Posteriormente, Barris procedería a vender los restos del fatídico auto por partes. El motor lo vende a Troy McHenry y el chasis, a William Eschrid, ambos apasionados de las carreras. Las ruedas, las adquiriría un joven de Nueva York. El 21 de octubre de 1956, McHenry y Eschrid participan en una carrera con las piezas de Little Bastard en sus respectivo carros. El primero perdería el control de su vehículo, chocando contra un árbol, lo que le costaría la vida. Por su parte, Eschrid resultaría gravemente herido tras sufrir un accidente en una de las curvas del circuito. Cuentan, además, que el joven que adquirió las ruedas tuvo un extraño percance cuando se le reventaron dos a la vez y acabaría en una cuneta.

Una tarde, mientras los restos del auto permanecían en el taller de Barris, ingresa un joven con la intención robar el volante, resultando herido en un brazo. Poco tiempo después, la Patrulla de Carreteras de California convence a Barris de "prestar" la carrocería del vehículo para ser utilizado en una exhibición destinada a mostrar los peligros de la velocidad y la imprudencia en el manejo, sin embargo, el taller se incendia, afectando a todos a los vehículos que quedan carbonizados, con excepción de uno... ¿adivinen cuál?. Posteriormente, estando expuesto en un instituto de la ciudad de Sacramento, el auto que fue adecuadamente rebautizado como el Porsche del Averno, se desplomaría de su pedestal rompiéndole la cadera a un estudiante, aún cuando no existen evidencias de este hecho.

Luego que los restos del carro deambularan por parte del territorio estadounidense, causando diversos percances sin explicación alguna a su paso, su todavía propietario decide recuperarlo para lo cual contrata una compañía de transporte, sin embargo, el auto nunca llega su destino, desconociéndose su paradero actual.

Existen personas que afirman que los restos del coche maldito estarían en posesión de un familiar del actor, otros que habría subastado por partes para los coleccionistas y amantes de la memorabilia, y finalmente , hay quienes sostienen que podría encontrarse en una abandonada caja de un sótano del Historic Auto Attractions en la localidad de Roscoe, Illinois o de algún otro museo, donde nadie se atrevería a tocarlo.

"Vive rápido, muere joven, deja un cadáver de buena apariencia"
James Dean