El Escondite
Uno, dos, tres…
Raúl
Pablo! No debes mirar mientras cuentas,son las reglas del juego!
Exclama Raúl en tono molesto, mientras a María, Juan y José se les escapa la risa al ver la rabieta del muchacho. El grupo de amigos se reunían cada tarde, les encantaba jugar juntos sobre todo al escondite o al futbol hasta que caía la noche.
Raúl
Os hace gracia? Si? Pues ya no quiero jugar con tramposos!
(Recrimina mientras se cruza de brazos)
María
Cálmate, solo es un juego… Además ya sabes que Pablo tarda en contar, es el más pequeño de los cinco dale un poco más de tiempo.
…
María sin duda era la líder indiscutible del grupo, además de ser la mayor, contaba con una paciencia innata para los conflictos, y sabia siempre como resolver cualquier situación.
Juan
Vamos a jugar ya enserio o qué? Llevamos media hora haciendo el tonto
José
Si hubiésemos jugado en mi casa… es más grande y hay más sitio para esconderse
Juan
Pero tu abuela es muy pesada! Siempre nos manda a callar
María
Juan! No hables así de la abuela de José es muy entrañable y cariñosa tienes que tener más respeto hacia los mayores!
…
Juan era el hermano pequeño de María muy travieso y revoltoso y algo bocazas, amigo inseparable de José, el segundo más mayor después de María y al que la misma siempre lograba sonrojar y sacarle una tímida sonrisa.
José
Creo que todos estamos cansados de jugar siempre en una de nuestras casas, las conocemos de sobra
Raúl
Tienes razón, deberíamos ir a alguna que aún no nos conozcamos seria emocionante
María
Y como lo hacemos la compramos? Raúl por favor…
(Relato María en tono irónico)
José
Mmmmm tengo una idea, cuando el viejo Ray abandono su casa se dejaron la puerta trasera medio abierta, seguro que de una patada se abre y allí tenemos dos pisos para jugar!
María
Estás loco? Si alguien nos ve nos la cargamos además está anocheciendo ya pronto tendremos que irnos a casa.
Raúl
Vamos María, deja de ser tan miedosa! jugamos una hora y nos vamos, Nadie nos va a ver ni nos va a castigar…Tenemos tiempo de sobra hasta que anochezca!
…
Raúl era el segundo más pequeño después de Pablo, muy regañón y perfeccionista siempre vestido de marca y repeinado, le gustaba llevar la contraria a todo y discutir hasta salirse con la suya.
María
Una hora? Bueno… está bien pero antes de anochecer mi hermano y yo tenemos que estar en casa.
Los chicos se dirigen camino a casa del viejo Ray y una vez allí se paran enfrente de esta y se miran unos a otros un tanto indecisos…
Raúl
A que esperáis? Solo tenemos una hora os vais a quedar hay parados?
José
No… mirad esa es la puerta que os decía, veis esta medio abierta! echaos para atrás yo la abriré.
El chico coge aire y de una patada abre la vieja puerta trasera de la casa, en un gesto manda pasar a los demás mientras mira de reojo a María la cual le saca una sonrisa retraída
Raúl
Esto es alucinante! Tenemos espacio de sobra para escondernos! Es la mejor casa en la que hemos jugado sin duda.
…
Los chicos quedan boquiabiertos al ver la casa, algo lastimada por la humedad y con algunos trastos viejos en el suelo, se notaba que nadie la había cuidado por largo tiempo. Pero para ellos aquella vieja casa se había convertido en su laberinto de aventuras.
El grupo se dispuso a continuar su juego en el piso de arriba, como siempre le tocaría contar al pequeño Pablo era habitual usarlo de comodín en los juegos, aunque él se conformaba con jugar con los mayores y siempre se lo tomaba de la mejor manera.
…
Uno, dos, tres…
Raúl
Ya estas otra vez!!! No puedes girarte cuando cuentas eso es hacer trampas!
María
Vale Raúl tranquilízate, yo contare con Pablo así os podréis esconder pero el primero que pillemos le tocara contar!
