LA AVENTURA DE NACER EN EL BARRIO - ANÉCDOTAS DE VIDA II

Haber crecido en el barrio a mediados de los años 70, me enseñó a ganarme las cosas desde corta edad.

Eran tiempos difíciles, el simple echo de pedir un chicle o un caramelo era recompensado con un regaño…

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Creo que fue esa la razón por la que me convertí, en el mejor muchacho de mandados que había en la escalera del barrio.

En época de vacaciones escolares, me paraba tempranito y recorría la escalera desde abajo hasta el ultimo rancho en la punta del cerro, nadie me ganaba corriendo por las escaleras. Iba tocando de puerta en puerta y las preguntas de rutina eran:

- ¿Le boto la basura?

- ¿Le compro el gas?

- Señora Marta llego el camión del refresco ¿Va a comprar refresco?

- Señora Marta llego el camión de la cerveza ¿Va a comprar cerveza?

Me acuerdo que nos pagaban por subir: bloques, arena, cemento, cabillas y todo tipo de material.

Siempre tenia trabajo, eso implicaba que siempre tenia dinero para mis chucherías y para comprar las barajitas del álbum de turno.

En época escolar, lo primero que hacia al salir de la escuela era dejar el maletín, lonchera y la cantimplora en la casa y salía corriendo a ver quién necesitaba un mandado.

Me causa risa recordar que en aquella época no existían los celulares y todo tipo de comunicación era extrema. Todos se enteraban de lo mínimo que pasaba en sus alrededores.

Gritaba mi madre…, pero lo que si les puedo asegurar es, que, lo que jamás se me olvidara, es….