Camino por los pasillos de la sala, la sala del casino donde trabajo. Soy mesera en ese casino, mi salario y el de todos los empleados del local dependen de que tantos enfermitos nos visiten. No puedo dejar de sentir lastima por esas personas.
Unos entran y demoran 2 o 3 horas diarias, otros parecen formar parte de la decoración del lugar, incluso los imagino como zombis, su mirada fija en la pantalla, mientras apenas mueven su mano para tocar repetidas veces un botón en la máquina, sus caras pálidas, a veces la boca semi abierta, es como si al sentarse frente a esa máquina, se trasladasen a otro mundo. Pueden pasar hasta tres días allí, sentados en frente de la misma máquina.
Siento pena, ¿nadie los espera en casa?, ¿tendran una casa? ¿ no hay familia?, incluso en días festivos, como; navidad, fechas patrias, están mas presentes.
Allí comen, duermen, beben , fuman , etc. (es que los servicios de cigarrillo, licores y comidas son gratis)
Los he visto degradarse rápidamente, llegan un dia ; bien vestidos, sintiéndose con suerte, inician sus apuestas , un poco altas, se sientan como reyes al frente de sus maquinas, solicitan ; cigarrillos, bebidas, cortesías , y entonces allí, comienzan a caer en un pozo que pareciera no tener fondo, si ganan regresan los siguientes días para seguir ganando, y si pierden , regresan para ¨recuperar lo perdido¨ ya no vuelven calmados y bien vestidos, ya no sonríen tanto. Sin darse cuenta están atrapados. Difícilmente saldrán de allí por si solos.