Techos de agua sobre los canales.

Si mira por la ventana de un hotel más allá de las aguas de Herengracht que corren lentamente y puede ver el reflejo de las elegantes fachadas de las casas, árboles, puentes, habrás llegado a Amsterdam. También puede pasar un par de moras en un "café marrón"para sentirte en "la ciudad más bonita del mundo". Las paredes son casi completamente negras por el humo de los cigarrillos, el lustrado tanque de cerveza está permanente uso y el golpeo de las bolas de billar se escucha por sobre el murmuro de las risas. Existen unos quinientos de estos café marrones en Amsterdam y todos están repletos de gente, haciendo las veces de sala de estar, puesto de información y un bar favorito.

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Amsterdam vibra de vida, pero también puede ser sorprendentemente calmada y tradicional, revolucionaria e insistente, exótica y tolerante. El solo cambio de las estaciones ofrece una constante variedad y aquí se aprecia más marcado. 

Excéntricos y artistas.

Ya se vio lo bien que combinan el agua y la arquitectura en el Singel, el primero de los anillos de canales que rodean la ciudad histórica, y por ello se formaron otros tres canales circulares con una precisión matemática -el Herengracht, el Keizersgracht, y el Prinsengratch-. También cabe en destacar la gran cantidad de bicicletas que se encuentran en la metrópolis Holandesa, que fue producto de la revolución que tuvo en los años 60 que causó agitación en toda Europa ya que, debían de alguna forma u otra reducir el tráfico, lo cuál trajo a la conclusión de que el estado haya creado hermosos puestos de bicicletas en la ciudad.

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¡Tienes que visitarla, es una experiencia que no olvidarás!