La vida en blanco y negro | Relato corto

Repito estas palabras mientras me levanto y observo al rededor. El espejo, las matas, el televisor, la luz, todo ha perdido su color como pintura fresca en un día lluvioso. Perdí la cuenta de los días en que no logro ver la vida de matices coloridos, sino de un taciturno negro con blanco al fondo. Fuerzo mi cuerpo a que se ponga en movimiento hasta entrar al baño y verme en el espejo. No duro mucho, todo está igual a como hace unos días. Me retiro a desayunar lo primero que encuentro y luego me visto con la ropa de siempre, no me molesto en escoger algo especial para el día porque después de todo luce idéntico.

Si me preguntan en estos momentos qué siento, respondería: Nada. Absolutamente nada. Siento como si estuviera flotando en el espacio sin que nada me detenga. Un objeto que ha perdido su órbita y ahora vaga por las distancias inmensas del oscuro vacío. No consigo sentir temor, o sentirme aliviado, o satisfecho. Como y siento que quedo igual. Duermo y siento que no he dormido. Trabajo y siento que no he trabajado. Intento sonreír pero no lo consigo. Quiero molestarme pero he olvidado cómo lograrlo. Nada. Vacío. Oscuro. Sin matices.

Si tuviera qué definir cómo se siente vivir la vida en blanco y negro respondería: que es lo mismo a morir en vida. Estás ahí deambulando a través de lugares, uno tras otro. Lo único seguro es que no hay nada más allá de esa visión que captan tus ojos. Estás ahí pero no lo estás, estás rodeado pero a la vez solo, sientes frío pero a la vez no consigues experimentar nada. Es una sensación muy fuerte. Como meter la mano en un agujero del que desconoces su profundidad.

Sin embargo me aferro a algo: a mí mismo. Cuando siento que me pierdo en el vacío, me aferro a lo poco que me queda de conciencia. Me aferro a las garras en mi interior que niegan soltar la superficie de donde sostiene. Lo poco de fuerza de voluntad que me queda. Es que así somos los humanos, intermitentes, a veces queremos saltar al vacío pero nos da miedo caer, queremos estar en lo más alto pero nos causa fobia las alturas, queremos soledad pero lloramos cuando nos sentimos olvidados. Cada uno de nosotros vive la vida en blanco y negro, solo que no lo sabemos.