Venezuela tierra mestiza, bendita, creativa, agradecida, alegre, musical, artística, gustosa y colorida; madre de seres pintorescos, amistosos, grandes espíritus. Únicos, al igual que las plantas, animales, minerales, elementos, sonidos; cada uno con formas, colores, cualidades propias, partes del todo, productos de la naturaleza creadora.
“LA GUERRA MUNDIAL” no es una lucha de poderes sociales, económicos, políticos, religiosos o culturales; transciende lo material y lo mental, más allá del bien y del mal ¡ESTA GUERRA ES ESPIRITUAL! Y está ocurriendo aquí y ahora, en todos los rincones del planeta tierra. Si como especie humana no terminamos de comprenderlo desde lo individual hacia lo colectivo, no habrá lugar alguno para futuras generaciones ni países hacia donde emigrar.
Un ser humano es un ser social, tiene que vivir en sociedad, vivir con los miembros de su familia y con otras personas; si comete acciones que perturban su entorno ¿Cómo puede esa persona disfrutar de paz y armonía? La red del cielo es de mallas muy amplias, pero a través de ellas ningún ser se escapa: odios, miedos, mentiras, juicio, deseo, aversión, vanidad, lujuria, envidia, ambición, soberbia, violencia, maldad; son frecuencias que no vibran con la Ley que gobierna todo el Universo animado e inanimado, aplicable a todos y a todas las cosas.
¿Qué etiqueta puedes colocarle al odio por ejemplo? no es un odio de izquierda o derecha, de creyente o ateo, del norte o del sur, de oriente u occidente; el odio es odio, es una enfermedad universal y todos los humanos estamos enfermos, de alguna forma lo manifestamos en la sociedad. ¿Después de la reacción que ocurre? Aunque tu motivo sea distinto al mío, la sensación será la misma en ambos y esto genera caos en masas, donde cada humano contribuye con su granito de odio al desastre; desde un pensamiento materializado en un simple comentario por redes sociales, pasando por el intercambio de las palabras, hasta las acciones que realizamos día y noche. Las consecuencias del odio no son sanas y así lo ha demostrado la historia una y otra vez, entonces si sabemos que odiar no aporta nada al conocimiento ¿Por qué seguimos generando odio?
El mundo es eterno, solo se va a destruir si hay una masa de personas pensando en destrucción; pero también se puede construir, si esa masa de personas es amorosa, creativa y sirve a la paz ¡Somos responsables en la transmisión de estos cambios! Es sencillo y simbólico, siendo variable el tiempo y espacio cronológico, la tecnología, tendencia cultural, el contexto histórico y educativo; las diferencias nos permiten crecer, aprender que la diversidad existe y que debemos cruzar un puente que nos conecte, el respeto es nuestro puente.
En abundancia la empatía se desborda, pero en austeridad se muestra el rostro desfigurado del alma. Estamos experimentando formas de integración de la especie en ambientes extremos, donde las actividades son diversas para el planeta y la evolución; todo se está creando cada segundo, somos instantes.
Son muchas las formas de producir, infinitas como los números, donde cada uno es tan preciso siendo parte esencial de un todo. La evolución tecnológica se ha hecho evidente, la cibernética así lo demuestra. Pero ¿donde queda el respeto, el sentido de la vida? Sabemos que en el planeta siguen existiendo guerras, odio, hambre, dolor, poder, ambición, corrupción y contaminación consumiendo a la Tierra y sus habitantes.
¿De qué manera aportamos a esta dimensión, en función de la evolución sana de la vida?, somos responsables en pensamientos, palabras y acciones. Recuerda que vivir el presente es un ejercicio de voluntad permanente, como lo es el estudio de la música…
Por tanto, debemos colaborar para que exista paz y armonía en nuestro entorno, seamos conscientes de que cualquier impureza mental es una enfermedad universal; en este sentido, el remedio también debe ser universal, para comenzar el Perdón es una buena herramienta para liberarse.
Así pues libera tu espíritu, vamos juntos a cooperar para limpiar este desastre donde muchas son las víctimas inocentes, comenzando por los niños y las niñas de nuestro país y del mundo entero, que no merecen contaminarse de odio y repetir los mismos errores de la historia; vamos a enseñarles a sonreír con el ejemplo, en armonía, con un corazón libre de rencor.
Me perdono y perdono a todos los seres de Venezuela y el mundo, entrego mi ego al corazón y ofrendo mi corazón al servicio de la paz planetaria. Pido a la energía cósmica creadora de todo lo que existe, que ordene este mundo.
¡Bienvenidos a la evolución! Bien-ven-dios al despertar de conciencia, todo respira, todo vive, todo se está transformando, vibrando y esto es eternidad.