Pablo con la ayuda de María termina de contar cuando los dos se disponen a buscar a sus oponentes por aquella interminable casa, Pablo hace demasiado ruido al pisar por lo que María lo coge de la mano y le hace el gesto de ir de puntillas para que los demás no los escuchen desde su escondrijo.
Llegan a la primera habitación abren la puerta y se encuentran con un cuarto de baño, el cual está bastante desgastado a María le llama la atención la bañera ya que tiene echada la cortina. Hace una mirada cómplice a Pablo y le señala la bañera llevándose el dedo a los labios imitando el gesto de silencio, se acercan poco a poco hasta que están enfrente de esta, es cuando María de un plumazo corre la cortina! y allí se encuentra a su hermano Juan agazapado para no hacerse notar
María
Te encontramos!! Tú serás el próximo en contar
Juan
Nooo no vale! Bueno está bien…
María
Venga vayamos a por Raúl y José ahora faltan ellos.
…
María ayuda a su hermano a salir de la bañera y los 3 salen de nuevo al pasillo, cuando se disponen a abrir otra de las habitaciones escuchan un portazo prominente del piso de abajo, los 3 se miran simultáneamente mientras María susurra:
María
No hemos cerrado la puerta de abajo?
Juan
Mmmm seguramente sea Raúl intentándonos despistar.
María coge a los dos niños de las manos y les vuelve a susurrar
María
¿Así? Pues vamos a darle un buen susto!
...
Los 3 muchachos bajan escaleras abajo hasta llegar al salón principal, María ve un mueble antiguo situado enfrente de la escalera es bastante espacioso y decide esconderse allí junto con su hermano y Pablo
María
Shhhh ahora callaos en cuanto pase por al lado salimos de golpe y le asustamos.
Los 3 muchachos se ríen con la mano en la boca para no ser escuchados, imaginándose la cara de su amigo cuando se lleve el susto que le tienen preparado.
María escucha unos pasos dirigirse a la escalera que da al piso de arriba, y entreabre con cuidado la puerta de aquel viejo mueble, preparada para darle el gran susto a aquel ingenuo, abre una pequeña rendija para asomarse cuando de pronto queda paralizada, su cuerpo se enturbia y su piel se vuelve aún más pálida.
Enfrente de la escalera y de espaldas no está su amigo José ni Raúl. En su lugar hay un hombre alto, muy alto delgado y con el pelo largo hasta la cintura, parado enfrente de la escalera de espaldas. Observando atentamente hacia el piso de arriba, como si supiese que allí se encontraba alguien mas que el, de repente el hombre empieza a subir escalones hasta que se pierde en la oscuridad del pasillo del segundo piso, donde aún se encuentran escondidos dos de los amigos del grupo.
María sale de el mueble donde se esconden, coge a Pablo en brazos y a su hermano de la mano, empieza a buscar desesperadamente la puerta trasera por la que han entrado, una vez hallada sale de esa vieja casa con los dos chiquillos, corriendo como jamás en su vida y sin mirar un segundo hacia atrás.
Minutos después sin parar de correr María llega al porche de su casa sofocada pero con dos de los niños a salvo, al entrar encuentra a su madre, la madre de Pablo, el padre de Raúl y la abuela de José.
La madre de Pablo se lo quita de los brazos, mientras que Juan echa a llorar y la Madre de María totalmente indignada empieza a regañarla y a pedirle explicaciones de por qué llega tan tarde a casa, y de donde están José y Raúl
María totalmente aterrorizada cae de rodillas sobre el suelo, echa a llorar y confiesa a sus mayores toda la historia mencionada anteriormente.
Estos sin perder un minuto se dirigen hacia la casa del viejo Ray, más tarde dos patrullas de la policía se encuentran en el lugar al ser avisados por los mayores, recorren cada rincón de la misma, pero allí no encuentran ni al hombre ni a los niños. La incógnita queda abierta que habrá pasado? Se preguntan unos a otros.
…
Dos días después y tras una larga búsqueda incasable, tanto de la ciudadanía como de las autoridades encuentran a José en estado de shock, con hipotermia en un bosque a unos pocos quilometros de la casa, enseguida cuerpos de seguridad y ambulancia trasladan al pequeño al hospital más cercano donde al paso de las horas se estabiliza, logran frenar la hipotermia pero el niño tiene la mirada desencajada y perdida, uno de los agentes pide que le dejen a solas con él para hacerle una serie de preguntas.
