Y pasó el tiempo, y no te diste cuenta.
Y naciste, y en algún momento adquiriste consciencia y remplazaste los recuerdos efímeros del pasado, tan efusivos que fácilmente podrían compararse con sueños, con memorias auténticas que puedes afirmar que ocurrieron. En ese momento, no tenías manera de saber lo que vendría. Solo vivías. Con miedo, pero vivías, y sentías un aura de felicidad, estilo burbuja, rodeándote y protegiéndote de las tempestades que podían llegar a azotarte.
Y no te diste cuenta, pero afuera, la situación no era la mejor. Todo parecía cada vez un poco mas complicado. Todo parecía tener, un tinte cada vez mas rojo, mas negro. Mas parecido a la sangre y al egoísmo y la maldad. Seguiste creciendo y fuiste adquiriendo nuevas habilidades, y con el tiempo pensaste en otras cosas y desarrollando otras, pero no te diste cuenta de que las calles tenían cada vez mas irregularidades, y que la gente, era cada vez menos gente.
Y no te diste cuenta, pero seguiste creciendo, y entraste en una etapa de maduración importante que te condujo a la adolescencia, y afrontaste cambios tan rudos y tan drásticos, que apenas tienes el valor para acordarte sin que se te revuelva el estómago, pero tranquilo, es normal, muchos quisieran suprimirlos, y en otro momento, otros quisieran volver a vivirlos. No es tu culpa, es normal, pero no te diste cuenta que para otras personas, no era normal. Para otras personas, esos recuerdos, venían entremezclados con eventos que tu ni siquiera sabías que eran posibles, que existían, que tenían derecho a ser. La vida era simple, pero eso era evidente. Eres un niño. Todo es simple.
Y no te diste cuenta, pero te mudaste, seguiste con tu vida. Fuiste creciendo. Llegaste a ese limbo de incertidumbre en el cual no tienes ni la mas mínima de que harás con tu vida, a la par de que el tiempo pasa, y tu no te detienes, sino que pasas con él. No te preocupas por ahora. Piensas que hay otras cosas que merecen mas tu atención. Tienes derecho a pensar a si, ¿O quizás no? ¿Será por eso que estás aquí ahora? Es complicado saberlo. Pero afuera, las cosas están cada vez mas complicadas. Dios hubiera querido expandir tus horizontes y abrir tu mente, permitiéndote visitar otras latitudes para que te dieras cuenta. Pero no tenías manera, eras solo un niño, y ahora que eres un adulto, lo mas que puedes hacer, es pasar ese conocimiento a otra persona o simplemente no hacer nada. Ambas cosas son válidas.
Y no te diste cuenta, pero te graduaste, entraste a la universidad y te lo tomaste todo con una peligrosa parsimonia que no sabías si te convenía. Internamente creías que si, pero realmente no lo sabías, y así fuiste y como avanzabas, no te preocupabas y creías que el camino, encaminado andaba, pero no necesariamente era así, y cuando entraste, te diste cuenta de que la gente, ya no podía adquirir un producto tan esencial como la crema dental de manera fácil, rápida y eficiente. Un día, podía ser un día para adquirirlo, y hasta entonces ignorabas las líneas de pensamiento de las demás personas y no creías que unos bobalicones en un estrado pudiesen perjudicar la manera en la que vivías tu vida, pero no te diste cuenta, de que las personas que mas querías y que mas quieres ahora, son precisamente las que eligieron ponerlos en ese lugar en un principio.
Y entonces te diste cuenta.
Pasaron los años, ya no eres un joven, ya no eres un prospecto, ya no eres una promesa, un retoño y alguien a quién se deba comprender. Ahora, eres alguien diferente. Ahora, eres alguien que tiene otra línea de pensamiento. Y solo te arrepientes de dos cosas en la vida.
De haber intentado robar ese beso, no por lo que pudo haber pasado, sino por lo que pasó.
Y de haber dejado pasar el tiempo.
Y no te diste cuenta.
Pero el mayor temor que toda persona debería afrontar.
Es no tener temor, a tener que enfrentar algo.