Hoy, a tres años de su muerte, las reflexiones de Eduardo Galeano siguen teniendo vigencia.
La caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba; la solidaridad es horizontal e implica respeto mutuo
Al fin y al cabo somos lo que hacemos para cambiar lo que somos.
Nosotros seguimos creyendo en los asombrosos poderes del abrazo humano.
Las guerras mienten. Ninguna guerra tiene la honestidad de confesar: "yo mato para robar". Las guerras siempre invocan nobles motivos: matan en nombre de la paz, en nombre de la civilización, en nombre del progresos, en nombre de la democracia y por las dudas, si tanta mentira no alcanzara, ahí están los medios de comunicación dispuestos a inventar enemigos imaginarios para justificar la conversión del mundo en un gran manicomio y un inmenso matadero.
El miedo nos gobierna. Esa es una de las herramientas de las que se valen los poderosos, la otra es la ignorancia".