Un mundo aún más feliz. Capítulo 4: Realijugando

Es el día posterior a la formación teórica centésimo vigésima. Luno, Suno, Tago y Nokto se dirigen al área de realijuegos. Vivirán una aventura fantástica de exploración de un planeta con otro tipo de vida.
-Vamos muy bien en este juego, ¿creen que hoy pasemos el nivel? -preguntó emocionado Tago.
-Ya tenemos suficiente habilidad, ¡yo creo que si hacemos un buen trabajo en equipo lo podremos pasar! -le respondió Suno.
-Ya sabemos qué artículos llevar a la misión, ¡vamos! -dijo Nokto.
Los chicos entraron al área de juego. El ambiente de juego es de un complejo extraterrestre semiabandonado, donde se simulan algunas situaciones peligrosas para los jugadores, entre las que se encuentran distintos tipos de ácido en el suelo, paredes o cables que caen del techo; objetos cargados eléctricamente; maquinaria peligrosa en movimiento o animales salvajes.
Luno iba al frente y esquivó un taladro gigante pero tropezó en ácido, lo que disminuyó su vitalidad a un diez por ciento del máximo. El equipo no está dispuesto a perder a un solo integrante.
-Ten, Luno -le dijo Suno, dándole una poción curadora.
-Gracias, Suno.
Después de jugar alrededor de dos horas, los jugadores estaban un tanto cansados, pero se encontraban ante el jefe del nivel.
-Hemos llegado -dijo Luno-. Podemos vencerlo, nadie ha utilizado su oportunidad de ataque especial.
-Es un animal muy extraño, fuerte y agresivo. Observemos su patrón de ataque -dijo Nokto.
Cinco minutos después prosiguió Nokto:
-Parece ser que su punto débil es precisamente en su ataque más fuerte, cuando lanza las nubes de fuego.
-Es cierto, yo sospechaba lo mismo, lo voy a atacar por la espalda mientras ustedes lo distraen por el frente -dijo Tago.
El plan funcionó, después de diez ataques por la espalda el jefe dejó de moverse.
-¡Sí, lo hicimos! -gritaron todos los chicos casi al unísono.
-Muero de cansancio -dijo Suno-, pero ha valido la pena, me siento muy satisfecho.
-Somos un buen equipo -dijo Suno sonriendo.
Los chicos guardaron su partida con el personal y salieron del área de juego.
-Ja ja, fue muy divertido cuando el primer animal nuevo se acercó muy rápido y espantó a Suno -dijo Tago.
-Es verdad, ¡aunque en el momento sentí que me daba un paro cardíaco! ¡Y me quitó mucha vitalidad!
-Me alegro mucho que la hayamos pasado muy bien. Démonos un abrazo -sugirió Nokto.
Los chicos se abrazaron y besaron uno a uno.
-Al rato jugamos un escenario de pelota, ¿no? -propuso Tago.
-Sí, es buena idea -dijo Luno.
-Está bien -dijo Suno.
-Claro -dijo Nokto-. Por lo pronto vayamos a comer y descansar. Creo que hoy sirven una deliciosa sopa.