Al filo de la muerte, cuento basado en hechos de la Vida Real

Al filo de la muerte
Tres de agosto del año dos mil diecisiete, recuerdo esa noche como si fuera ayer, una noche en familia con una visita inesperada, una vieja amiga del bachillerato nos visitaba su nombre era mercedes. Ese día mi madre preparaba la cena, unas ricas hamburguesas rellenas de carne, pollo, tomate, sala rosada y lechuga.
Nos sentamos todos a comer en el comedor, todos reíamos de los chistes que contaba mi padre y las ciertas ocurrencias que decía nuestra amiga Mercedes, contando ciertas aventuras que nos pasaba en el bachillerato.
-julio recuerdas el día que salimos de tu casa al liceo y tu perro Clifor nos persiguió hasta allá, ja-ja que pena tuvimos ese día cuando entró a nuestro salón, todos se reían y comentaban que el perro prestaba más atención que nosotros.

• ja-ja si recuerdo ese día mi abuela siempre le decía a Clifor el viejo vagabundo que siempre se lo pasaba en la calle, ¡no! ese día fue muy gracioso, Clifor en la clase y yo con una cara de que no es mi perro, hasta la profesora decía que de quien era ese perro.
• si es cierto y todos te miraban y reían. Le dice Mercedes mientras se acomoda el cabello.
  -por cierto julio que paso con Clifor. Le dice Mercedes
  Julio al escuchar esa pregunta se quedó serio y de sus ojos sobresalía unas pequeñas lágrimas.
  -perdón ¿dije algo malo?- le dice mercedes a Julio
• no tranquila Mercedes, lo que pasa es que cuando Julio estudiaba en la ULA en san Cristóbal, en ese tiempo aquí en san Antonio un auto atropelló a Clifor y le quitó la vida-le contesta el padre de Julio a Mercedes.
  -entiendo, lo siento mucho Julio.-le dice Mercedes a Julio.
• no pasa nada Mercedes, pero si daría mi vida por ayudar a un perro, tenlo por seguro- le contesta Julio a Mercedes.
  -¡Bueno Bueno! no estemos tristes por Clifor él fue un gran perro, ahora tenemos dos perritos que necesitan nuestra atención, el Chihuahua Coky y la Pincher Cloyd.
  Luego de la cena fuimos a la sala a conversar un rato, en ese instante escuchamos a Coky ladrar cerca de un montón de leña pero nos dio igual creímos que no era nada malo, al rato escuchamos un ladrido diferente de Coky como si le doliera algo.
• guau-guauuu-ladra Coky con un espuma en el hocico.
• ¡que pasa Coky!-mientras yo lo miraba, era un sapo con el cual el tanto ladraba, el sapo había envenenado al Perro.
  Coky cuando caminaba se tambaleaba de allí para acá, mi amiga lloraba al verlo. Los ojos de Coky eran mucho más grandes de lo normal hasta que llegó un momento en que cayó al suelo, pobre se retorcía y ladraba.
  -- guau-guauuu-ladraba Coky
  En ese instante me quedé helado… mi padre le dio de beber leche y al momento el perro vomitó una gran baba blanca y espesa pero en ese instante su apariencia parecía como un animal disecado, tieso como el yeso, mi madre entró en pánico diciendo:
• ¡Ay! ¡No! Mi Coky ¡no! Entren, entren todos a casa, no puedo verlo así-hablaba mi madre mientras corría a casa junto a mi padre y mi amiga.
  En ese momento tuve que reaccionar, no podía dejar a un amigo morir así por así, debía hacer algo -¡no voy a permitir que Coky muera!-dije mientras lo agarraba y corría hacia la calle, estaba en chores y franelilla, no llevaba zapatos sino sandalias, buscando ayuda en la calle como un desesperado a las 9 de la noche en san Antonio del Táchira, fui para donde mi abuela para ver si me podrían ayudar.
  -¡Tía! ¡Tía! Mi perro fue envenenado por un sapo ¿qué hago?, se me está muriendo-le decía mientras sostenía a mi perro.
  -no tengo nada para darle al perro-dice mi Tía.
  -¡ay! Pobre perrito, llévelo al veterinario en el centro-decía mi abuela
  En ese instante fui a correr con él alzado, corrí 10 cuadras hasta el veterinario y cuando llegué me di cuenta que estaba cerrado y mi perro ladraba con muestras de tristeza mientras que yo le decía – aguanta Coky, sé fuerte, los dos saldremos bien de esta. (Nunca me detuve, recuerdo que a cada persona que pasaba le pedía ayuda pero nadie me la daba) luego llegué a una heladería, la Heladería del Sabor, así se llamaba. La dueña me atendió me dice: tengo el número de un veterinario que vive a unas 4 cuadras de aquí. En ese momento no cargaba papeles como la cedula de identidad, dinero o un teléfono celular pero una pareja estaban con sus hijos en la heladería, ellos se ofrecieron a ayudarme.
  -vamos chico, mi esposo y yo podemos llevarlo hacia el veterinario-le responde la señora que lo ayudaría.
