Según la encuesta realizada por Venezuela Futura, 63,8% de los venezolanos o no cuenta con los recursos para garantizarse tres comidas diarias o no consigue alimentos
Rumbo Libertad, Caracas
La narco-dictadura de Nicolás Maduro ha llevado a Venezuela a una crisis humanitaria. Desde hace ya 4 años en el país se ha agravado una aguda escasez que ha privado a más de la mitad de los venezolanos de tener qué algún alimento. Adicionalmente, la deplorable gestión económica ha resultado en una hiperinflación que ha ocasionado que la canasta básica esté en Bs. 24.000.000, más de 90 veces el sueldo mínimo venezolano.
UNA CRISIS PREMEDITADA
De manera unilateral, Hugo Chávez sentó durante su gobierno las bases para oprimir a su pueblo y condicionar su alimentación al apoyo electoral. Los controles de precios, la introducción del control cambiario y la sistemática expropiación de empresas en el sector alimentario (que acabaron pésimamente administradas y casi al borde de la quiebra) ocasionaron una crisis alimentaria que se agudizó con la llegada al poder del sucesor de la dictadura, Nicolás Maduro. Este último militarizó lo que quedaba del sector alimentario y le ha puesto toda tipo de trabas a las pocas empresas privadas que aún funcionan en el mismo.
El resultado es evidente: una población que sufre de malnutrición y desnutrición, con miles comiendo de la basura y muriendo de hambre cada año. Según una encuesta realizada por el think tank Venezuela Futura, el 42,2% considera que la alimentación de su familia es mala o muy mala y un 63,5% asegura que no come ni dos veces al día.
La crisis alimentaria ha llegado al punto de que escasean prácticamente todos los productos. Desde la harina precocida, usada para hacer arepas, hasta el aceite, la carne, entre otros; todos faltan en los supermercados. La mayor parte de los funcionarios del narco-régimen sínicamente aseguran que se trata de una “guerra económica” que está planificada por el empresariado venezolano. No obstante la mayoría de los organismos internacionales le atribuye la crisis a las políticas del régimen y han llamado a la apertura de un canal humanitario.
NO HAY PLATA
Según los resultados de la encuesta, no sólo no se come en Venezuela sino que los venezolanos no están satisfechos con la calidad de vida que tienen para enero de 2018 y atribuyen buena parte de su insatisfacción a la destrucción de su capacidad adquisitiva., donde los ingresos económicos del venezolano no son suficientes para que puedan tener una alimentación y una salud adecuadal. “Como padre de familia te puedo decir que es una situación angustiante. El dinero no alcanza, la hiperfinflación se come tu sueldo y ocasiona que no puedas proveerle adecuadamente a tu familia”, explica el señor Carmelo Gutierrez, quien tiene esposa y dos hijos.