El siguiente relato está basado en hechos históricos conocidos. Los diálogos y la narrativa sin embargo son creación del autor del blog. La historia se desarrolla en el año 1512 a. E. C. en las inmediaciones boscosas de El Négueb.

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ERA UNA mañana hermosa para pasear por el bosque. Los animales que lo habitaban resultaban fascinantes para el pequeño Qohat. Junto a su padre y su abuelo solía disfrutar de esas caminatas donde podía apreciar la creación y escuchar magnificas historias del pasado.

—¿Mira a esos monos? —dijo el niño señalando con su dedo.

—Si hijo, detengámonos aquí —propuso el abuelo.

—¿Y qué están haciendo? —preguntó Qohat intrigado.

—Bueno parece que están teniendo una reunión familiar —respondió su padre

—¿El papá mono cuida a sus dos hijos?

—Así parece —respondió su abuelo extendiendo un manto en el suelo.

—Se parecen a nosotros papá —indicó el niño y agregó— solo que con más pelo en el cuerpo.

Los tres se sentaron debajo de un árbol a contemplar a la familia de monos. El padre le ofrecía agua al pequeño y el abuelo sacaba algo de pan de una bolsa.

—Abuelo, ¿Cómo fue que empezó todo? ¿Cómo Dios creó las cosas? Cuéntame la historia de nuevo.

—¿No la has escuchado ya muchas veces? —replicó el padre de Qohat.

—Si, pero me gusta mucho como la cuenta el abuelo.

—Para mí es todo un gusto contártela; además así la refuerzo en mi memoria —dijo el hombre viejo poniéndose cómodo sobre unas ramas.

—En el principio, Dios creó los cielos y la tierra… —comenzó el abuelo.

—Siempre me ha gustado como empieza —lo interrumpió el niño.

—¿Ah sí? Pues así fue como el mismo Jehová me pidió que la escribiera —aclaró mirando al cielo y agregó— Él quiere que todos los humanos sepan cómo llegamos a existir. Me dio una visión magnifica, miles de años pasaron por mi mente, y pude ver como preparó nuestro hogar para ser habitado por todas estas criaturas. Primero dio forma al planeta, luego vi como hizo la luz. Después hizo el cielo y los mares. Le siguió la vegetación y la vida marina. Las aves llegaron después de eso y luego los demás animales. Finalmente, hizo al hombre.

—¿Cuánto años pasaron abuelo? —preguntó Qohat.

—Muchísimos —apuntó el padre y agregó mirando al abuelo— Creo que la gente que escuche esta historia con el tiempo, creerá que solo pasaron unos pocos días. Sobre todo porque escribiste que fueron siete.

—Con el tiempo, supongo, —dijo el abuelo— puede que muchos se confundan y crean que solo es un cuento. Jehová quería que lo escribiera tal como lo hice. No pretendía una explicación natural minuciosa. Porque entonces no todos lo comprenderían. Tampoco me hizo escribir como si yo viviera en el cielo. Todos los hechos los narro desde la óptica de un hombre que contemplaba todo desde la misma tierra. Y pienso que quedó magnífico.

—¿Entenderá la gente lo que escribiste abuelo? —preguntó el niño algo preocupado.

—Creo que la gente inteligente lo hará, los que amen a Dios verdaderamente y se maravillen de lo que Él ha hecho. Otros quizá sigan ideas algo raras para explicarlo todo. Quizá crean que somos los hijos de esos monos de allá, pero con menos pelo en el cuerpo. —sentenció el viejo y echó a reír.

—Pero todos podrán leer por sí mismos y sacar sus propias conclusiones. Todos podrán ver lo que tú, el sabio Moisés, escribió bajo inspiración —replicó el padre de Qohat.

Si… pero con el paso del tiempo la gente ni siquiera recordará que yo Moisés recibí orden de Dios de escribir el Génesis. Pero espero que lo más importante nunca lo olviden. Que el Dios verdadero Jehová nos dio la vida a todos —dijo Moisés revolviéndole el cabello a su nieto

Era una mañana hermosa en El Négueb. La brisa fresca y la vegetación viva pintaban un cuadro muy colorido, y Qohat su padre y su abuelo disfrutaron de un maravilloso paseo en el bosque.

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Todas las imágenes son cortesía de @txatxy y @oizaguirres como parte del genial concurso The Alliance, Patio de Recreo, Interactuando Semana 5 Si te ha gustado el relato, no dudes en compartirlo y apoyar al escritor.