Temporal, todo es temporal…
El mes pasado hice una lista de ideas sobre el tiempo. Y hoy revisándolas decidí tomar la última. Aprovechando la festividad, me vino a la mente la idea de cómo Temporalmente todo mundo manifiesta alegría, armonía, cierta paz, mucha benevolencia, etc, etc.
Luego parece que la euforia se pasa, los días se vuelven rutina, hasta que llegan otras fechas que celebrar… Que la Primavera, que el día de las madres, que las graduaciones...
Si pudiéramos ver en una gráfica podríamos ver los ciclos de alegría (de la humanidad) coincidiendo en ciertos momentos del año.
Bueno, no quiero ponerme nostálgico; por alguna razón, pequeñas discusiones, hacen llegar también la imagen de momentos desagradables entre-metido en algún ciclo. Afortunadamente todo es temporal, la piel que llevamos, los órganos que nos permiten vivir, las dificultades, los malos momentos generalmente se vuelven una mancha de polvo que podemos sacudir.
Un (mal) recuerdo que siempre viene a mi mente es la navidad en que con mucho entusiasmo preparé un pavo, en México le llamamos guajolote, relleno copiando como lo hacían en el restaurante donde trabajaba. Es una de las primeras cosas horneadas que recuerdo. A mi madre no le gustaba hornear porque se gastaba el gas. Y probando la comida horneada del restaurante siempre me decía a mí mismo que era un desperdicio no usar el horno de la estufa.
En fin, el breve mal sabor pasó cuando mi padrastro llegó de trabajar y mentando madres dijo: Cómanse su cena, y no recuerdo que más ofensas y discusión con mi madre.
Yo sentí horrible en ese momento. Supongo que mis hermanos también.
Y bueno, afortunadamente han sido más las buenas celebraciones y las buenas compañías, aunque casi siempre pocas personas, pero vienen a llenar la vida, el momento, de felicidad y alegría.
En alguna navidad (o año nuevo?) mi madre rebozaba de alegría. Quizás porque todo había salido bien. Eso habrá ocurrido unos 15 años después del desagradable momento del pavo relleno. Quizás para mí había sido algo doloroso por el logro de haber podido comprar todos los ingredientes. Con mi trabajo en el Hotel-Restaurante las cosas iban cada vez mejor.
En fin, todo es temporal, y en medio de esa corta temporalidad, debemos aprender a tomar los pequeños momentos que van llenándoselas la vida de alegría y regocijo.
¡FELIZ NAVIDAD Y QUE NADA OPAQUE SUS CELEBRACIONES!