Recuerdos

Hola amigos! disculpen las ausencias continuas, se deben a que he tenido muchos problemas con el internet y bueno ustedes se imaginaran. Por acá les dejo mi nuevo post.

Dicen que recordar es morir un poco cada día, no sé si será cierto ese decir, pero para mí recordar es rememorar las mejores experiencias, las buenas y no tan buenas, a los amigos que se han marchado, familiares, conocidos, maestros, lugares, hechos; en fin, recordar la vida que hemos vivido y todo aquello que nos ha dejado huella.

No siempre esos recuerdos vienen precedidos de una imagen real, algunas veces, los recuerdos que atesoro y añoro se encuentran dentro de mi como una sensación, no como una imagen; siendo imágenes ajenas a mi existencia las que me traen de vuelta la añoranza de vivir tiempos pasados. En mi día a día tengo la posibilidad (gracias a Dios) de acceder a espacios donde se hace presente la cultura de nuestro país, así que, revisando una serie de postales realizadas por el Centro de la Diversidad Cultural, me tope con una imagen que me trajo gratos recuerdos de la infancia, pero que, en sí nada tenía que ver conmigo directamente.

La imagen de la que hablo me recordó el olor del pan recién horneado, los dulces caseros, la tierra mojada por la lluvia, el canto de los grillos en las noches de mucho calor, las manualidades que hacia de chiquita, cuando juraba que sabía coser la ropa de mis muñecas; me recordó a mi nona Julia, su mirada y su olor a abuelita linda, su olor a pan recién horneado y su cabello suavecito como la seda.

Mi infancia, se encuentra llena de su recuerdo, de sus abrazos, de como aprendí a cocinar sentadita en la sillita de piel de chivo, esa que era común en todas las casas, esa por la que mis primas no se peleaban porque era ‘‘la silla de los negros jediondos’’ pero que para mí era la silla donde me encaramaba para ver como mi Nona hacia el Pie de guayaba que tanto me gustaba, para después llamarme a probar con su forma de hacerlo ‘‘¡negrita picheeeeee!’’ y yo ya sabia que ese primer pedazote de Pie era para mí.

Esta imagen que no es mía, que cuenta otra historia, me recordó todo eso, me recordó lo mejor de mi infancia al lado de mi Nona, de la que aprendí tanto, la que aun hoy después de todo el tiempo que ha pasado de su partida añoro y quiero, por todo el amor que me entrego; mi Nona Julia Reyes, esa imagen que ya no es mía porque hace rato que es del cielo.

Gracias por leer y disfrutar mis emociones.

Esta Fotografía es de mi autoría, tomada con mi CÁMARA LUMIX PANASONIC FP3; serie de postales consultadas Centro de la Diversidad Cultural.

Hello friends! Sorry for the continuous absences, I have had a lot of problems with the internet and you can imagine. Here's my new post.

They say that to remember is to die a little every day, I don't know if that is true, but for me to remember is to remember the best experiences, the good and not so good, the friends who have left, relatives, acquaintances, teachers, places, facts; in short, to remember the life we have lived and everything that has left its mark on us.

Sometimes, the memories I treasure and long for are found within me as a sensation, not as an image; images that are alien to my existence bring back to me the longing to live in the past. In my daily life I have the possibility (thank God) to access spaces where the culture of our country is present, so, reviewing a series of postcards made by the Center for Cultural Diversity, I came across an image that brought me fond memories of my childhood, but which, in itself, had nothing to do with me directly.

The image I'm talking about reminded me of the smell of freshly baked bread, homemade sweets, the wet earth from the rain, the singing of crickets on very hot nights, the crafts I did as a little girl, when I swore I could sew the clothes on my dolls; it reminded me of my nona Julia, her look and her smell of pretty granny, her smell of freshly baked bread and her silky soft hair.

My childhood is full of his memory, of his hugs, of how I learned to cook sitting on the goatskin chair, the one that was common in all the houses, the one my cousins didn't fight over because it was''the chair of the black-haired blacks''' but for me it was the chair where I climbed to see how my nona was climbing towards the Guava Foot that I liked so much, and then called me to try the way she did it''bold picheeeeee!"and I knew that first piece of Pie was for me.

This image that is not mine, that tells another story, reminded me of all that, reminded me of the best of my childhood next to my nona, from which I learned so much, the one that even today after all the time that has passed since her departure I miss and love, for all the love that I give myself; my nona Julia, that image that is no longer mine because it is long ago that is from heaven.

Thank you for reading and enjoying my emotions.

Photo taken by CÁMARA LUMIX PANASONIC FP3; series of postcards consulted by the Centre for Cultural Diversity.