La historia que les voy a relatar a continuación pasó hace 50 años en un pueblito a tres horas de la ciudad.
Yo era entonces una joven maestra que había recién egresado de la Universidad, por lo que al elegir mi plaza solo había esa vacante por el momento.
No tuve opción y decidí tomar el empleo, como toda chica emocionada por su primer trabajo, para mí no era la excepción sentirme así satisfecha.
El fin de semana me dirigí a buscar mi escuela, tomé el camión directo a ese pueblito pero estaba más lejos de lo que imaginaba. Al llegar observé que difícilmente había tránsito y sólo unas cuantas casitas alejadas se percibían.
Para llegar tuve que tomar ayuda de una yunta que pasaba por ahí ya que llevaba horas esperando algún camión que me pudiera hacer el favor de llevarme.
Al entrar al pueblo noté una sensación extraña de tristeza, como cuando sientes la ausencia de algún familiar fallecido, no lo podía explicar en realidad. El señor que amablemente me hizo el favor de llevarme no dijo una sola palabra en todo el camino.
La mula que nos transportaba se detuvo, el señor me avisó que hasta aquí podía dejarme justo en la entrada del pequeño pueblo. Caminé entonces a las adentro con mucha incertidumbre, observé por aquí y por allá y a nadie veía, se me hizo muy raro, estaba segura de que era el nombre del pueblo donde iba a trabajar.
Vi al señor entonces alejarme y un frío recorrió mi cuerpo, era como una sensación de pánico y el silencio se hizo aún más grande a mi alrededor. No lo pensé más y caminé para ver si encontraba a alguien, pero fue inútil.
Había varias casitas pero en su interior vacías, el polvo y la suciedad notaban algo muy particular como de un pueblo abandonado, cosa que me altero mucho más, ya que iba yo sola sin compañía.
Eran ya las seis de la tarde y como no encontré a nadie pensaba regresarme a preguntar si era el lugar correcto en donde debía presentarme .
Pero al final no hallé a ninguna persona, y el frío crecía mucho más y el sol a punto de esconderse . Estaba aterrada llena de miedo, así que camine una vez más para encontrar un refugio mientras amanecía.
Con pasos lentos miraba a un lado y a otro y nada, rechinaban algunas puertas, las ventanas que se movían con el aire, pero ninguna voz de alguna alma viva por aquí. Me lastime con el zapato y descanse junto a una puerta de una casa que tenía una banca y espere un poco.
revise mi herida en el dedo del pie y dolía bastante, no sabía qué hacer, cuando levanté la mirada a lo lejos asomándose en una casa vi el rostro de una pequeña como de 5 años, el pelo negro y los ojos extraños.
Le grité en ese momento desesperada
-oye, espera, dónde está tu mamá
-no te asustes, estoy atrapada aquí, necesito ayuda.
La pequeña se dejó notar y camino hacia la dirección donde se veía una vieja capilla, así que no dudé más y la seguí, quizás tal vez su familia podría ayudarme.
Entré a la capilla y el aspecto aterrador y fúnebre me hizo erizar la piel y la respiración me costaba mantenerla.
Explore el lugar al encontrar una linterna, había objetos extraños, símbolos raros, mensajes subliminales escritos como si fueran con sangre y un pizarrón enorme que decía.
-ella tiene los ojos del mal
-es una bruja
Desconcertada por lo que observaba, ya que se trataba de una capilla o iglesia y me preguntaba cómo era posible que hicieran rituales de brujería, porque eso es el aspecto del ambiente que parecía.
Mientras observaba note la presencia de la pequeña que corría atrás del altar donde a lo alto se encontraba un Cristo de color negro en una cruz de madera con unas iniciales G&L
Le grité una vez más y en dirigí al altar y al tocar la cruz de madera por accidente presione una palanca que abrió una Pierre. Era un cuarto secreto, entré y explore una vez más. Había polvo y muchos papeles por todo el piso.
