Crisis Económica en Venezuela

in venezuela •  7 years ago 

MAYDAY, VENEZUELA EN COLAPSO


“The inherent vice of capitalism is the unequal sharing of blessings. The inherent virtue of Socialism is the equal sharing of miseries.” — (Churchill.W, 1945).

Desde la guerra federal, Venezuela no se ha visto sumergida en una crisis tan profunda como la actual. La crisis económica ha propiciado un desencadenamiento de sucesos sumamente oprobiosos para el ciudadano de a pie, y es que la crisis económica conlleva, a su vez a una crisis social y política. La economía venezolana galopante en su deterioro, afectada por los fenómenos de la inflación, especulación e impresión de dinero inorgánico, cada día se ve menos propensa a mejorar ya que, por política de estado, el gobierno, para defender el poder, mantiene al ciudadano atado a los lazos del día a día para satisfacer sus demandas de primera necesidad. El gobierno, a su vez, ha trabajado para crear una dependencia al ciudadano y por eso cada vez se empeña en acabar con el aparato productivo y la propiedad privada. El dinamismo en la economía venezolana ha llegado a tal punto de volatilidad que su inminente desenlace pareciera ser una explosión social.

La economía del país suramericano se asemeja a un avión que estando en la pista y a punto de despegar con todos sus pasajeros a bordo, empieza a sufrir una fuga de combustible de la cual sus pilotos se percatan. Es por esto que, según la decisión que estos tomen, se podrían evidenciar dos escenarios futuros: en el primero, los pilotos deciden arrancar confiando que sí es posible llegar a destino a pesar de las condiciones del avión, este inicia su curso por la pista, despega, pero debido a la decreciente cantidad de combustible que posee llegan a un punto en que no puede seguir avanzando más y se precipita. El segundo escenario que se puede evidenciar presenta a los pilotos considerando las condiciones que experimenta el avión y deciden cancelar el despegue, recargar el combustible y solucionar los problemas del avión. Tomando en cuenta todas estas condiciones y los dos posibles escenarios, la postura que se esperaría de los pilotos, por su bien y el de todos los pasajeros, sería la planteada en el segundo escenario, a menos que los pilotos tengan otros planes para el destino del avión.

Tal como lo dijo Lenin, “la mejor forma de destruir la civilización occidental, sin disparar un solo tiro, es desquiciar su moneda”. Venezuela, con una inflación acumulada de 2.616% para el 2017 [7], y una inflación en el primer mes de 2018 de 95.3%, según datos de Econométrica [3] , además una deuda externa que supera los 160.000 millones de dólares y un PIB que cayó 15% igualmente para finales del 2017 según datos aportados por la Asamblea Nacional [7], hacen parecer que el tanque de combustible de la economía nacional tiene una fuga. Lo más lamentable de esto para los venezolanos no son solo estos índices macroeconómicos; partir de los cuales se estaría hablando de una de las peores situaciones económicas en la historia venezolana, sino que los pilotos de la economía del país ( El presidente y sus ministros ) no han tomado las medidas necesarias para frenar el exponencial deterioro de la calidad de vida del venezolano , del mercado , de la previsibilidad económica y, en consecuencia, el crecimiento de la economía del país .

Según el aclamado economista y experto en Petróleo José Toro Hardy, “Mientras más populista es un gobierno, menos acepta que la economía se rige por ciertas normas que no pueden ser manipuladas. Y mientras más se ignoran esas leyes para cumplir con la voluntad dogmática de algún líder, más graves serán las consecuencias y más alto el precio que al final del día terminarán por pagar los pueblos”. Tomando en cuenta las medidas económicas, o más bien las medidas políticas populistas, tomadas por el gobierno en el último trimestre del 2017 y el primer mes del 2018, meses en los cuales la economía del país llegó a reportar índices de hiperinflación entrando en una inflación mensual superior al 50%, no tienen concordancia con las que se deberían tomar si se quiere detener esta debacle económica que vive el país. Además, resulta aún más contraproducente si las medidas que fomentan el gasto público son sustentadas por la impresión descontrolada de dinero por parte del Banco Central de Venezuela, el cual reportó que la liquidez monetaria en el país para enero del 2018 es de 159.118.549.186 BS. La liquidez monetaria para el mismo mes un año antes era de 11.275.811.185 BS, según datos del mismo ente [1].

