Te dirigiste como si yo apenas importara.
No me miraste a los ojos, no respondiste a mi saludo.
Cuando te conocí me diste la espalda, tragué mi orgullo y caí.
De tus pies, nunca más pude levantarme.
Te dirigiste como si yo apenas importara.
No me miraste a los ojos, no respondiste a mi saludo.
Cuando te conocí me diste la espalda, tragué mi orgullo y caí.
De tus pies, nunca más pude levantarme.