neurobiología del amor
• Victor Rodwell, David Bender, Kathleen Botham, Peter Kennelly, Anthony Weil. Harper. Bioquímica Ilustrada