Percances en mi viaje Venezuela- Chile.

Comienzo recalcando que aunque el titulo sea un poco pesimista, tiene un motivo principalmente positivo y de aprendizaje.
Lo escribo con la intención de ayudar a quienes estén pensando en emigrar, ya que para nadie es un secreto que miles de venezolanos están buscando un futuro fuera de nuestro país.

El primero fue un gran susto

• La sellada de pasaporte de mis hijas:
  Yo iba muy segura con mis documentos, pero al ir acercándome a la ventanilla, veía como algunas madres lloraban y suplicaban, porque no llevaban completos los permisos o lo hacían mal. Mi corazón latía, el funcionario leyó mi permiso más de tres veces, iba y venía, como buscando un error, fue un momento de tensión fatal.

Investiguen, elaboren el permiso aquellos padres que no viajarán juntos, hay que apostillarlo, a eso hay que anexarle partida de nacimiento del niño, fotocopia de pasaportes del niño y de los padres, si es posible también fotocopia de cédula de ambos padres, y en caso de que estén casados anexen fotocopia del acta de matrimonio. Es mejor que todo esté ahí y prevenir.

El segundo y más traumático
Yo viaje con mi hermano, cuando termine de sellar los pasaportes para salir del país, debíamos cruzar la frontera, pasando por un punto de control donde revisarían las maletas nuevamente y estaríamos en Cúcuta-Colombia.
Mi hermano me dijo “¡ya vengo, voy a orinar!” y paso una hora y el no aparecía, yo pensé lo peor, pedí ayuda a los guardias q estaban ahí, pero no accedían a ayudarme, solo decían “ese vuelve ahorita”, no se imaginan la angustia e impotencia que sentí fueron los minutos más largos de mi vida. Ya pasadas dos horas fui hablar con un guardia que se veía mayor y el si me ayudo en todo lo que pudo, buscaron por los alrededores, me calmaron, nos dieron 3 almuerzos, pero a las niñas ni a mi nos pasaba la comida, teníamos mucho miedo. Ya cuando habían pasado 3 horas angustiantes se escucha un tiroteo en plena frontera, más asustada estaba deje mis maletas tiradas y fui a refugiarme con las niñas, y siempre pensando lo peor, asocie los tiros con mi hermano. Ya cuando pasa el tiroteo para sumar a mi angustia y desesperación viene el guardia que me había estado ayudando y me dice: “ya no puedo hacer más nada por ustedes, deben buscar donde pasar la noche”. Así que después de llorar y creer que se me venía el mundo encima, me dispongo a tomar acción, el dinero lo tenía mi hermano así que lo único que yo tenía en las maletas eran las Canaimas de las niñas, así que me fui a cargar mi telf. Para avisarle a mi familia lo que sucedía, luego vendería las canaimas para conseguir una habitación. Y en ese momento ¿adivinen quien apareció? Sí, mi hermano. Según él me había dicho “voy a orinar y de ahí voy a Cúcuta a retirar el dinero con el que viajaríamos”.

Lo positivo de tan desagradable momento fue, que recibí 3 buenos almuerzos que al pasar la frontera fue la gloria. Y lo más importante que ya como los guardias me conocían y sabían mi caso, evitamos pasar por el punto de control donde despojaban a todos los venezolanos que salían quitándoles muchísimas de sus pertenecías, luego pensamos, nos habrían quitado la comida, las laptop, un LCD que yo llevaba, en fin.

Pero aquí no termina todo, hay dos percances más que contare en el siguiente post. No te lo pierdas.

CONTINUARA…

Fotografías: Cámara Canon A630