  En ese instante Coky se surra con un aspecto de sangre, ¡ay no! Aguanta Coky tu puedes-le digo a Coky. (Llevábamos exactamente una hora desde el envenenamiento) nos fuimos en el auto de la pareja que se ofreció ayudarnos, y el carro resultó que no eran de ellos, era prestado y dejaron a sus hijos en la heladería, la señora llamó al veterinario y habló con él, le dijo que vivía al frente del centro cívico en una casa blanca, fue tan mala suerte que el teléfono de la señora se apagó.
  -no puede ser, y ahora como lo localizamos-le dije a la señora.
  -tranquilo mi pana, hallaremos una solución-me respondía el señor que manejaba la camioneta
  Julio y la pareja que los acompañaban, llegaron al centro cívico sin poder hacer nada puesto que ya no podían localizar a aquel veterinario cuando de repente un milagro de Dios apareció, en una esquina del centro cívico había una camioneta con muchos perros, Julio se acercó y les dijo:
  -amigos por favor, mi perro está muriendo, fue envenenado por un sapo.
  -nosotros lo ayudaremos, ¡solo síganos!-decía el enfermero mientas se montaba en el auto.
  En ese instante ellos colocaron una especie de bombillo rojo como si fuera una ambulancia, Llegamos al aeropuerto de san Antonio y nos desviamos del camino por una carretera dañada y todo era obscuro, a los conductores les daba miedo que nos hicieran daño pero yo tenía mucha fe en que nos ayudaría.
  Cuando llegamos al lugar había muchos perros, de momento entré con Coky y todos los perros ladraban en símbolo de solidaridad, ellos sentían lo que le pasaba a Coky, todos los perros estaban muy tristes, lo acostamos en una camilla y el médico me dice:
  -Cuénteme amigo que fue lo que le paso al perro-dice el medico mientras examinaba a Coky.
  Yo le conté lo que había sucedido, él me dice:
  -está usted seguro que fue envenenado por un sapo-responde el doctor mientras le introducía una aguja por las pequeñas venas de Coky.
  -si estoy muy seguro, yo mismo vi el sapo que de inmediatamente lo saqué.
  -¿Cómo era el sapo?-dice el doctor
  -no lo sé em, verde oscuro, no era tan grande-le digo mientras alguien me grababa.
  El doctor le inyectó una medicina para desintegrar el envenenamiento del perro y de inmediatamente le dio suero pues ya habían pasado dos horas así, el doctor me dice: ¿cuántos años tiene el perro? Le respondí que tiene 4 años. El doctor me responde: mm está un poco viejo… ¿qué pasa doctor? ¿Se pondrá bien? Le dije mientras sostengo a Coky el cual se seguía retorciendo. -Doctor: debemos esperar que la medina de efecto.
  Julio preocupado por sus padres, le dice al enfermero que por favor le preste su teléfono celular para una llamada.
  -claro ten.-dice el enfermero
• Aló, hola mama estoy cerca del aeropuerto de san Antonio, en funda Bolívar. ( así se llamaba la fundación que ayudaba a los perros).
  -está bien hijo, ya vamos para allá- dice mi madre mientras me colgaba.
  A los 10 minutos escucho una voz conocida, era mi madre gritando el nombre de Coky.
  -¡Coky que me le paso!-le dice mi madre mientras se acerca a Él.
  El perro de la felicidad ladraba y se retorcía aún más, le pedimos a mi madre y a mi amiga que hicieran silencio y se apartaran un poco, después de media hora pudimos estabilizar a Coky.
  -amigo ya se pueden llevar al perro, cualquier cosa lo traen para acá-le dice el medico.
  -está bien doctor, muchas gracias.
  Nos fuimos a pie, le dije a mi madre: menos mal y vinieron ja-ja por que no sabría cómo regresar. Mi madre dijo: tranquilo Julio, ven yo llevo a Coky. Luego que le entregué al perro, me sentía cansado, sin aliento, mis brazos me pesaban y tenía la camisa lleno de pelos y baba de Coky. Cuando llegamos a casa, los vecinos y mi padre me recibieron con aplausos, mi amiga me dijo: eres un Héroe Julio, nadie hizo nada por él, pero tú fuiste el único que reaccionó en el momento a altas horas de la noche y sin nada para comunicarte.
  -muchas gracias a todos, bueno también fue parte de Coky, si él no hubiera luchado por su vida… hubiera muerto.
  Lo llevamos a casa y lo acostamos en una cama en el suelo para que estuviera seguro, como el doctor me dijo que estuviera pendiente de él, me acosté a su lado para vigilarlo, en unas cuantas horas me quedé dormido y al otro día al despertarme me levanté asustado, él no estaba allí, fui a buscarlo, estaba saltando de la alegría cuando me vio, verlo saltar me dio felicidad, realmente escapó de la muerte y todo fue gracias a Dios, gracias a él fue que conseguimos al enfermero en el centro cívico, puesto que no pudimos ir al otro veterinario, fue un verdadero milagro.

FIN
Él es Coky :D

@danieelab