Un maestro, una amistad.

Efraín Silva ha sido una referencia del movimiento guitarrístico venezolano, y padre del movimiento guitarrístico aragüeño, pero también, más allá de sus enseñanzas en el aula para lograr ejecutar una obra con la intención correcta, o adoctrinar el "temple" que debe tener un concertista en el escenario, Efraín ha sido un amigo, un guía y un ejemplo a seguir como ser humano. Su humildad y su capacidad de creer el todo aquel que lo rodea, es y será siempre su mejor enseñanza en esta vida que me ha dejado un maestro, una amistad.

Silva es conocido por sus contemporáneos como “el padre de la guitarra en Aragua”. A los 23 años ya había culminado sus estudios de música en el “Conservatorio de Música de Santa Cecilia” (Roma – Italia), y un año más tarde culmina su primer postgrado de “Técnico Acústico” en la misma institución.

Luego de regresar a Venezuela, funda el Centro Guitarrístico de Aragua, institución que orienta artística y filosóficamente el Encuentro Guitarrístico Choroní; posteriormente toma la dirección del “Conservatorio de Música del Estado Aragua”. Además, fue profesor del mismo conservatorio y de la “Escuela de Música Federico Villena”, donde ayudó a la formación musical de distintas referencias de la guitarra venezolana como Esteban Ojeda, Silfredo Pérez, Javier Pedrá, César Maldonado, Jonathan Bolívar, Jonnathan El Barouki, entre otros (Según Bruzual 2012, pág. 266).

Con relación a Efraín Silva, Alejandro Bruzual asegura:

"Efraín pertenece a una cuarta generación de guitarristas venezolanos, es decir, viene de una tradición que cuenta en su haber, en línea directa, a Raúl Borges, Antonio Lauro y Alirio Díaz, o lo que es lo mismo, músicos que han logrado trascender lo local, lo nacional, lo continental, para convertirse en referencias de la historia guitarrística internacional. Y mucho de ellos tiene Efraín, en cuanto a que Borges fue el creador de la cátedra de guitarra (1932), una de las primeras del mundo. Lauro, obviamente, el gran compositor venezolano, el más importante si consideramos su difusión y permanencia internacional, así como el contenido venezolanista de su obra. Y Alirio Díaz un intérprete fundamental de la historia del instrumento, que cruzó la herencia de Andrés Segovia con la intuición musical de Borges para darle a la guitarra una versión distinta y propia del repertorio, que incluía no sólo la obra de Lauro, sino también la de Barrios Mangoré, la de Ponce, la de Villa-Lobos y la de muchos españoles, abriendo nuevos caminos interpretativos." (Citado en El Barouki 2011, Pág. 4).