Suno, Spirito y Koro decidieron meditar después de la formación octagésimo quinta del segundo año de Formación Especializada. Después de dos horas de meditación y ejercicios físicos y de respiración salieron todos camino a la zona de formación de mediadores.
-Estoy muy tranquilo e inspirado -dijo Spirito.
-Yo también, ¿qué les parece si vamos a rodear el jardín? -propuso Koro.
-Suena bien -dijo Suno-, la meditación estimuló mi energía.
Los chicos comenzaron a recorrer el jardín que tiene un camino de más de un kilómetro de largo.
-Le debemos nuestra existencia al Sol -dijo Spirito.
-Y al agua -dijo Koro.
-Y a las plantas -complementó Suno.
-El desarrollo del universo es magnífico -dijo Koro.
-Y el de nuestra sociedad tam… ¡Ay! … ¡No! ¡No! ¡No! ¿Por qué? Soy el peor -dijo Suno, al haber aplastado un caracol.
-¡Suno! -dijo Spirito.
-¡Qué horror! -dijo Koro.
-Lo siento, lo siento mucho, de verdad, no fue mi intención -dijo llorando Suno.
Los formados de alrededor se dieron cuenta y dieron aviso del suceso. Suno y sus amigos sabían que debían esperar. A los dos minutos recibió un voceo “Suno, hemos determinado por las videocámaras que efectivamente fue un accidente. Se te ruega que camines con más cuidado en estas áreas. Tienes un descuento del cero punto uno por ciento a tu Capital Inicial Vigente, de manera que el día del término de tu formación y puesto que no tienes otra multa recibirás noventa y nueve punto nueve por ciento del mismo. Necesitas asistir a por lo menos tres terapias psicológicas. Recibirás un mensaje a tu dispositivo con esta información”.
-Sí, lo siento mucho -dijo Suno, apenado-. No quería arruinar el día.
-No queda nada que hacer -dijo Spirito-, sólo apoyarte, para eso estamos, ¿no, Koro?
-Claro, te perdonamos.
