Es fácil perder los buenos tiempos en la confusión del estrés cotidiano. Más sin embargo, los buenos tiempos no solo son divertidos por sí mismos: también pueden reducir nuestro estrés, ayudarnos a aclarar lo que queremos y darnos energía para superar los tiempos difíciles. Existe cierta evidencia de que los aumentos regulares de la dopamina, especialmente a través de los placeres íntimos del sexo, pueden hacernos más creativos, más centrados y más propensos a luchar cuando alguien trata de aprovecharse de nosotros.
El placer siempre ha sido controlado en nuestra sociedad. Independientemente de nuestro género, cuando no tenemos placer, nos quedamos sin nada que apreciar: no tiene sentido preocuparse por nada. Una población sin placer es fácil de controlar. Nos han enseñado a asociar la vergüenza o el miedo con el placer, a tomar nuestras alegrías furtivamente antes de que todo comience a caer. No creemos que merezcamos placer. Creemos que tenemos que ganarlo. Y cuando finalmente tenemos algo que queremos, nos aterroriza perderlo. A veces nos acostumbramos tanto a estar estresados e infelices que es casi como si fuéramos adictos, y alejamos cualquier dulzura que toque a nuestra puerta. Nosotros, los humanos, somos bastante extraños sobre el placer.
Traer más placer en nuestras vidas no tiene que ser un gran problema. Podemos crear más dulzura en nuestras vidas en todo tipo de formas pequeñas y es importante protegerlas del enamoramiento de la actividad cotidiana. Una clave sobre el placer es que requiere presencia, y esa es la razón por la que puede ser tan difícil concentrarse. Sentir placer requiere que sintamos cualquier otra cosa que pueda surgir junto con el placer. Salir a caminar en un hermoso día de otoño y sentir el cálido sol sobre nuestra piel nos lleva directamente a nuestros cuerpos, y de repente recordamos que también estamos amamantando un corazón roto. Permitir el placer significa dejar entrar todo lo demás. Pero el placer no se excluye mutuamente con nada más. Disfrutar de un hermoso día de otoño no es una traición al dolor.
Considere una forma en que podría traer un poco más de placer a su día. Hazlo de nuevo al día siguiente y al siguiente, y luego agrega una pequeña cosa más al día siguiente. Antes de que te des cuenta, tu vida estará llena de pequeños momentos felices que podrían hacerte más tranquilo, más alegre y más resistente, lo que sea que se cruce en tu camino.