Hay muchas heridas,
Que se llevan en el alma,
Que se cargan en la conciencia,
Que se arrastran con la espalda.
Y su peso lastima,
Sus punzadas te sacuden,
Te estremecen,
Y nadie está allí,
Para ti.
Sientes el peso del mundo,
Sientes las heridas del silencio,
El tiempo pasa…
Y cada segundo te hiere.
Bebes a sorbos la desgracia,
Te cae a cantaros el desconsuelo,
Y no pasa nada.
Los días se congelan,
Pasan como si fueran gemelos,
Unos tras otros,
Con el mismo dolor,
Con la misma agonía.