Hay momentos en la vida donde todo se vuelve cuesta arriba, de tener casi todo bajo control, de sentirse cómodo, y de repente todo te cae encima y sientes como cada logro se escurre de tus manos, caes de rodillas, porque el peso es tan grande…
Hay problemas en los que no existe una solución simple, sino varias e incluso más complejas de lo que uno quisiera, teniendo en cuenta que los resultados no son de la noche a la mañana.
En Venezuela la situación es extremadamente difícil, y justo ahora me siento así, ahorcada por los precios, los pocos ingresos, todo es tan volátil que siento que estoy en el aire, sin donde poderme aferrar y sentir seguridad.
Por eso, les traigo esta frase que leí hace unos días y que en verdad me levantó el ánimo:
Fuente: Propia. Foto tomada por LG-D415. Modificada en Paint.
A veces la vida puede dar un giro inesperado, no necesariamente para bien, pero no por ello debemos enloquecer y dar todo por perdido. Debemos apretar el botón de pausa que llevamos en nuestra cabeza, y ponernos a analizar la situación: ¿vale la pena ponerme así? ¿estoy haciendo algo para mejorar la situación con esta actitud?
No es fácil ponerse a maquinar soluciones en medio de la desesperación, pero lo que si podemos hacer es intentar calmarnos, detenernos por unos instantes, salir un rato al aire libre o respirar hondo y exhalar, y decirnos: “puedo con esto”.
Ahora es… ¿cómo?
Buscar una solución rápida y efectiva generalmente es imposible, pero si nos proponemos metas más pequeñas que podamos realizar para cumplir una mayor, verás como poco a poco llegarás hacia donde querías estar.
¡Quiero ser chef! Haz el almuerzo todos los días.
¡Quiero sacar la nota máxima en un examen! Mantén la materia al día y procura repasar constantemente así sea 2 horas diarias.
¡Quiero ganar dinero por Internet! Ve probando páginas, pregúntale a amigos que puedan saber y vas poco a poco.
Todo es cuestión de perseverancia, disciplina y una buena planificación. La verdad es que organizarse no es lo difícil, sino seguirlo todos los días ya que ¡siempre aparecen imprevistos! Por eso no debemos desesperarnos, a veces un buen descanso nos llena de energía para seguir.
Si tienes una meta en mente, así sea algo imposible ahora, con pequeños pasos que des cada día, o algunas veces en la semana, hace la diferencia. Podrá ser una diferencia mínima, pero ya no estás exactamente igual que ayer. Con el tiempo, cada paso se convertirá en un trayecto, que cuando te des cuenta, ¡oye, todo lo que he avanzado!
Acuérdate que cada granito de arena conforma los kilómetros de costas, no es necesario ir por la montaña, con empezar con un granito de arena basta. Yo creo que es cuestión de fe, de confiar en nosotros mismos y ser perseverantes. Pensar en positivo, ser proactivos y no juzgarnos si sentimos que somos lentos.
Espero que les haya servido mi post, ¡que tengan mucho éxito! Y espero decir en unos meses ¡lo logré!