Hace meses cumplí esos dos años de vida en España, el tiempo vuela y mi vida ha cambiado del todo, se ha vuelto del revés sin darme cuenta y de la mejor de las maneras, mi carrera profesional se ha visto alterada porque las décadas de experiencia en Colombia aquí no tienen cabida, aquí se juega a otro juego donde la economía manda y hay que adaptarse al lugar donde resides, Málaga no entiende de ciertos campos profesionales y hay que transformar la experiencia en aprendizaje.
De hecho ya comienzo mi tercera temporada como auxiliar de cocina en un precioso restaurante de un pueblo de la provincia que es además donde vivo y en donde he encontrado una escalabilidad y donde he hecho amistades que no podía imaginar cuando dejé Pereira. El lugar es muy acogedor y es altamente recomendable de visitar y de disfrutar de una carta de la que soy protagonista en casi todos los platos.
El restaurante cierra la temporada estival con la noche de Halloween que es casi la despedida definitiva hasta el mes de marzo, descanso para que las lluvias y el frío campen a sus anchas por los rincones del restaurante que es exclusivo al aire libre, el clima de Málaga permite llegar a esta fecha aún abiertos pero noviembre no nos permite continuar, aún así no se olvida la terrorífica noche de Halloween.
En definitiva, me siento ilusionada y con ánimos de seguir luchando por este nuevo sueño que se me ha presentado y en el que todos ellos forman parte de mi nueva vida y los quiero y aprecio.