Solo queda mi indiferencia para contigo, pues ni la nostalgia vive en mí, es solo el orgullo de quien aprende a estar solo, la necesidad de mí, expresar mi grandeza y mi genio o mi soberbia y frivolidad podrían decir mis enemigos.
Lo perdido nunca vuelve y más que un deseo, el cual puede parecer así un deseo de odio, pues no es un deseo, es la seguridad que tengo en el porvenir, quizás podemos ver más el porvenir de otros que el mismo.
Y yo puedo ver, que sufrirás más de lo que sufres hoy, cuando descubras que lo que has buscado siempre lo has tenido y que tu egoísmo ha arruinado las bendiciones que nacieron en un inicio para ti.