"El sistema de gobierno más perfecto, es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, …" Simón Bolívar
Trato de entender el sendero de felicidad por donde este sistema de gobierno quiere guiarme, convenciéndome que esas pequeñas cosas que me daban satisfacción, como comprar una botella de vino tinto en las quincenas para propiciar un buen clima a la escritura, presupuestar una cena con mi esposa aunque fuera una vez al mes, comprar cada año y medio un par de zapatos, negros y marrones, y regalar con la mayor satisfacción los viejos pues sabía que aún se conservaban en muy buen estado; comprar cada dos meses un buen libro; contribuir con mis utilidades a la compra de ropa para mis hijos, equipos y artefactos del hogar, para también regalar a gente necesitada aquello que sustituíamos en condiciones aceptables; hacer viajes espontáneos los fines de semana a Caripe, San Agustin, Maturín, Pto. La Cruz, Carúpano, etc. para romper con el medio habitual que es el mejor de los descansos, planificar ver las buenas películas que se promocionaban en el cine, salir con los compañeros de trabajo un viernes a conversar y compartir, etc., etc., que ya son imposibles de alcanzar con el sueldo actual (a menos que nos queramos morir de hambre).
Me imagino y es lo que creo quiere transmitir la "revolución", forman parte de esas costumbres con las que es necesario cortar el cordón umbilical, por tratarse de hábitos “devaluados”,reducidos, aburguesados y de alguna manera hasta infantilizados. Aunque seguro que ellos se han negado a suprimir estos hábitos, tal vez aún más sofisticados. a extremos inimaginables. La verdad es que en el fondo no es más que otro disimulo del gobierno para no mirar directamente a la cara del pensamiento bolivariano, y enfrentar la vergüenza íntima de reconocerse traidor al mismo.