A continuación les voy a contar un poco sobre una de las experiencias más difíciles para cualquier excrusionista que se haya aventurado a subir al pico mas alto de la cordillera de la costa llamado Pico Naiguatá, cuenta con 2765 metros sobre el nivel del mar recibe su nombre debido al nombre del pueblo que se encuentra en el estado Vargas, el camino que se tomó en esta ocasión para llegar a este punto fue a través del puesto de guarda parques "La Julia".

Aquí nos registramos en un libro que posee el guarda parques el cual lleva un registro de las personas que suben al pico, compartimos con unas mascotas bastante divertidas que se encontraban conviviendo entre ellos, muchos conejos con sus crías y guacharacas (unas aves bastantes amigables que tienen ese hábito de reunirse en grupo durante la mañanas y en las tardes a cantar).

Seguimos nuestro camino pasando por el tanque y hasta llegar al mirador del edén con una vegetación bastante alta y arboles que nos cubrían del sol.

Aquí se bifurcan los caminos uno de ellos tiene el nombre de dos banderas el cual es un sendero que está expuesto al sol, bastante inclinado que te permite llegar a las "toyotas" o también conocidas como "77" en 2h máximo. El otro camino se llama la cascada del Edén el cual les presento a continuación y se caracteriza por ser una ruta mucho mas larga, pero con bastante vegetación lo que te permite refrescarte en la cascada y por el bosque.

Seguimos por este sendero teniendo en mente nuestro siguiente objetivo "Rancho Grande" este lugar es un único, con un bosque nublado increíble, donde se pueden observar vida en cualquier rincón junto a un micro clima que hacen que este lugar tenga una belleza inconmensurable, además tuvimos la fortuna de conseguir un escarabajo rinoceronte una especie poco frecuente que se encuentra amenazada por la intervención humana.

Después de una lluvia que hizo nuestro paso por las "toyotas" complicado, la tarde nos alcanzó llegando a la explanada y pudimos apreciar unos de los atardeceres mas bellos, en este punto decidimos que debíamos acampar.

La noche fue bastante fría, pero aun así salimos temprano de las carpas para apreciar el amanecer y la verdad es que valió la pena porque fue increíble, pudimos ver como en el pico oriental se iluminaba con el amanecer.

Seguimos nuestro viaje hasta llegar al topo Goering, un lugar que lleva su nombre por un explorador llamado Anton Goering, quien fue un pintor alemán miembro de la sociedad Zoológica de Londres y que realizó el primer ascenso a este pico en el año 1872 junto a otros colegas.

llegamos a la "fila maestra" donde cruzamos un camino bastante agradable, cruzamos montañas con muchos ánimos ya que estábamos muy cerca de llegar a donde queríamos, la vegetación en este punto es pequeña tipo pre-páramo.

Pasamos por las "Arepas" un lugar que los excursionistas usan para acampar en caso de que se presente las lluvias y se vean obligados a establecer un campamento, "los platos del diablo" que recibe su nombre por tener dos piedras bastante planas el cual tiene un liquen de color rojo.

Llegamos al lugar de acampada del pico Naiguatá donde pudimos montar el campamento, descansar, almorzar y disfrutar del ambiente, junto a otros excursionistas que se encontraban allí .

Luego subimos hasta la cruz para poder ver el atardecer, pero estaba bastante nublado, el día siguiente nos despertamos muy temprano para subir hasta la cruz para ver el amanecer y tengo que confesar que desde aquí la vista es increíble y en este punto se puede apreciar como sube el sol y va iluminando cada rincón de Caracas, Miranda y la Guaira

Teniendo la satisfacción de haber alcanzado un gran objetivo y despidiéndonos de la cima del pico Naiguatá nos regaló una vista de una ciudad separada del mar por una majestuosa y mística montaña llamada El Ávila.

Llegando a Caracas la Ciudad nos regaló un hermoso paisaje, dándonos la bienvenida después de una aventura de 3 días.