Agente
José mírame, sé que es difícil esta situación pero es importante que nos digas que ha pasado para poder encontrar a tu amigo Raúl lo antes posible de acuerdo?
José mira al agente, llorando y temblando de miedo intenta vanamente decir lo que paso, pero el estado en el que esta le impide hablar con fluidez
José
El...el…el Hooom…el…hombre…
Agente
Tranquilo respira, dime ¿a qué hombre te refieres?
José
A…. a…. a… el… el hom…. El hombre
Agente
¿Es Raymundo el hombre al que te refieres? tranquilo intenta vocalizar así podrás ayudarnos, ya no corres peligro estas a salvo, dime es Raymundo ese hombre?
José
No... No… el hombree
Agente
De acuerdo… el hombre de que, mírame José que hombre dime.
José
El hombre que sonríe.
…
El agente totalmente extrañado intenta tranquilizar al muchacho y deja pasar a los familiares a la habitación en la que este se encuentra.
Se dirige hacia a su compañero el cual está en las puertas del hospital con los demás agentes, cuando el comisario de la investigación le para para dirigirse a el.
Coronel
Has logrado hablar con el chico?
Agente
Sí señor, pero su declaración no ayuda con la búsqueda, solo me ha descrito a un tipo al cual se dirige como ``el hombre que sonríe´´
…
Acto seguido avisan al coronel a través de la radio policial de que un sospechoso con rasgos similares a los que definió María a sus padres está rondando cerca de la vieja casa de Raymundo.
Los agentes y el comisario apresuran a dirigirse hacia la casa, una vez allí logran detener al tipo y esposarlo mientras lo interrogan dentro del coche policial situado enfrente de la casa, este parece estar en un estado de exaltación por algún tipo de drogas, pues no para de reírse a voces y tiene las pupilas dilatadas.
Coronel
¿Dónde está el chico? Dínoslo y te ayudaremos a que no te internen, deja de reírte dinos donde está el chico!
El tipo sin detener su escandalosa risa empieza a mirar a un pequeño cobertizo situado fuera de la casa el cual aún no había sido investigado.
El coronel mira a los agentes, ambos agarran al tipo y se dirigen hacia el cobertizo
Coronel
¿Es aquí donde escondes al chico?
El tipo sin mediar palabra comienza a reírse todavía con mas ímpetu acompañado de saltos y gritos desbocados, inmediatamente los agentes se disponen a rebuscar sacando todo lo que allí se encuentra, muebles viejos, herramientas de trabajo, y algunos discos de vinilo antiguos.
De pronto se detienen al encontrar una vieja caja de metal, tiene un tamaño medianamente grande y esta entreabierta, cuando se disponen a abrirla observan como el tipo empieza a humedecerse los labios mientras empieza a contar como si de un juego se tratase.
Los agentes se miran unos a otros esperando que aquel loco solo se esté burlando de la situación, pero se equivocan, una vez la caja abierta se encuentran con la grotesca escena, el cuerpo inerte del muchacho en condiciones infrahumanas.
En su cara aún se podía ver el miedo y la desesperación pero no era lo peor, ya que su estómago contaba con un corte en vertical el cual llegaba de cuello a ombligo. Lo que más sorprendió a los agentes es que aquel desequilibrado había metido dentro mechones de su propio pelo y lo que parecían ser sus propias uñas.
Exaltados dos de los agentes se incorporan y agarran a aquel desquiciado del brazo.
Agente
Vas a estar en la sombra lo que te quede de vida.
Pero el tipo parece no afectarle la amenaza. Los agentes se dirigen con este hasta el coche policial que se encuentra a unos pocos pasos del cobertizo, de repente el lunático para en seco, los agentes lo miran extrañados mientras este empieza a gritar
AHORA TE TOCA A TI
AHORA TE TOCA A TI
AHORA TE TOCA A TI.
que buena historia amiga, me encanto, te invito a mi perfil, tengo post buenas y unas historias que he soñado algunas veces tambien
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