En una mesa había un baúl con fotografías y al mover dicho baúl, un símbolo aparecía en la mesa al retirar todo el polvo.
Dicho símbolo parecía un círculo y en medio una cruz, revise las fotos del baúl, eran fotografías de niñas menores de cinco años y atrás una pequeña descripción que decía.
-Dios nos ha dado el poder de purificar y terminar con la maldad del mundo obscuro.
Al terminar de revisar esa leyenda, en otra foto, vi la imagen de una pequeña de tez hermosa, cabello largo negro y ojos como entre verdes y azules demasiado hermosos, nunca había visto un rostro así y en la parte final había una fecha que decía.
-abril de 1930 purificación.
No entendí nada, el viento entro en ese instante y salí corriendo de ahí, la herida me lastimaba aún más pero al ver de nuevo a la pequeña, no dude en intenté ir una vez más tras ella.
Abrí la puerta para salir horrorizada observé a la pequeña justo frente a mí con el hueco en sus ojos y la cara manchada de sangre como si alguien los hubiera sacado.
En ese momento se me puso todo negro y al ir despertando estaba en un pueblo, dónde había mucha gente, era como un sueño. Yo los veía pero ellos a mí no, ya que les hablaba, luego les gritaba y nadie atendía a mi llamado, ni siquiera volteaba nadie a mirarme.
Pronto escuche unas campanas, eran de la capital, la gente corría de inmediato, yo también asistí por supuesto. Al entrar los murmullos de la gente se escuchaban , cómo les digo, no sentían ni veían mi presencia.
Un hombre alto y con una sotana negra se dirigió a decir unas palabras.
-estamos haciendo lo correcto, ustedes saben, nosotros servimos a nuestro Dios, y él nos premia con su protección al eliminar todo acto que nos ponga en riesgo con el demonio.
-aqui está la niña que buscamos desde su nacimiento, mirenla (tocándole el rostro) tiene los ojos del diablo, debemos purificar, es nuestro deber.
La gente aclamada - !purificación!
La madre de la niña había sido asesinada cuando le arrebataron a la pequeña.
El hombre y otros cinco más, tomaron a la niña, la prepararon con baño de rosas y colocaron su cuerpo en una mesa ancha con varios símbolos que incluían veladoras, hierbas,
El público se inquietaba por lo que les ordenaron salir, la pequeña gritaba y yo pensando que me veían me escondía atrás del Cristo negro.
La pequeña gritaba, y en ese momento el hombre tomo un cuchillo que tenía igual la misma leyenda de purificación, tomo el rostro de la pequeña y clavo en cada uno de sus bellos ojos.
Los gritos de horror me desgarraron mi alma, pero no podía impedir nada, cuando terminaron de arrancarle los ojos los quemaron en una fogata y por último penetraron su frágil pecho y sacaron su pequeño corazón.
La sangre derramada escurría por toda la mesa. La pequeña había muerto.
Desperté de mi inconciencia, no lo podía creer, a mí lado estaba el mismo hombre que me había traído auxiliandome y me dijo que me encontro en el suelo cuando había regresado por mi...
Ya estando consciente me explico si había visto a la niña de los ojos obscuros, que era su amiga, y fue terriblemente asesinada por las creencias que tenían todos los del pueblo, pues pensaban que por ser hermosa era una bruja.
También me contó que desde ese día, los niños, desaparecían, los adultos morían repentinamente y los pocos aldeanos que quedaban huyeron totalmente dejando todas sus pertenencias.
El hombre llorando me dijo que nadie le creía lo que él veía y que por eso no le dijo nada, qué tal vez yo podía ver igual a la pequeña niña y entonces la demás gente así podía creer en lo que aquel hombre les podía relatar y ayudarle para que su pobre amiga descansará en paz y ya no trajera tanto mal.
Ahora escribo esta historia titulada, "la niña de los ojos obscuros" en memoria de aquellos inocentes que murieron y mueren aún en manos de gente estúpida e ignorante en nombre de cada uno de su Dios.
Fin