Entonces cómo es posible explicar que un grupo de personas con casi 20 años a la cabeza del país no se hayan percatado de esta contraproducente relación entre el descontrolado gasto público y la inflación que se produce. La respuesta a esta interrogante radica en la principal industria del país, el petróleo. Según la OPEP, la producción de crudo venezolano para el año de 1998 estaba por alrededor de los 3.400.000 barriles diarios [5], los cuales aportaban una gran masa de divisas para el país. Pero la crucial relación entre la situación económica del país y esta industria es que productividad de la misma se ha ido reduciendo gradualmente a lo largo de estos 20 años, cerrando el 2017 con una producción de tan solo 1.621.000 barriles diarios. Por consiguiente, una cada vez menor entrada de divisas en el país.
Aunado a todo lo anterior, un férreo control cambiario y de precios instaurados en el país, han contribuido al deterioro del mercado y las industrias venezolanas. En primer lugar, si en el mercado existen cada vez menos libertades y más controles, la libre competencia no se puede desarrollar naturalmente, por lo tanto, la naturaleza de autorregulación del mismo se vuelve cada vez más inexistente, haciendo cada vez más reducido el número de agentes económicos que pueden subsistir a dichas condiciones en el mercado. En segundo lugar, si el gobierno es el ente que maneja el control cambiario y administra la industria responsable de la mayor entrada de divisas al país, PDVSA, la cual ha reducido su operatividad a lo largo de los últimos años. Por lo tanto, el gobierno se ha convertido en el administrador y responsable de una escasa cantidad de divisas disponibles para que el gobierno pueda ofertar, subastar o entregar a las industrias y empresas que hacen vida en el mercado venezolano.

Así, mientras menos divisas entren al país, menos capacidad de importación de materia prima tendrán las industrias y por lo tanto existirá una menor producción y menor oferta de productos, reflejándose en el mercado con un aumento en la demanda y en los precios de los pocos bienes y servicios disponibles. En escenarios como estos donde solo sobreviven las empresas que reciben los pocos dólares que ofrece el gobierno o aquellas que se ven obligadas a adquirir divisas en el mercado negro a un precio mucho mayor, se produce un gran descontrol en el aparato productivo y el mercado venezolano, razón por la cual en su economía se vive un proceso inflacionario cíclico y creciente, con un dinamismo reflejo del caos administrativo y económico de los recursos del estado. Además de un modelo insostenible de planificación centralizada, donde el gobierno busca controlar cada aspecto de la economía.

La situación económica actual además de ser consecuencia de un gobierno que busca mantener el control de todo, es el resultado de la consolidación de un modelo ideológico. Si nos enfocamos en el modelo económico capitalista, del cual el gobierno siempre se ha mostrado enemigo, vemos que dentro de sus bases están, según Milton Spencer (1975) , la defensa de la propiedad privada y el individualismo económico [4]. Por otro lado, si observamos las medidas económicas utilizadas por el gobierno en los últimos 5 años vemos aún más claro que en sus discursos el rechazo al capitalismo y al libre mercado resulta insostenible y ha sufrido más de seis modificaciones desde 2013 hasta 2018, permitiendo así que el gobierno sea el único ente regulador de la emisión de divisas durante todos estos años.

Un conjunto de medidas populistas y pro-socialistas han sido las herramientas con las cuales el gobierno, siendo fiel a la Constitución de 1999, que establece que se fomentara “la participación en los procesos económicos estimulando las expresiones de la economía social tales como cooperativas, cajas de ahorro, mutuales y otras formas asociativas” (art. 184) [2] , ha intentado sin éxito apaciguar los problemas que sufre la población, lo que demuestra que es insostenible dicho modelo económico sostenido por los recursos del Estado (gasto público).

Si el gobierno, fiel a su naturaleza ciega de poder, no toma las medidas necesarias para el bien de la población despojándose de ciertas atribuciones, la economía venezolana seguirá encumbrada en la profundización de su deterioro y dependerá de la resistencia de su población la inminente explosión social que producirá el asentamiento de una crisis en todos los niveles de la vida en un país. Es esto o el gobierno, al verse ahogado y reconocer el derrumbe de la economía del país, decida dar pie a un nuevo sistema económico, promotor de la empresa privada, el libre mercado y la apertura cambiaría que no de inmediato, pero progresivamente, propiciará la recuperación del flujo natural del mercado. Más allá de ideologías, la economía venezolana necesita un modelo económico acorde a las condiciones que se están viviendo y esta en las manos del gobierno generar ese cambio, para superar las consecuencias de un insostenible modelo socialista virtuoso en la repartición igualitaria de miseria.

Referencias Bibliográficas:

[1] BCV (2018). Liquidez monetaria en dominio público, BCV. www.bcv.org.ve/excel/1_2_1.xls?id=47

[2] Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999, 20 de diciembre), Articulo.184.

[3] Rodríguez Rosas, R. (2018), Econométrica: Inflación de enero fue de 95,3 %, Efecto Cocuyo. http://www.efectococuyo.com/economia/econometrica-inflacion-de-enero-fue-de-953

[4] Spencer, M (1975), FUNDAMENTOS NOCIONALES Y MODELOS ECONÓMICOS. pp.10-11.
[5] Sojo, M.F. Producción de petróleo venezolana cayó 649.000 barriles diarios en 2017, El Nacional. http://www.el-nacional.com/noticias/petroleo/produccion-petroleo-venezolana-cayo-649000-barriles-diarios-2017_219424

[6] Toro Hardy, J. (2015). “La inflación: el excremento del banco central”. http://tururutururu.com/jose-toro-hardy-la-inflacion-el-excremento-del-banco-central/

[7] Venezuela cerró 2017 con inflación de 2.616% y PIB cayó 15% (2018), El Dinero. http://www.dinero.com/internacional/articulo/venezuela-inflacion-pib-2017/253945

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