Hoy... me iría a uno de mis lugares favoritos en el mundo mundial... un rincón donde es imposible no desconectar al cien por cien, donde el silencio te envuelve y te lleva a un lugar donde solo estás tú, con tu respiración y los latidos de tu corazón.
El Pirineo oscense, uno de mis rincones, ya sea en invierno o en verano, siempre único, siempre acogedor, siempre perfecto.